viernes, 30 de junio de 2017

Reflexión sobre la Filosofía Política

FILOSOFÍA POLÍTICA EN LA REALIDAD VENEZOLANA


Necesariamente debo iniciar este artículo dejando claro que lo que se expresará en la perspectiva filosófica-política, va intrínsecamente unido a un pensamiento cristiano, y no solo cristiano sino, profundamente católico, es por ello que, doy inicio afirmando que la fe y la política ciertamente se distinguen pero no marchan separadas. Hay una mutua interdependencia. Distinguirlas sin separarlas son las dos exigencias que orientan la conducta del cristiano (cfr. Porras, 1992, p. 224[1]). A primera vista, la política se muestra inmersa en una vida de fe, pues, como es de suponer, el hecho de que un ser humano profese una fe, no le quita el derecho de participar en la política, entendida esta como el arte de luchar por el bien común.

Ahora consideremos brevemente lo que es la política para el pensamiento izquierdista, reconociendo que estos tienen un modo muy particular de concebirla, al respecto se tiene que con el dominio de la política se relacionan los problemas de la estructura del Estado, de la administración del país, de la dirección de las clases, las cuestiones de las luchas de los partidos, etc. La política es la expresión de los intereses vitales de las clases y de sus relaciones recíprocas. La política expresa igualmente las relaciones entre naciones y estados “política exterior” (cfr. Rosental y Ludin, s/f, p.412[2]). En este crudo concepto de política, se palpa con facilidad la concepción que los pensadores de izquierda tienen de ésta, donde en primer lugar dejan claro que la política tiene que ver con la lucha de las clases, y este es el detalle que marca la diferencia, pues desde el cristianismo se ve a la política como un camino para el bienestar de todos, sin embargo, desde este pensamiento relegado, se considera la política como la pugna que tienen las clases sociales, es decir, ricos y pobres, por poseer el poder de una nación. Esto responde a la interrogante de por qué los gobiernos comunistas, socialistas no logran mantenerse, al menos con la total aprobación del pueblo que en primer lugar creyó en los proyectos planteados, proyectos que como bien se sabe, fracasan.

En tantos quehaceres del intelecto humano, cabe el espacio para pensar y razonar seriamente sobre la política, por ello la filosofía política, que es la disciplina filosófica cuyo objeto de reflexión es la convivencia humana, se ha convertido, durante las últimas tres décadas del siglo XX, en uno de los ámbitos prioritarios del filosofar. La gran cantidad de estudios pertenecientes a esta disciplina y la actualidad de algunas de las polémicas generadas desde ella nos obligan a dedicarle un espacio propio (cfr. Sarrión, 2009, p. 309)[3]. Somos sin duda alguna, seres políticos, porque vivimos en la polis, es decir, en la ciudad, y entiéndase ciudad como cualquier tipo de comunidad de seres humanos.

La actual situación caótica que atraviesa Venezuela, hace pensar que se está viviendo en un régimen que atenta contra los mismos principios humanos, éticos e incluso cristianos que profesan la mayoría de los venezolanos, por ello, el venezolano común encuentra en el último artículo de la Carta Magna de Venezuela, su esperanza y su fuerza para estar en las calles, porque como lo reza el Artículo 350: el pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos[4]. Venezuela es justa en su lucha por la paz y por el cambio político. Pero siento que le falta algo, y ese algo es atacar a la violencia con la no violencia. Para nadie es un secreto que el pueblo está siendo reprimido por los cuerpos de seguridad del Estado, y tampoco se puede negar que el pueblo ha respondido con violencia, pero de todas manera, no es equivalente la fuerza que oprime a la respuesta de los oprimidos, pues como es lógico, las armas no las tiene el pueblo.

En la situación de Venezuela hay una luz que nos puede iluminar, y es precisamente el testimonio de vida de Mahatma Gandhi: su nombre original era Mohandas Karamchand, fue llamado Mahātmā, que significa “alma grande”, es considerado un apóstol y religioso de la India. Nació en Porbandar en 1869 y fue asesinado por un extremista hindú en la ciudad de Delhi para 1948. Defendió a los indios contra las discriminaciones raciales y elaboró su doctrina de acción no violenta; se comprometió en la lucha contra los británicos, que lo encarcelaron varias veces. Fue el líder del movimiento nacionalista desde 1920, dejó la dirección a J. Nehru a partir de 1928. Se consagró a la educación del pueblo y a los problemas de los intocables (cfr. García. 2013, p. 322[5]). Gandhi es el mayor ejemplo de pacificador y luchador incansable a la vez. No desistió en su lucha a pesar de ser agredido física y moralmente. Venezuela debe aprender de este hombre, a luchar con la no violencia. El bien siempre ganará al final.

Considero oportuno traer a este diálogo con la realidad venezolana, el pensamiento de un Obispo estadounidense, que retomando a Gandhi nos puede iluminar: A veces en nuestro mundo conflictivo y caído solo podemos resistir la violencia con la violencia, es cierto, por eso la Iglesia tiene una doctrina de guerra justa. Solo podemos hacer eso en un mundo de mucha violencia, así como a veces, lo único que podemos hacer es correr o claudicar, es porque no vivimos en un mundo perfecto, y a veces hay que comportarse así, sin embargo, creo que marginamos las enseñanzas de Jesús como un ideal muy alto que nadie puede seguir. Falso, está Gandhi en el siglo XX que lo aprendió de Mateo capítulo cinco, no lo aprendió de su tradición hindú, fue cuando estuvo en Londres y leyó en Evangelio de Mateo y dijo que era extraordinario, y su amigo cristiano decía -bueno, nadie lo toma muy en serio- y Gandhi dijo yo sí lo hago, y en verdad le funcionó en la India. Martin Luther King seguía a Gandhi, y conocía los textos como predicador cristiano, y sabía que podían ser muy poderosos. Juan Pablo II, que leyó el mismo texto y vio su poder lo utilizó. Encontraron un momento propicio, los tres sabían que en esta circunstancia, en este tiempo funcionaria. Pero no hay que decir que eso es solo un ideal que jamás funcionaria en este mundo, no, porque en el siglo XX tenemos esos tres poderosos ejemplos de un enorme mal que es vencido con la no violencia. (cfr. Serie Catolicismo[6]). A veces nos puede parecer que el ideal político sea una utopía más, pero no es así, vemos como sí ha tenido resultado luchar con la justicia por una causa justa.

La acción política ha estado presente en el hombre desde tiempos inmemoriales, el mismo Aristóteles deja claro que ser político es algo que va dentro de la misma constitución del ser humano, al respecto opina que: se pone, por el contrario, la vida política por encima de toda otra, porque el que no obra no puede ejecutar actos de virtud, y la felicidad y las acciones virtuosas son cosas idénticas (cfr. Aristóteles, 2007, p. 146[7]). En este pensamiento aristotélico, se nota como el fin de la política es y será siempre la felicidad, de todos, no de unos pocos.

La Iglesia rehúye declararse en favor de determinados grupos políticos, cuando pueden existir varios partidos y no media una lucha de vida o muerte entre concretos bandos de bien o mal. Pero así como profesa una posición al margen y sobre los partidos políticos, cuyos miembros todos deben sentirse igualmente cobijados bajo el manto de la Iglesia, declara también su derecho y su deber de ilustrar a los fieles (cfr. Porras, 1978, p. 71[8]).

Ante todo este panorama cabe la interrogante ¿Cuál debe ser la concepción de la Iglesia Católica sobre lo político? El Cardenal Arzobispo de Caracas nos responde, afirmando que el mensaje de Cristo y de la Iglesia sobre el ser humano es la afirmación de la dignidad y de los derechos inalienables de la persona humana, la cual debe estar en el centro de la preocupación de todos los ciudadanos, pero especialmente de los políticos (cfr. Urosa, 2007, p.229[9]). Urosa aclara que, no es solo tarea de los políticos el bien del pueblo, sino es tarea de todos, y ese “todos” incluye también a la Iglesia y su jerarquía.

El Papa Emérito de la Iglesia Católica también hace su aporte a la concepción de la política en la Iglesia, diciendo que la justicia es el objeto y, por tanto, también la medida intrínseca de toda política. La política es más que una simple técnica para determinar los ordenamientos públicos: su origen y su meta están precisamente en la justicia, y ésta es de naturaleza ética (cfr. Benedicto XVI, 2005, p.18[10]), los valores éticos y morales deben ser la base la acción política, de lo contrario estaríamos haciéndonos un daño, no podemos actuar desde la política como si no fueses humanos. Antes de ser políticos somos humanos.

Ahora, ¿debe meterse en política la jerarquía eclesiástica? El Santo Padre Francisco responde diciendo que los Pastores, acogiendo los aportes de las distintas ciencias, tienen derecho a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y exige una promoción integral de cada ser humano (cfr. Francisco, 2013, p. 165[11]), Francisco asegura que luchar por el bien del ser humano es un derecho, además es algo que va de la mano con la misión evangelizadora de la Iglesia y de los cristianos, cada uno en particular.

El Cardenal de Mérida piensa muy parecido a como hemos visto con los tres pastores anteriormente citados, al respecto Porras manifiesta que hoy nadie se atreve a negar que lo político, es una dimensión esencial a la actividad humana. Toda acción de influencia, directa o indirecta, sobre las estructuras políticas, es, de alguna manera, una acción con dimensión política. Por eso, no se puede restringir al simple ejercicio del poder, ni a su búsqueda directa. De allí, que la acción pastoral, aunque parta de motivaciones éticas o pastorales, tienen también una dimensión política (cfr. Porras, 1992, p. 220[12]). Los Obispos, deben meterse en política, porque de esa manera están cumpliendo con sus funciones espirituales de guiar, educar, gobernar y santificar al pueblo de Dios.

La Doctrina Social de la Iglesia de alguna manera autoriza al razonar político desde la fe, por ello se comprende que la Iglesia, tanto en el nivel de su jerarquía como al de todos los cristianos, nunca se ha desentendido de la justicia y del orden social. Ciertamente en cada época estas obligaciones adquieren matices peculiares y por eso la Iglesia las impulsa de formas diversas de acuerdo a las circunstancias históricas (cfr. Nava, 2007, p. 12[13]).

P.A
García




[1] Porras, B. (1992). De cara al futuro. Tomo I. Mérida, Venezuela: Archivo Arquidiocesano de Mérida.
[2] Rosental, M. y Ludin, P. (s/f). Diccionario Filosófico Abreviado. Caracas, Venezuela: Ediciones Movilibros.
[3]Sarrión, A. (2009). Lecturas de Filosofía. Madrid, España: Ediciones Akal.
[4] Artículo 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
[5] García, T. (2013). Larousse diccionario enciclopédico usual. México D.F., México: Ediciones Larousse S.A.
[6] SerieCatolicismo.com, Mons. Robert Barron.
[7] Aristóteles. (2007). Política. Madrid, España: Ediciones Espasa-Calpe.
[8] Porras, B. (1978). Los Obispos y los problemas de Venezuela. Caracas, Venezuela: Ediciones Trípode.
[9] Urosa, J. (2007). Jesús es el Señor. Caracas, Venezuela: Fundación  Monseñor Rafael Arias Blanco.
[10] Benedicto XVI. (2005). Deus Caritas Est. © Copyright 2005 - Libreria Editrice Vaticana
[11] Francisco. (2013). Evangelii Gaudium. Caracas, Venezuela: Ediciones San Pablo.
[12] Porras, B. (1992). De cara al futuro. Tomo I. Mérida, Venezuela: Archivo Arquidiocesano de Mérida.
[13] Nava, F. (2007). La doctrina social de la Iglesia en el siglo XXI. Caracas, Venezuela: Centro Teológico Sacerdotal

Aniversario de la Legión de Maria en el Seminario de Mèrida

de María
Legión de Maria
Praesidium “Nuestra Señora de Coromoto”
Seminario “San Buenaventura”
Mérida -Venezuela



MEMORANDUM N°1

         El Praesidium “Nuestra Señora de Coromoto” de la Legión de María del Seminario Arquidiocesano “San Buenaventura” de Mérida, con motivo de haberse cumplido el Primer Aniversario de su Fundación, el pasado sábado 17 de junio, hace pública, a la comunidad del Seminario, su alegría y acción de gracias a Dios y a María Santísima por el regalo de este Praesidium en nuestra Casa de Formación Sacerdotal y la perseverancia del mismo.
         Por ello, animados en la maternal protección de nuestra buena Madre, la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela y de nuestro Praesidium, hacemos extensiva a toda la comunidad del Seminario la invitación a participar de la Legión de María como Socios Activos, mediante la asistencia regular a la Junta de Praesidium semanal a realizarse los días lunes a las 6:30pm en el Salón de Audiovisuales del Seminario.
         De igual manera hacemos la invitación a ofrecer el rezo de un Santo Rosario con Salve y Letanías, teniendo como intención especial el fortalecimiento de nuestro Praesidium, para que Dios y María Santísima nos ayuden con la fuerza del Espíritu Santo en el apostolado que como cristianos y legionarios debemos manifestar al mundo de hoy.

“TOTUS TUUS EGO SUM MARÍA”


En Mérida, a los 22 días del mes de junio de 2017

sábado, 24 de junio de 2017

Biografía de Pedro Julián Barillas Pereira

PEDRO BARILLAS

En la población de La Playa, el 24 de junio de 1940, nació Pedro Julián Barillas Pereira, hijo legítimo de don Hilarión Barillas y doña María Atanasia Pereira Gutiérrez de Barillas, era el último de sus hermanos: Félix María (1920), Hilarión Belén (1926), José Ubaldo (1928), Josefa del Carmen (1931), María Edicta (1935) y Saúl Antonio (1936). Vino al mundo en la casa de la familia, ubicada a un lado del templo del pueblo, en una esquina de la Plaza Bolívar. Fue bautizado en la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores, el 4 de julio de 1941.

Sus hermanos mayores lo invitaban frecuentemente a viajes y paseos donde podía reencontrarse con familiares, especialmente estuvo Pedro Julián por Mérida, Santa Elena de Arenales, Acarigua, La Colonia Tovar, Michelena y Caracas.

Por ser el menor de la familia era llamado por sus padres con el diminutivo de “Pedrito”; madre e hijo compartieron momentos entrañables hasta el fallecimiento de doña Atanasia, cuando Pedro decide radicar definitivamente con su señora Eva Castillo e hijos en el sector Las Delicias, en medio de las casas de Luis Castillo y Nabor Salas. Acompañó sin recelos a su madre a pagar promesa al Niño Jesús de La Cuchilla, en Zea, en varias oportunidades.

Pedro Julián estudió en la escuelita de La Playa hasta el sexto grado de educación básica, tiempo suficiente que le encaminó en el mundo de los autodidactas y la lectura aplicada. En su niñez era común verlo al lado de su madre, acompañándola a llevar las vacas desde su casa materna hasta La Loma, esta interacción natural con el campo y los animales le llevó a tener varios amigos entrañables en sus vacas: “Mariposa”, “La Corroncha” y “Cara e´queso”, y en su caballo “El Negro”. Pero no solo fue amigo de los animales, a quienes respetaba y nunca maltrató, sino que también forjó buenas amistades con sus vecinos y familiares, de los que se hará mención más adelante.

Eva, su amor y la mujer que le dio sus tres únicos hijos, recordó en una ocasión cómo se conoció con Pedro, y es que en alguna calle de Las Delicias, no muy lejos de la Plaza Bolívar, una pareja se encontraba discutiendo acaloradamente, cuando uno de los dos decidió romper por mitad un billete para dar por concluida la pugna, ambas partes del billete volaron por los aires, y minutos después, una mitad la consiguió Eva, y la otra Pedro, motivo suficiente para seguir conversaciones que llevaron al enamoramiento y luego a vivir como esposos, aunque nunca se casaron.

Aficionado por las armas, contó con varios revólveres, pistolas y escopetas. Años después de su muerte, fueron encontradas una cantidad importante de balas, escondidas en uno de los bloques del baño principal de la casa que habitó junto a su familia.

Fue durante varios años el guachimán de una empresa picadora de piedras en el sector Las Delicias, ubicábase dicha empresa en lo que hoy en día es “La Castellanía”, una casa en la vía hacia La Loma; esta empresa le obsequió toda su maquinaria, la misma que fue vendida paulatinamente para costear gastos familiares. Pedro también fue agricultor, sembrando en terrenos de su familia en Las Delicias y en La Vega, en La Playa, maíz y batatas, dedicándose por períodos al corte de caña de azúcar, actividad característica de la juventud de su época, es decir, en la segunda mitad del siglo XX.

Amigos tuvo muchísimos, pero su familia puede recordar a un puñado selecto, dentro de los que se encuentran: Nabor Salas (+), Gildardo Salas amigo y compadre, Horacio Araque “Coco Negro” (+), Rafael Molina (+), sus primos Alfredo y Manuel Barillas (+), Antonio “Mauro” Escalante (+) y Gilberto García, con quienes no se cansaba de compartir y conversar largas jornadas, acompañadas por amargos tragos de aguardiente playero o café. Con ellos también cantaba música venezolana, o compartía sus últimas lecturas de libros afines a la Revolución Cubana y el socialismo y comunismo, de cuya ideología política siempre fue partidario, pues se cultivó escuchando Radio La Habana, soñando con algún día conocer Cuba, teniendo por verdaderos ídolos al Che Guevara y a Fidel Castro.

En una de esas reuniones con amistades, animoso por el compartir de tragos, bajo la dirección fonográfica de Nabor Salas, quien prestaba el aparato de grabación, pronunció magistralmente una recitación suya de la famosa “Leyenda del horcón”, único registro de su dilecta voz que guarda la familia como un tesoro invaluable. Fue conocido como buen recitador de poesías y poemas.

Alí Primera era su cantante favorito, pues encontraba lógica a su canción protesta; cuando este vino a un concierto a Tovar, Pedro bajó a conocerlo. En el género romántico escuchaba a Julio Jaramillo. Con Francisco “Pacho” Mora, escondió en su casa materna a un guerrillero fugitivo, aportándole alimento y protección para que siguiera su rumbo.

Con Eva Angelina Castillo, hija de Tomasa Rafaela Castillo, tuvo tres hijos, Clara Tahis (1968), Atanacia (1969) y Vladimir (1971). A sus hijos Pedro les enseñó a manipular las armas de fuego, limpiarlas, abrirlas, montar municiones y disparar, todo esto en el único escenario disponible, la “Quebrada Arriba” o “La Arenosa” en la parte alta de Las Delicias, acompañado en oportunidades por su hermano Saúl y su amigo Mauro Escalante.

Aunque respetuoso de los sacerdotes de La Playa, nunca profesó la fe católica a cabalidad, más bien si frecuentó durante algún tiempo la iglesia Evangélica que existió en la entrada del sector San Vicente, a ella acudía con sus hijos y señora. Criaba cerdos y gallinas, y por las fiestas navideñas, compartía un buen pedazo de carne con sus vecinos del frente, los párrocos de la Parroquia San Vicente Ferrer de La Playa. El templo parroquial lo visitaba en entierros de familiares o amigos.

La presencia varonil de Pedro era por todos admirada y reconocida. Se forjó como hombre culto, pudoroso, siempre correctamente vestido, de camisa manga larga y pantalón planchado, ajeno a fiestas, pensando en el qué dirán, cuidando su reputación y la de los suyos, enemigo de los problemas y chismes. Amó y se desgastó con pasión por sus sobrinos, a quienes apoyó monetariamente y moralmente a seguir adelante con estudios y propósitos elevados en la vida., a ellos nunca les faltó útiles escolares, ropa y zapatos para el año escolar y estrenos decembrinos.  Solo una sobrina le hizo doler el corazón bondadoso, Ada Arminda Barillas Peña, quien entregada a los vicios y las drogas le hizo gastar inútilmente en internados y tratamientos, ropa y manutención. Viajaba con frecuencia a Caracas a visitar a sus sobrinos, de regreso traía wiski y armas a La Playa, y en una oportunidad, por los quince años de su hija Tahis, la aprovechó de portadora de una pistola que debió embalar con trapos en su abdomen, burlando la seguridad de los distintos puntos de control por el camino.

Tuvo dos vehículos, un Jeep rojo y uno azul, en los cuales hizo favores indistintamente de quien lo ocupara, llevando a un enfermo a Tovar o Bailadores y a personas conocidas para acercarlas a sus destinos, resaltando su espíritu de servicio. Planificaba giras donde visitaba a todos sus hermanos, pasando por Mérida, Acarigua, San Felipe y Caracas, para finalmente retornar a La Playa.

A Guarapao en la entrada del Páramo de Mariño acudía con regularidad para encontrarse con su buen amigo el tecnólogo popular don Luis Zambrano, con el que intercambiaba armas de fuego y puñales, y aprovechaban para conversar de técnicas innovadoras y la Revista “Mecánica Popular” que ambos se intercambiaban.

Aunque sabía bailar, no fue muy bailarín, sino más bien buen conversador. Su comida preferida era el pescado frito y en leche con papas.

Murió a causa de un infarto intestinal el 16 de marzo de 1992, padeció por muy corto tiempo el cáncer de colon en el Hospital Universitario de Los Andes en la ciudad de Mérida, con tan solo cincuenta y un años de edad, dejando consternados a sus hermanos, amigos y al gentilicio playense. Había sido portador de la enfermedad de Chagas, los doctores diagnosticaron el corazón recrecido. Antes de morir pudo compartir un par de años con los dos nietos que conoció, Juan José Velásquez Barillas y Reyna Tahis García Barillas.

Tahis, su hija mayor, quiso perpetuar en la familia la memoria de su padre nombrando al último de sus hijos Pedro Andrés.

P.A

García

viernes, 23 de junio de 2017

La historia de La Playa, según Fray Pedro Simón.

HISTORIA DE LA PLAYA
         La Playa es el pueblo que me vio crecer, siento un sano orgullo de pertenecer a este bello gentilicio, por eso puedo afirmar a los cuatro vientos que soy “playense”. Mi pueblo querido de La Playa no cuenta con fecha de fundación, su historia tal vez sea poco conocida, por eso me animo a presentarles este artículo, pero no puedo continuar sin dejar claro que, sé de la existencia de una Revista sobre La Playa, hecha por el Profesor Alejandro Castillo, en la que, hablando sobre la historia del pueblo, cita a Fray Pedro Simón, del cual yo haré un análisis más profundo.

A continuación quiero explicarles un poco sobre la historia de nuestro querido pueblo de La Playa, para ello me basaré en los relatos de Fray Pedro Simón, en su libro Noticias Historiales de Venezuela[1], donde se recoge lo acontecido en el terremoto de La Grita, ocurrido para principios del año 1610.

         Es necesario conocer al autor de los relatos más remotos de La Playa, a saber, Fray Pedro Simón, el cual era natural de San Lorenzo de la Parrilla, Cuenca, España, su padre se llamaba Pedro Simón Ordoño y su madre Ana Domínguez, con lo cual hemos conseguido nombre y apellido al creador de la historia de La Playa: Fray Pedro Simón Ordoño Domínguez. Su fecha de nacimiento se ha precisado para el año 1574, lo que indica que, contaba con al menos 38 años de edad cuando pasó por esta tierra, en 1612. Era religioso de la Orden Franciscana. Para 1604 llega de España a tierras venezolanas, siendo su primer puerto la isla de Margarita. En 1612 se traslada de Bogotá por los Andes venezolanos, pasando por La Grita, Bailadores, Mérida, entre otras ciudades del momento, luego en 1613 regresa a Bogotá por el mismo camino. La fecha de la publicación de sus Noticias Historiales se sitúa para 1627, con lo que se pierden rastros de su vida, hubo de morir en tierras americanas[2].

         Ahora, para hacer el breve estudio, quiero presentarles el texto íntegro de Fray Pedro Simón, que se presentará en cursiva, pero que al mismo tiempo llevará entre paréntesis los numerales que más adelante se desarrollarán.

CAPÍTULO XXXV

III- VUELA UN CERRO DE UNA PARTE A OTRA CON EL TERREMOTO EN EL VALLE DE LOS BAILADORES

3- En este mismo y a la misma hora (1) se acrecentó otra de las más notables que hemos oído hayan sucedido en el mundo. Y fue que en el valle de los Bailadores, que corre, como dijimos, Norte Sur, a la mitad de él, a seis leguas de la ciudad, de la cordillera que demora a la mano izquierda voló la mitad de un valentísimo cerro (2), como si fuera de pluma, y casi a la mano derecha quedó plantado a la mitad del valle, haciendo, con el golpe que dio en la cordillera contraria, una notable abertura. Como también lo era la que quedó en el asiento de donde se levantó el cerro, por donde comenzó luego a salir un buen golpe de agua que permaneció en sus corrientes algunos días (3). Con que se acrecentó el rebalso que hizo el río del valle con el asiento del cerro (4), quedando rebalsadas y haciendo un tan valiente y fondable laguna, que podían nadar en ella muy gruesos navíos (5), pues estuvo rebalsado sin que saliera gota de la mucha que entraba (por ser el río de más de dos bueyes de agua), desde este día hasta el de San Juan del mismo año. Que rompiendo por un lado (6), salió tan impetuosamente que, con dispendio de mucho ganado mayor que andaba seguro a la parte de abajo y de algunos sembrados de maíz y tabaco, se extendió por todo el valle. Que junta esta pérdida con la que sucedió de otras más de quinientas cabezas del mismo ganado que cogió el cerro debajo, cuando asentó el valle, no fue pequeña. Aunque muy mayor la de haber cogido debajo tres muchachos españoles de hasta diez o doce años y un indio gandul que estaba con ellos, a la sazón, a la mitad del sitio donde quedó plantado. Que con estos dos hijos y un sobrino de Francisco de Escalante, que quedaron enterrados entre las ruinas de una casa, que también cayó en el mismo valle, y los muchos que murieron, españoles e indios, hombres y mujeres, en la ciudad y otras partes, pasaron de sesenta personas, que para las pocas que tiene aquella tierra, fue muy gran cantidad (7).

IV EFECTO QUE HIZO ESTE CERRO Y UN ALZAMIENTO QUE INTENTARON LOS INDIOS.

4- A un lado del mismo valle, en un ancón que llaman de Suárez, se hacía un salebroso pantano que era el sumidero de todo el ganado del valle, a cuyos lados tenía dos frondosos y valientes árboles, los cuales, con todo el pantano, volaron más a media legua con la fuerza del terremoto y quedaron plantados donde cayeron, como antes estaban. A los dos años de este suceso, que fue el de seiscientos doce, por el mes de septiembre, pasé por estas tierras y el siguiente, casi al mismo tiempo, torné por ellas; y a la ida y vuelta pude, con atención, considerar estos sucesos, aunque no con la advertencia que ahora lo hiciera, por no tener entonces intentos de escribir esta historia. Pero no pasé tan del todo a ciegas que no advirtiese, por curiosidad, algunas cosas y entre ellas fue el parecerme que la causa de haber volado aquel cerro, supuesto que tras él salió de la caverna mucha agua, había sido que ésta, traída por alguna caverna o conducto que debe venir corriendo la cordillera abajo, ha recogido algún gran viento, y que este, no pudiendo volver atrás con el impedimento del agua, rompió su gran fuerza por lo más flaco que fue aquel cerro y lo hizo volar. Parecióme caminaríamos por encima de él, por ser el camino real a la ciudad de Mérida, casi media legua; y a los dos lados de donde se sentó, vi estaban rehuidos del lugar donde se asentó el cerro, unos pequeños cerrillos con sus matas y árboles, pues parecían haberse retirado para dar lugar al asiento del que voló que, cómo había caído de alto, estaba todo él esponjoso, la tierra muelle y llena de aberturas. Vi también la que hizo en el contrario cerro con el golpe que le dio, que era harto crecida, si bien ya estaba algo derrumbada de una parte y otra. Otros pedazos del mismo camino y cuestas vi que estaban de la misma suerte, de tierra y muelle abierta, que el cerro volado, por cuyas aberturas salía mucho viento, como también me dicen sale hoy por la que quedó en el asiento de donde voló.

(1): en los párrafos previos a este numeral III del capítulo XXXV, Fray Pedro Simón deja claro que el terremoto de La Grita ocurrió el tres de febrero, día de san Blas, en el año 1610, a las tres de la tarde, la tierra se movía como las aguas del mar cuando están inquietas. Para esta época La Grita ya contaba con un Alcalde, que se llamaba Benito Rosal, con un cura, dos Iglesias y un convento. Las mujeres de La Grita en aquel día estaban unas reunidas con la madre del cura que venía de la ciudad de Mérida y otras en casa de una mujer honrada que estaba recién parida.

(2): como ya dije anteriormente, en la Revista de La Playa, del Profesor Alejandro Castillo, se ubica este cerro valentísimo como parte de las montañas de la parte norte de La Playa, donde hoy día se le conoce como Las Barrancas de Don Víctor Sánchez, lugar geográfico al que se le aplicará toda explicación hecha por Fray Pedro Simón.

(3): puede estar haciendo mención de la quebrada La Arenosa, en la parte alta del sector Las Delicias. Quien observe desde esta perspectiva hacia abajo, notará como en el sector El Volcán, hay un pequeño cerro de piedras, el cual pudo haberse formado allí por las crecidas de esta quebrada, o por el mismo deslizamiento del valentísimo cerro en 1610.

(4): Fray Pedro Simón especifica que son dos corrientes de agua las que van llenando la represa que se forma al deslizarse el cerro y quedar plantado a la mitad del valle, una es la recién formada quebrada “La Arenosa”, y la otra es el mismo río que baja de Bailadores, el río Zarzales o río Mocotíes.

(5): en este apartado, puede darse razón al nombre que lleva el pueblo, pues, como lo refiere Fray Pedro Simón, en la laguna que se formó en el valle, podían navegar gruesos navíos, lo que deja a pensar que todo el territorio sobre el cual se asienta hoy en día la población de La Playa, estuvo bajo agua, razón por la que la geografía del lugar sea plana semi-inclinada arenosa y pantanosa.

(6): este “lado” por donde salió toda el agua, puede ubicarse hoy en día en la llamada curva “Sogamoso”, que está frente a la antigua planta eléctrica de los Mora, en el sector El Volcán. Fray Pedro Simón precisa que para el día de san Juan del mismo año, es decir, para el 24 de junio de 1610, rompió la represa de agua, la cual duró un aproximado de cuatro meses y más en formación, de allí que algunos piensen que los pocos habitantes del lugar tuvieron que mudarse hacia zonas más altas, para no quedar sumergidos bajo el agua.

(7): como es de suponer, la zona del valle, para el momento, ya era habitada por indios y españoles, Fray Pedro Simón menciona la pérdida de siembras de maíz y tabaco, al igual que ganado y un número superior a las sesenta personas fallecidas por la corriente de agua, entre indios y españoles, jóvenes y adultos, incluso menciona la existencia de una casa, lo que deja a pensar que por la zona al menos ya habían haciendas, probablemente trabajadas por indios y administradas por españoles opresores.  

P.A
García




[1] Fray Pedro Simón. (1992). Noticias Historiales de Venezuela. Caracas, Venezuela: Biblioteca Ayacucho.
[2] Cronología hecha por Roberto J. Lovera-De Sola, en: Fray Pedro Simón. (1992). Noticias Historiales de Venezuela. Caracas, Venezuela: Biblioteca Ayacucho.

Discurso de la Defensa de la Tesis Filosófica

Filosofía de la educación orientada desde la Paideia Divina en la obra “El Pedagogo” de Clemente de Alejandría


El pasado lunes 19 de junio defendí mi trabajo filosófico en el Salón de Audiovisuales del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida, con la presencia del jurado: Pbro. Dr. Horacio Carrero, quien además era mi Tutor; Pbro. Lcdo. William Vázquez, Director de Estudios del Seminario; y la Lcda. Katiuska Márquez, Profesora de Metodología. También me acompañó en este momento tan importante mi familia y amigos.

Buenas tardes. El filósofo estudiado, Tito Flavio Clemente era ateniense, nació probablemente hacia el 150 de la era cristiana, recibe una primera formación pagana. Se traslada a la ciudad de Alejandría donde tiene por maestro a Panteno. Se formó en la Escuela Catequética de Alejandría, de la cual fue director. Por su formación pagana y cristiana, es uno de los primeros en tratar de conciliar la Fe y la Razón. De igual manera, por la destreza de sus escritos, en especial El Pedagogo, es considerado el primer Educador cristiano. Las persecuciones de Septimio Severo obligan a Clemente a huir a Capadocia, donde se estima que murió antes del 215.

En el primer capítulo se presentan los antecedentes, en los que se concreta que Homero inicia la actividad educadora en Grecia, con sus Doctrinas tradicionales y sagradas, de las que era el principal transmisor. Más adelante, Sócrates se constituye en Primer educador espiritual, considerado de esta manera porque su mayéutica e ironía resaltaban el valor de la personalidad humana. Por su parte, Platón, es quien se dedica propiamente a una Filosofía de la educación, siendo el objetivo de esta la Semejanza con la divinidad. Aristóteles, dedica sus esfuerzos por educar hacia el bien moral, y se preocupa por la Educación pública. En el pensamiento estoico se ubican la mayoría de similitudes con las doctrinas cristianas, lo que termina apuntando a que la educación es necesaria para lograr la felicidad.

Ahora bien, en el capítulo segundo es necesario precisar conceptos. Por un lado, Pedagogía para Clemente de Alejandría es “Lo que es propio del educando y del discípulo; a lo que compete al educador y al maestro; a la educación misma; y a las enseñanzas, como son los mandamientos”. Pedagogía para el Alejandrino sería entonces, el camino hacia Dios. Según Luzuriaga, la pedagogía estudia la educación tal como se presenta en la vida individual y social, y contesta a la pregunta: ¿qué es la educación? En el estudio de la pedagogía, Clemente es el primer humanista del cristianismo, puesto que la base de su ‘pedagogía’ descansa en la fe, lo que conducirá al hombre a la realización del ideal de la paideia griega, pero desde la perspectiva de las enseñanzas del Logos de Dios.

Se ha hecho mención de la paideia, pues bien, esto es un concepto griego que debe ser entendido como la: “Estructuración sistemática y por principios de la vida individual, de acuerdo con normas absolutas”, esto para la paideia griega, ahora, para Clemente la paideia divina “Indica rectamente el camino de la verdad que lleva a la contemplación de Dios, y también es el modelo de la conducta santa en una eterna perseverancia”, teniendo claro esto, ya se puede hablar de paideia divina.

La paideia divina en principio quiere ser: “Un método de educación cristiana y así participar de la vida incorruptible de Dios”. Clemente se da cuenta que “el movimiento de la dialéctica platónica es acercamiento a una meta ideal absoluta”, esta guarda intrínseca relación con el “asemejarse a Dios”. La determinación del fin y de los objetivos de la paideia divina, también se encuentra en el “objetivo estoico de una vida conforme a la naturaleza y a la recta razón”, ya que, Tanto el Estoicismo como el Epicureísmo eran teorías sobre cómo se podía ser feliz.

Es necesario conocer la concepción de hombre para la paideia divina, Clemente expresa que: Parece evidente que la pedagogía es, como su mismo nombre indica, la educación de los niños. Esos niños somos nosotros. De esta manera, el Alejandrino deja claro que ante el Logos los hombres son niños. Al ubicarse más adelante, Immanuel Kant piensa que “el hombre es la única criatura que ha de ser educada. Según esto, el hombre es niño pequeño, educando y estudiante”, aunque se expone en principio, el pensamiento de un filósofo posterior a Clemente, este guarda estrecha relación con el Alejandrino, en una doble característica. La primera es el considerar que el hombre es el único ser que debe educarse, y la segunda en definir al hombre como niño. Además de esto, para el Alejandrino, “El término «hombre» es común al varón y a la mujer”.

Clemente define al Pedagogo declarando la divinidad de este: “Es el Dios sin mancha bajo el aspecto de un hombre, el servidor de la voluntad del Padre, el Logos-Dios”. Y para ser más claro especifica: “Debemos decir ahora quién es nuestro Pedagogo. Se llama Jesús”.

Ahora, se especificará la acción pedagógica de El Pedagogo, que detalla la constitución del hombre como ser sobre el cual se aplica la paideia divina, y lo hace aclarando que “tres cosas hay en el hombre: costumbres, acciones y pasiones”, la educación del Logos requiere de una lucha contra esas pasiones. Para el pensamiento de Clemente el pecado mata al alma, y aclara que el Pedagogo considera “al pecado, un acto sin razón”, esto viene a explicar la misión del Logos-Pedagogo de separar el alma humana del pecado, que son las pasiones. Clemente no pone límites al campo donde se desarrolla la acción pedagógica del Pedagogo, por el contrario, dice que “cuida solícito de la criatura entera: cuida tanto del alma como del cuerpo”. El Pedagogo  dedica su tiempo en la educación del hombre, puesto que, como lo apunta Clemente, “Como Dios, perdona nuestros pecados; como hombre, nos educa para no caer en el pecado. Es natural que Dios ame al hombre, porque es su criatura”, con este apartado, Clemente da a conocer que es el amor lo que mueve al Logos-Pedagogo a educar al hombre. Pero, “¿qué es, pues, lo que desea y lo que promete el Pedagogo? Con sus obras y con sus palabras manda lo que debemos hacer, y prohíbe lo que debemos evitar”, de esta manera se constituye un punto referencial para toda pedagogía: enseñar con el ejemplo. Clemente  reconoce que en las Sagradas Escrituras se encuentra el plan pedagógico de Dios, ya que, como él mismo lo manifiesta: “la Escritura presenta al Pedagogo y describe su pedagogía con entera claridad”.

El Logos-Pedagogo educa a sus niños sin dejarles pasar el error, puesto que “el Logos no pasa por alto sus pecados, sino que se los echa en cara para que se conviertan, y esto lo hace porque ama al hombre, y es que con el Logos-Pedagogo, hay un cambio de perspectiva, ya no será el temor lo que incentiva la educación de los hombres, sino el amor. Clemente se pregunta: ¿Cuál es, pues, el estilo de la pedagogía del Logos? Y se responde: El Pedagogo de la humanidad, se sirve, con todas las fuerzas, de los numerosos recursos de su sabiduría. Dicho brevemente, el Señor hace con nosotros como nosotros hacemos con nuestros hijos. La corrección o castigo, según la perspectiva del Logos-Pedagogo, que actúa con amor y por amor, no será efectuada con maldad, porque “así es nuestro Pedagogo: justamente bueno”, y de esa manera actúa siempre.

En total hay once herramientas de corrección que emplea el Logos-Pedagogo, a saber: La amonestación es una censura afectuosa que despierta la atención de la mente. La represión es una censura de los actos malos, que dispone para el bien. El reproche es una censura que se hace a los negligentes o despreocupados. La reprimenda es un reproche severo, una censura contundente. La reprobación consiste en la pública acusación de los pecados. La reprensión es una amonestación que hace a uno más reflexivo. El regaño es una severa reprimenda. El improperio es una reprensión muy severa. La recriminación es una reprensión a los pecadores. La queja es una reprensión simulada; es un hábil recurso con el que procura también la salvación de forma velada. El vituperio es una reprensión a dejar en ridículo. En todas estas se reconoce la importancia de la corrección en el proceso pedagógico del Logos-Pedagogo.

En el capítulo tercero se concreta cómo, la paideia divina es un método que ilumina las pedagogías actuales, ya que el Logos-Pedagogo de la humanidad, se reconoce como único guía de la educación del hombre. Sin la iniciativa del Logos-Pedagogo, en ayudar a sus niños, sin ese amor y ‘solicitud’, sería imposible que el hombre se formase en una vida virtuosa. Clemente de Alejandría piensa que, mientras que el hombre se siga rigiendo por el mal, no será libre del todo, puesto que, la libertad en el hombre es fundamental para efectuar en él una acción pedagógica. Si un maestro pretende educar a sus alumnos, la mejor manera de hacerlo es enseñándoles con el ejemplo, no hay duda de esto.

Es momento de hacer algunas consideraciones finales sobre la filosofía de la educación. Al respecto, cuando John Dewey definió a la filosofía como ‘la teoría general de la educación’, quiso destacar que es en la educación donde la filosofía debe poner el acento. La concepción de Clemente sobre la ‘filosofía’ declara que “a la misma filosofía se la define como práctica de la recta razón”, pero además de esto, Clemente también está claro en las diferencias entre las filosofías existentes, pues, con este cometido otorga a Platón el título de “discípulo de la filosofía extranjera”, es decir, de la filosofía pagana, y en otro apartado afirma que “Platón, filósofo que buscó apasionadamente la verdad, denuncie la vida placentera, reavivando así la llama de la filosofía hebrea”, entonces para Clemente hay una filosofía pagana o extranjera, y una filosofía hebrea.

No se puede dar conclusión a esta síntesis filosófica sin rozar, si quiera, el tema de la educación en Venezuela, al respecto es necesario precisar que “si la educación es una verdadera y estratégica prioridad, es decisivo lograr que los mejores hijos de Venezuela sean educadores”. Para lograr este objetivo, de acrecentar la calidad y cantidad de los educadores en Venezuela, se hace evidente que “la clave de una buena educación es el educador que está: ‘Vocacionalmente motivado’ en cuanto a que considera noble la causa por la cual trabajará. ‘Preparado’ en cuanto a una excelencia en la formación. ‘Con iniciativas y creatividad’ en cuanto al dinamismo y reajuste de las exigencias de la actualidad. ‘Bien remunerado’ en cuanto al justo salario que merecen y, por último, ‘consciente de su valía social’ pues de otra manera no se destacará en su labor. Definitivamente “si el Logos no odia a ninguno de los seres que por él han sido hechos, consecuentemente los ama”, y porque los ama los educa, siempre aplicando la pedagogía divina con la práctica del amor y la libertad. Por ello Venezuela necesita amor en la educación de sus ciudadanos.

En conclusión, la paideia divina, estudiada a profundidad se constituye en un método que ilumina la pedagogía actual. El alma humana por naturaleza buscará encontrarse con Dios, pues bien, el objetivo de la paideia divina es este, asemejarse a Dios para llevar una vida feliz. También se pretende dejar claro que, la acción pedagógica va de la mano con la filosofía como ciencia, es más, si la filosofía no aporta nada a la educación de los hombres es infecunda, es decir, no cumple con su sentido más genuino, que no es otro que formar al hombre en el uso de la razón. Para Clemente, el hombre, a imitación de su Pedagogo divino, tiene libertad de decidir y de aceptar en sí mismo la educación del Logos, que es una educación en la libertad, mediante decisiones libres, es por eso que el Logos-Pedagogo de la humanidad se encarga primero de mostrar la felicidad futura a la que puede llegar el hombre si cumple, con lo establecido por los mandamientos de Dios. Todo lo que en este trabajo se ha dicho y argumentado, ha fundamentado la atrevida intención de presentar al Logos-Pedagogo, como único y verdadero Pedagogo de la humanidad. A los pedagogos humanos les queda entonces conocer e imitar al Logos-Pedagogo de Dios, y ser de este un instrumento.

“La religión es pedagogía, porque es aprendizaje  del servicio de Dios  y conducción al conocimiento de la verdad y educación recta que conduce al cielo”

Clemente de Alejandría.
Gracias por su atención.

P.A
García

martes, 6 de junio de 2017

Canción: "Bolívar en Bailadores"

BOLÍVAR EN BAILADORES

         Esta canción la compuse con motivo del paso de Bolívar por Bailadores, la misma fue interpretada en la Plaza Bolívar de dicho pueblo, por una alumna de la Escuela Bolivariana Mariño Bailadores.

1-   El Valle del Mocotíes muy honrado se quedó /
por la visita del héroe que a estas tierras liberó,
El Valle del Mocotíes muy honrado se quedó /
por la visita del héroe que a estas tierras liberó.

CORO:
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertador!
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertado oo oo oo oor!

2-   En casa de los Belandria esa noche se quedó /
y festejando el encuentro con una joven bailó,
En casa de los Belandria esa noche se quedó /
y festejando el encuentro con una joven bailó.

CORO:
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertador!
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertado oo oo oo oor!

3-   El frío y estos paisajes buen cobijo le brindó /
y un buen puñado de hombres que consigo se llevó,
El frío y estos paisajes buen cobijo le brindó /
y un buen puñado de hombres que consigo se llevó.

CORO:
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertador!
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertado oo oo oo oor!

4-   La Villa está agradecida porque tuvo el gran honor, /
de ver pasar a caballo a nuestro gran Libertador,
La Villa está agradecida porque tuvo el gran honor, /
de ver pasar a caballo a nuestro gran Libertador.

CORO:
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertador!
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertado oo oo oo oor!

CORO:
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertador!
Bolívar en Bailadores, el pueblo lo recibió,
y los villorros gritaron, ¡viva el Libertado oo oo oo oor!

Pedro García. Domingo 02 de octubre de 2016

P.A

García