DIVINO DIÁLOGO
En lo más profundo de su divinidad sintió
Dios un gran dolor, al ver tantas injusticias que a diario se cometen en este
mundo rebelde. Después de un silencio eterno, exclamó Dios Padre: ¿pero qué
pasa es ese lugar que yo he creado?; mira Jesús, aún hay hombres que no se han
enterado de tu vida, muerte y resurrección.
Le contesta Jesús: Padre, he hecho todo
lo que tú me mandaste hacer en la tierra; les hablé mucho de nuestro reino, de
las maravillas de tu poder; les dije a María, mi madre. Yo tampoco comprendo
por qué tanta destrucción. ¿Será que debo elegir más hombres buenos al
sacerdocio, para que de verdad prediquen como yo lo hice?
Interviniendo el Espíritu Santo, aporta a
la conversación celestial: Yo también he bajado a la tierra, le he dado dones y
frutos; se han quedado llenos de mí, algo anda mal.
Dios Padre con su sabiduría plena dice: ¡Claro!,
sí, sí, es el Demonio, le he dado demasiada libertad, creo que ya se pasó de
listo y está haciendo lo que le da la gana. También las personas, ya no quieren
más hablarme, pedirme ni por ellos ni por sus familias, ya ellos viven como si
Yo no existiera; hacen maldades y dejan entrar al Demonio en sus corazones, y
Yo sigo aquí, esperando que alguien me hable, permitiendo que Jesús baje en
cada Misa celebrada, escuchando sus llantos y lamentos, pero también viendo las
malas intenciones de los que buscan la paz pero no la tienen ni en su propia
alma.
Le interrumpe Jesús diciendo: sí, Padre,
tienes toda la razón, pero somos un Dios lleno de amor y misericordia, permíteme
ahora bajar a la tierra para juzgar a vivos y muertos, y así se cumpla según lo
he dicho.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo, se escucha en el cielo, mientras Dios Padre dice la respuesta a su Hijo
amado…
P.A
García
No hay comentarios:
Publicar un comentario