sábado, 12 de enero de 2019

Misiones en Mucutujote, Chachopo, Mérida.


MUCUTUJOTE
En la capilla de Mucutujote, Chachopo.

    El 25 de diciembre el catolicismo festeja la Natividad del Señor, Dios se hace hombre, por ello, en el tiempo de Adviento los seminaristas somos destinados a diferentes parroquias para acompañar y compartir con las comunidades la debida preparación para el nacimiento del Señor. En este sentido, la misión evangelizadora la llevé a cabo en la comunidad de Mucutujote, de la Parroquia Santa Bárbara de Chachopo, en el páramo merideño, cuya duración fue de 12 días, entre el 15 y el 26 de diciembre de 2018.
Mucutujote es una comunidad paramera de fuerte tradición católica, está ubicada unos minutos antes del pueblo de Chachopo, colindando con la comunidad de La Venta. Está conformada por diferentes sectores, ocho en total: La Cava, La Casita, Coromoto, El Alisicto, Santa Cruz, La Capilla, La Hoyada y El Picachito, para un aproximado de 70 casas. Es de clima muy frío, pues se ubica a más de 4.000 m.s.n.m., por lo que la temperatura es baja durante todo el día. A mediodía, cuando el sol está en su punto más fuerte, Mucutujote se jacta de unos 6°C.
En Mucutujote todo el mundo trabaja, a pesar de ser épocas de vacaciones para muchos en este país, en Mucutujote se trabaja la tierra constantemente, respetando, como es debido, la primacía de las actividades de la capilla. Las manos de aquellos hombres y mujeres son manos benditas, pues no en vano se desgastan labrando los campos para obtener los rubros que ellos mismos consumen y que también son llevados a todas partes de Venezuela, especialmente a Barquisimeto y Caracas.
Llegué a la comunidad el sábado 15 en horas de la tarde, mientras el Pbro. José Luis Nava celebraba junto a la comunidad la primera Misa de la Novena de Aguinaldos. Me ubiqué en la casa de la Sra. Yusgledys Andrade de Ramírez, Licenciada en Historia por la ULA. La casa de hospedaje no me quedaba tan lejos de la capilla, gracias a Dios, pues durante la Novena de Aguinaldos tuve que celebrar la Palabra a las 5:00am, soportando aquel inclemente frío paramero, que llegó al bajísimo punto de 2°C. Supe que el frío era realmente extremo cuando los comentarios de los locales admiraban tal situación, pues los sistemas de riego amanecían congelados.
Visité toda la comunidad tres veces, ya que cuando inicié el recorrido para la bendición de los Pesebres, la mayoría de las casas aún no lo tenían hecho, por lo que tuve la disposición de hacer un segundo recorrido y luego un tercero, para que todos tuvieran su Pesebre bendito, y de esa manera disponerse a la contemplación del recién nacido Dios con nosotros.
En la visita a las casas la conversación era jovial y duradera, pues para estas misiones conté con la valiosísima compañía de mi madre, ya que, con permiso del Párroco de Chachopo, el Pbro. Jesús Quintero, pude gozar de la presencia de ella, que como toda buena docente, tiene un postrado en relaciones sociales, (lo digo por la facilidad en entablar conversaciones con personas que nunca antes había visto). Hablando con la gente, era común escucharles el recuerdo del padre José Gregorio Méndez, el actual Canciller de la Arquidiócesis, que en su época de seminarista trabajó pastoralmente en Mucutujote durante las misiones de diciembre, a él se debe que la Novena de Aguinaldo sean en horas de la madrugada.
       En Mucutujote noté algo que nunca había percibido en las otras comunidades donde he estado, y es que allí los hombres son muy animados para las cosas de Dios, lo menciono en cuanto a que son ellos los primeros en llegar a la capilla, son los que reparten la acostumbrada merienda luego de las celebraciones, son ellos, también, los que hacen el pesebre en sus casas, mientras las mujeres se dedican a los quehaceres del hogar. En Mucutujote a los hombres no les da pena pasar con las ofrendas hasta el altar, no les avergüenza animar las celebraciones con el coro, y, lo mejor de todo, aplauden, aunque tal vez sea como herramienta para entrar en calor, pues las madrugadas son realmente frías.

Es común en el Páramo merideño la fascinante y devotísima veneración al santo negro Benito de Palermo, por ello, también en Mucutujote existe la “Casa de San Benito”, que es el lugar destinado para la preparación de las fiestas en honor al santo, es allí donde todos comen el día central de la festividad que suele ser para enero y donde reposan las pertenencias de la Sociedad de San Benito, que como ya lo he hecho ver en otro artículo, son ejemplo de trabajo, fe y organización.

       Junto a San Benito de Palermo, en las manifestaciones de la piedad popular, está nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela, pues existe en Mucutujote, como en otros lugares del páramo y en La Azulita, los indios coromotanos, que bailan gustosos a la madre de Dios aparecida en tierras guanareñas. El grupo de indios coromotanos de Mucutujote se ha trasladado en varias oportunidades hasta la Basílica de la Virgen en Guanare, para honrarla como ella se merece. En todo este panorama de festividades no puede faltar el patrono de los agricultores, san Isidro Labrador, quien también es venerado en esta comunidad y cuya capilla le está consagrada a él.

La capilla de Mucutujote es una joya, pues está muy bien conservada, posee la presencia constante del Santísimo Sacramento y está resguardada por toda la comunidad, especialmente por el Sr. José Cristino Ramírez, que es el sacristán desde hace más de 30 años. Esta capilla tiene una capacidad para aproximadamente 60 personas, por lo que se vio pequeña en todas las celebraciones de la Palabra.

       Es imposible hablar de Mucutujote sin hacer mención de su famoso y profesional coro “Juventud Gaitera”, ellos son quienes animan con sus cantos, tambores, cuatro, charrasca, furruco, maracas y mucha alegría las Celebraciones en la comunidad. Como director del coro está el Sr. Albenis Ramírez, quien es el que le inyecta todo el ánimo a las canciones, que entre villancicos y gaitas, el coro canta para alabar a Dios y animar a su gente. Con una trayectoria de más de 20 años, “Juventud Gaitera” está conformado por niños, jóvenes y adultos, todos mucutujoteros y familiares unos de otros.

Anteriormente mencioné que la Novena de Aguinaldo se realizaba a las 5:00am en Mucutujote, y, por las noches, ¿qué hacía?, pues bien, hubo una segunda comunidad que atendí por especial petición del padre Jesús Quintero. Durante las tardes me trasladaba hasta la comunidad de El Hatico, que es una localidad 100% agrícola, con menos de 20 casas y una hermosa capilla de piedras. Allí realizábamos la Celebración de la Palabra a las 6:00pm, todos los habitantes llegaban a la capilla con su ropa de trabajo, cansados de una jornada de esfuerzos físicos, que por la altura, más de 4.500 m.s.n.m. les es más dificultoso. En El Hatico los frailejones adornan el paisaje que todavía no ha sido moldeado por la mano del hombre.

       Volviendo a Mucutujote, tengo que mencionar a Doña Balbina, o mejor dicho la “tía Balbina”, que es como la llama el Sr. Cardenal Baltazar Porras, pues esta comunidad es mimada por el Arzobispo de Mérida desde hace varios años. Doña Balbina se goza en decir que en su casa pernocta el Cardenal Porras Cardozo, incluso esa habitación le pertenece exclusivamente a él, quien sin disimulo guarda especial aprecio por la “tía Balbina” y todos los habitantes de Mucutujote.

       Finalmente expreso mi agradecimiento al padre Jesús Quintero, por recibirme en su parroquia y por permitirme Celebrar la Palabra en el Templo Parroquial el día 23 de diciembre. Le agradezco el gesto de permitir que mi madre me acompañara, pues de lo contrario, ella hubiese pasado la nochebuena en la soledad de una casa vacía por el éxodo de venezolanos.

Gracias también a la comunidad de Mucutujote. Me llevo en el corazón su amor, amabilidad y receptividad, y sobre todo esas palabras de despedida que me dirigieron en la noche del 24 de diciembre, donde me hicieron saber que oraban por todos los seminaristas y de manera especial me esperaban para celebrar con ellos ya como sacerdote. Dios les bendiga, mucutujoteros.

P.A
García

1 comentario:

  1. Para mi que soy mucutujotero pero barquisimetido por circunstancias de la vida, me llena de orgullo esas palabras que resumen el sentir de mi comunidad, Dios llene de bendiciones a todos y también a aquellos que quieran compartir nuestras costrumbres, Dios nos ha regalado ese pedacito de cielo. Gracias por sus palabra que resumen nuestra idiosincracia.

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