lunes, 22 de abril de 2019

Resumen de las Misiones de Semana Santa en Aricagua

LOS AZULES Y TIERRA SANTA

«Yo soy yo y mis circunstancias» Ortega y Gasset. 


Felizmente cumplí con el tiempo de Misiones de Semana Santa, que este año 2019 se estableció desde el Jueves 11 de abril, con la Celebración de la Misa Crismal, hasta el Domingo de Pascua de Resurrección 21 de abril.

Ahora puedo contestar, cuando la gente me pregunte: ¿cuánto le falta?, solamente dos semanas, sí, dos semanas santas, ya que es costumbre responder de esa manera, y a mí me gusta agregar: más me faltaba cuando empecé. Ahora puedo decir confiado que el tiempo de Dios es perfecto, realmente sé que él va haciendo su obra en mi vida. Dios quiera y no esté equivocado.

Inicialmente fui designado a la Parroquia San José de Mucuchachí, pero por razones ajenas a mi voluntad, los presbíteros Albeiro y Gerardo Ramírez decidieron dejarme en la Parroquia Santuario Arquidiocesano Santo Cristo de Aricagua, donde iría a misionar a las comunidades de Hato Viejo y Pueblo Viejo, pues según ellos desde la comunidad de El Naranjo de Mucuchachí sería imposible la comunicación y el padre Gerardo se comprometió a asistirlos con al menos una celebración eucarística. Todo esto se decidió antes de salir del Seminario.

Llegamos a Aricagua el jueves a las 8:00pm, luego de tener un excelente viaje con la respectiva parada en la antena desde donde se ve la población de El Morro, allí tuvimos una suculenta merienda: un kilo de fresas, las cuales duraron en la bolsa hasta que se acabaron. Jorge Rojas, de I de Filosofía era el otro compañero seminarista que nos acompañaba para Aricagua, él estaba asignado para El Cañadon.

El jueves en la noche acompañé a Jorge a conocer el Santuario del Santo Cristo de Aricagua, yo ya había conocido el lugar en diciembre de 2017, cuando estuve por las misiones de Adviento en la Comunidad de Mocomboco y El Platanical.

El Santuario de Aricagua es por fuera poco atrayente, su torre alta y sencilla es una estructura destinada únicamente a soportar las cuatro campanas que posee la parroquia, una de ellas muy deteriorada. Por dentro el templo es una delicia pictórica, pues sus altas pinturas, asemejándose a las del Santuario de Bailadores, ornamentan aquel “Betel" haciéndolo digno de resguardar la venerable talla de madera de un Cristo agonizante, pues su ojos abiertos así lo manifiestan. De las pinturas del Santuario llama la atención los cuadros de Mons. Baltazar Porras y Mons. Luis Alfonso Márquez. El primero no guarda fidelidad al personaje, pues el tono de piel usado fue más claro que en la realidad; el segundo sí es fácil de reconocer, ya que la sonrisa de Mons. Márquez es muy fácil de asimilar, es propia, además de toda su persona. Otro detalle característico del Santuario son sus vitrales, en particular me gusta ver el del Siervo de Dios Mons. Miguel Antonio Salas.

Esa noche Jorge y yo rezamos el Santo Rosario, ofrecido por las misiones y por los demás hermanos seminaristas, como es mi costumbre. Este día ocurrió un detalle que no puedo pasar por alto, Jorge rezó de manera espontánea las letanías a nuestra Señora y solamente le faltó (Reina de las Vírgenes) cosa que me agradó mucho, pues no he sabido de algún seminarista que se sepa de memoria todas las letanías. Obviamente al finalizar el rezo le mencioné la letanía que se le escapó y no dudé en felicitarlo: dignísimo hijo de María.

El viernes 12, a media mañana buscaron al padre Gerardo que iba para Campo Elias. A Jorge, que fue enviado a la comunidad de El Cañadon, lo buscaron en horas de la tarde, pero a mí no me buscaron para ir a Hato Viejo y Pueblo Viejo, por lo que tuve que pasar ese viernes en la casa parroquial de Aricagua.

En la mañana, después que el padre Gerardo se fue, estaba organizado en Aricagua un Vía Crucis "viviente" a cargo de las instituciones educativas y como anfitriona la Escuela "Francisco Antonio Uzcátegui", al que Jorge y yo asistimos; la presencia del padre Albeiro, revestido con sotana blanca, reclamó la seriedad que aquel acto de piedad merecía, pero las risas no pudieron aguantarse ante la actuación de los jóvenes en el momento de la negación de Pedro, pues al acabarse la última negación, cuando corresponde el canto del gallo, a un joven que fungía como soldado le acercaron el micrófono, y él muy seguro de su acto cantó como lo hace un gallo: ¡kikiriki!. Fue imposible resistir ante semejante telón, de ahí en adelante nos dispusimos a observar las escenas del Vía Crucis que los jóvenes del Liceo representaban, disfrazados, algunos de ellos, con las casullas y albas de antigua usanza. Pilato vestía una hermosa casulla verde y Herodes una morada. Sólo en Venezuela.

Frente a la escuela, desde donde se dio inicio al Vía Crucis, está el primer automóvil que llegó a Aricagua, promovido por el Pbro. Lic. Pedro Antonio Moreno Uzcátegui, cuando éste fue Cura Párroco de esta localidad. Se trata de un Willys, sin las dos puertas, color verde, techo de lona negra y se conserva en muy buen estado, reposando sobre un gran pilar triangular de concreto y en la base una placa conmemorativa. En el parachoques del pequeño vehículo están los nombres de los demás ayudantes que hicieron posible la llegada de ese aparato sobre ruedas.

Ese viernes no me vinieron a buscar, es así como pernocté nuevamente en la Casa Cural. En la tarde estuve atento por si me buscaban pero la espera fue en vano. El padre Albeiro decidió que si el sábado antes de mediodía no aparecía nadie por mí, me cambiaría de destino, tal y como sucedió.

El sábado 13 de abril en horas de la tarde el padre me envió a una comunidad donde sí esperaban con ilusión la presencia del seminarista, se trata de Los Azules, comunidad más cercana al pueblo y mejor organizada y participativa que muchas otras del Municipio Aricagua. Llegué a casa de Doña Justina Rivas de Castillo y su esposo Don Rafael Castillo, allí es donde se hospeda siempre a los seminaristas que van para esa comunidad. Rápidamente me hablaron de los seminaristas anteriores: Elis Fernando Gutiérrez Rojas en diciembre de 2015; Eduardo Ismael Gotopo Ruiz en diciembre de 2016; y Ender  de Jesús Toro Castillo en diciembre de 2018.

Organicé la maleta en la habitación asignada, que es la sala de aquella casa. Fui solo a la capilla a conocerla, está unos 200 metros más abajo, estaba abierta, pues tiene la presencia del Santísimo Sacramento del Altar. Es una capilla de tamaño regular, suficiente para los habitantes de esa aldea. Tiene escasamente 20 años de haber sido remodelada. Cuenta con una "casa cural" que todavía no está amueblada ni totalmente acondicionada. La patrona de la capilla es la Inmaculada Concepción. El altar mayor es fijo y lo preside un gran crucifijo de yeso, de procedencia colombiana, donado en 2012 por don Rafael Castillo. La capilla del Santísimo está a mano izquierda entrando. Tiene solamente dos ventanas al lado derecho entrando, que dan con el camino principal de tierra. Ese sábado supe que Los Azules se llama así por el tipo de tierra que en ese lugar se puede conseguir, es decir, su tonalidad es azul, como si estuviera compuesta por piedra de río molida.

DOMINGO DE RAMOS

El domingo de Ramos o de la Pasión del Señor fui temprano a rezar a la capilla, luego de notar que muchas personas bajaban a misa al pueblo me animé también y decidí bajar caminando. En el trayecto me alcanzó en una moto uno de los visitantes que también se hospedaba en casa de doña Justina. Llegamos al pueblo y pude participar en la misa dominical. Antes conocí a la señora Cira de Torres, madre del Pbro. José Yonelis Torres y pude saludar también al señor José padre del mismo sacerdote, ellos eran los encargados de esa misa dominical. En la misa participé en la lectura de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas, como narrador (C), el diácono Juvencio hizo de (S) u otros personajes, y el padre Albeiro hizo de (+) Jesucristo. Al despedir la misa el padre anunció que la radio ya servía u que había gastado 80 dólares, por lo que pedía la colaboración de todos. Además anunció que yo estaría atendiendo dos comunidades, a saber: Los Azules y Tierra Santa.
Fui a almorzar en la Casa Cural. Una señora de Tierra Santa conversó conmigo para organizar mis subidas a la comunidad. Después de almorzar esperé un poco a ver si me pasaban buscando para regresar. Decidí caminar, y una hora después de empezar a hacerlo me dieron la cola en una samurái blanca.
A las 4:00pm acompañé la Junta del Praesidium Inmaculada Concepción de la Legión de María, que trabaja en Los Azules. El presidente es el joven Leomar Castillo, fiel acompañante de los seminaristas. Se reúnen todos los domingos a dicha hora. Allí se nos hicieron las 5:00pm hora pautada para hacer la celebración de Domingo de Ramos. Asistieron un poco más de 40 personas, comulgaron pocas. Al finalizar la celebración nos organizamos la semana haciendo un pequeño programa de mis movimientos en las dos comunidades, quedando de la siguiente manera:
Domingo de Ramos: 4:00pm Junta de Praesidium de la Legión de María. 5:00pm Celebración de la Palabra de Domingo de Ramos.
Lunes Santo: 9:00am visita a los enfermos sector Los Ceibos. 2:00pm visita a los hogares de Tierra Santa. 5:00pm Celebración de la Palabra en la Capillas de Tierra Santa
Martes Santo: 9:00am visita a los enfermos sector Los Lechozos. 2:00pm visita a los hogares de Tierra Santa. 5:00pm Celebración de la Palabra en Tierra Santa.
Miércoles Santo: 9:00am visita a los hogares sector Los Palchos. 4:00pm procesión y vía crucis del Nazareno. 5:00pm Celebración de la Palabra en Los Azules.
Jueves Santo: 9:00am visita a los hogares sector Los Mangos. 3:00pm Hora Santa en Los Azules. 5:00pm Celebración de la Palabra en Tierra Santa. 7:00pm Celebración de la Palabra en Los Azules.
Viernes Santo: 9:00pm visita a los hogares sector Principal. 3:00pm Viacrucis viviente en Los Azules. 7:00pm Celebración de la Palabra en Tierra Santa.
Sábado Santo: 9:00am visita a los hogares sector Principal. 5:00pm Celebración de la Palabra en Tierra Santa. 7:00pm Celebración de la Palabra en Los Azules.

LUNES SANTO

El lunes como el domingo fui temprano a la capilla de Los Azules a rezar el Oficio de lectura y las Laudes. A las 9:00am salí en compañía de una niña y una señora a hacer la visita a los enfermos. Fueron 8 en total las comuniones repartidas. En el trayecto llovió fuerte y nos mojamos sin poder evitarlo, yo fui el que más se mojó, pues por la altura la sombrilla no cubría lo suficiente, además por el tipo de lluvia con viento fue imposible escapar de la lluvia. No esperamos a que parara la lluvia pues teníamos el tiempo medido. Me mojé de tal manera que las Hostias Consagradas que las llevaba en el pecho envueltas en un Corporal se mojaron también y se volvieron todas una misma forma, sin embargo pude despegar una a una a la hora de dar la comunión a cada enfermo. En las visitas la niña Freymary leía la oración por los enfermos que llevábamos en el Manual de Oraciones del Regnum Christi. Después de almorzar me dispuse a poner a secar los zapatos con el buen sol que se asomó.
En todas mis misiones anteriores siempre he usado la sotana todo el tiempo, pues llevo la sotana que tengo desde el curso Propedéutico en el 2013; esta vez no pude hacerlo, pues me traje la sotana nueva, la que mandé hacer para el rito de la Admisión y no puedo deteriorarla tan inconscientemente, sin embargo, para estar identificado, más que por mí, por la gente, usé la camisa clerical.
A las 4:00pm vinieron en una moto a buscarme para ir a la comunidad de Tierra Santa. Era un jovencito que parecía experto en el manejo de motos, pues aceleró de tal manera durante el dificultoso trayecto por carretera de tierra, que me hizo pensar que mis días en esta tierra terminarían de forma trágica. Dios cuide a todos los motorizados y les dé prudencia al manejar.
En Tierra Santa lo primero que hice fue preguntar por qué el nombre tan particular, me dijeron que así le había puesto un sacerdote, pero que el nombre más común era Pueblo Nuevo, y éste se debía a que hace unos años atrás, los temblores amenazaron con acabar el pueblo de Aricagua y ese lugar había sido comprado por un Gobernador para refundar allí la población. En realidad el sitio es bastante coqueto, posee una capilla construida hace aproximadamente 30 años, muy bonita, dedicada a la Virgen de la Paz, un poco descuidada, y una plaza con el busto del Libertador, sembrados sus alrededores de grama y en torno a la pequeña plaza unas 10 casas unidas.
En la capilla recé el Santo Rosario con una señora legionaria, lo supe pues me siguió en el rezo de la Catena Legionis. A las 5:30pm hicimos las Celebración de la Palabra con presencia de unas 20 personas. Solamente comulgó una. Les expliqué la programación pactada con la comunidad de Los Azules y estuvieron de acuerdo en el horario. En Tierra Santa o Pueblo Nuevo les agrada bastante la presencia del seminarista, de igual manera hacen el esfuerzo por participar de las actividades en la capilla. Al finalizar la Celebración se me acercaron varias personas y me explicaron que antes de comulgar querían confesarse, por lo que irían diligentemente el día martes a las confesiones en el pueblo, ya que el padre Albeiro lo tenía programado a partir de las 4:00pm.
Hoy supe que la gente de esta zona les llaman "ejercicios" a todas las actividades de la Semana Santa, como el Viacrucis o las celebraciones en la capilla.
A las 8:00pm me bajaron otra vez en una moto, la conversa con el que manejaba fue nutrida. Casi que un cuestionario de preguntas y respuestas, por un momento me sentí interrogado por un misterioso, pues no podía ver su rostro, era obvio, estaba manejando. No había luz eléctrica en Los Azules. Llegué a la casa de doña Jacinta y allí me esperaba una taza de chocolate caliente. Hablé un rato con los nietos de doña Jacinta y me fui a descansar.

MARTES SANTO

La rutina de la mañana es igual para todos mis días de misiones. A las 9:00am salí con Freimary a visitar los hogares del sector Los Lechozos. Fueron 10 casas en total. Gente muy sencilla. La conversa con la acompañante me comprometió a volver en 2022 a celebrarle la misa de los quince años, Dios nos de vida y salud y que esa sea su voluntad, volver como sacerdote. En la mañana llevé mi ropa a lavar a una casa vecina. Siempre en las misiones hago el esfuerzo de lavar mi ropa personalmente, pero tampoco puedo desairar a quien se ofrezca a hacer este oficio.
Mientras íbamos de una casa a otra se me ocurrió preguntar por nuestras hermanas las culebras, (como diría san Francisco de Asís) y me dijeron que si habían. Deseé no encontrarme con ninguna, pero, en horas de la tarde, cuando subía en moto para Tierra Santa, nos apareció una señora culebra que pretendía cruzar el camino, no pudimos esquivarla y le pasamos por encima, la desdichada quedó revolcándose, yo di gracias a Dios por haber estado seguro en ese momento, de lo contrario el grito se hubiese escuchado a 15 kilómetros a la redonda.
En Tierra Santa parece que no había un alma en las pocas casas cercanas a la capilla, por lo que me dispuse a caminar y aproveché de rezar el Santo Rosario con vista al pueblo de Aricagua. Al regresar a la capilla recé las Vísperas y medité algunas estaciones del Viacrucis.
A las 5:40pm iniciamos la Celebración de la Palabra con 10 personas que rápidamente se congregaron al toque de la campana. Había comenzado a brisar. Sin luz tuvimos que iluminar el Pan Diario con las linternas de los teléfonos. Al finalizar la Celebración nos quedamos conversando un rato y luego fuimos a la casa de una de las muchachas que estaban ahí. La brisa seguía y no parecía acabar. Esa noche me tocó dormir en Tierra Santa, la conversa en la noche se extendió hasta las 11:00pm, parecía que querían saber todo sobre Dios, y peor aún, parecía que yo supiera todo sobre Él.

MIÉRCOLES SANTO

8:45am ya era hora de levantarse. Este día amaneció muy lluvioso, por lo que las oraciones de la mañana (Oficio de lecturas y Laudes) las hice en la casa donde amanecí. Desayuno y a esperar que parara de llover, cosa que no ocurrió, por lo que invertí mi tiempo en leer un excelente texto literario filosófico de Jean Guitton «Mi testamento filosófico». Prefería leer a salir y mojarme como lo hice el lunes, es mejor prevenir un resfriado. Pude ir a la capilla de Tierra Santa y allí estuve un rato con unos niños haciendo estrellas de billetes del antiguo cono monetario, y todavía no paraba de llover. Almorcé y a las 3:00pm dejó de llover y pudieron bajarme en una moto. Mientras regresaba a Los Azules iba comiendo un dulce de panela de caña de azúcar, que llaman melcocha y por la irregularidad del camino me atoré, estuve a punto de pedir que nos detuvieramos un momento, pero gracias a Dios logré recuperarme. El motorizado notó mi lucha por sobrevivir y terminamos muertos de la risa.
Llegué a Los Azules y me puse la sotana. Fui a la capilla a dejar los libros para la celebración y encontré a unas personas terminando de arreglar el Nazareno, que fue amarrado a una silla y así lo adornaron con flores para la procesión, sobresalían las hermosas orquídeas. Nos dirigimos hacia el lugar de donde salia la procesión, allí nos dieron chocolate bien caliente, por lo que alguien dijo que faltaba el pan para arcompañarlo. A la dueña de la casa no le cayó en gracia tal comentario.
Uno de los devotos del nazareno se puso su traje morado y se sentó a tomar el chocolate en una silla parecida a la que habían usado para acomodar la imagen del Nazareno. A mí se me ocurrió decirle en voz baja al que llevaba la guitarra que cuánto más no pesaría ese Nazareno para la procesión, lo que nos pareció muy chistoso y no páramos de reír hasta que llegó el momento de iniciar la procesión. Fue tanta la risa y tan caliente el chocolate que sudamos notablemente. El guitarrista comentó que justo cuando uno tiene que estar más serio es cuando más le dan ganas de reír.
Para la procesión me puse el roquete y encima la muceta negra que me prestaron. Era la primera vez que la usaba para una actividad litúrgica. Invité a los presentes a rezar el Santo Rosario de camino a la capilla y entre cada misterio haríamos una canción, además de pararnos frente a los altares que algunas casas habían montado.
Llegando a la capilla hicimos la celebración de la Palabra del Miércoles Santo. Participaron un poco más de 30 personas. En la reflexión de las lecturas me acordé de lo que decía el Padre Cándido en la Catedral, que el morado de la túnica del Nazareno rememoraba su cuerpo morado también por los golpes y maltratos recibidos durante su camino al Calvario.
Después de acabadas las recomendaciones para el día siguiente me despedí de los presentes. En la casa de doña Justina cené y luego me puse a jugar dominó con unos nietos de doña Justina.

JUEVES SANTO

Como todos los días en la mañana desayune y fui a la capilla. La pequeña acompañante Freimary fue de una vez conmigo, pues el sector de este día era justo después de la capilla. Visitamos un total de 8 casas del sector Los Mangos. En una de esas casas, ya casi finalizando la mañana, me saludó una señora con mucho cariño y simpatía y me preguntó que si era Legionario de Cristo, le respondí que no, pero que sí lo había sido, y me dijo que parecía un sacerdote legionario de Cristo. Yo iba con mi camisa clerical manga larga color negro, más nada extraño, de seguro el peinado me delató.
Me invitaron a almorzar en una casa con varias personas de afuera de Aricagua. Lo característico de este almuerzo fue el chigüire. La conversa giró en torno a exorcismos, demonios, posesiones diabólicas y pare usted de contar. Comimos mucho y todo muy sabroso. Yo no podía más. Decidí ir a la casa de doña Justina y allí esperar que vinieran a buscarme para ir a Tierra Santa. La celebración en Tierra Santa estaba pautada para las 5:00pm por lo que debían buscarme antes de esa hora, pero lastimosamente llegaron a las 5:30pm, por razones obvias decidí no ir, pues quedaría mal en Los Azules y no es mi costumbre hacerlo. La puntualidad es la virtud de lo nobles.
A las 6:30pm llegué a la capilla de Los Azules. Había un grupo de personas haciendo la Hora Santa. Rezamos el Santo Rosario. A las 7:00pm estaba pautada la celebración, pero iniciamos a las 7:30pm y se extendió hasta las 9:30pm. Este día jueves santo sentí que la gente de verdad se dispuso a participar con mucha atención.
Se cantó el Gloria como lo prescrito en las rubricas y luego de la reflexión de la palabra de 15 minutos exactos hicimos la escenificación del Lavatorio de los pies. Eran doce niños entre varones y hembras. Parece que no les habían dicho nada de ese "lavatorio" pues sus pequeños pies esparcían un olor típico de calcetines húmedos, sin embargo, en esas circunstancias me tocó echarles agua en sus pies, secarlos con el paño que inicialmente era blanco pero terminó negro y luego besarle conforme se acostumbra a hacer, a pesar de que el relato de san Juan no lo muestre tan específico.
Al finalizar la celebración hicimos la traslación del Copón con el Santísimo Sacramento hasta el Altar (mal llamado monumento) que unas señoras habían preparado. Era notoria la presencia y fragancia de las orquídeas. Rezamos algunas oraciones del Manual que llevé. Yo pude dirigir unas oraciones espontáneas y luego hicimos el rezo del Santo Rosario donde toqué la guitarra entre cada misterio para hacer un canto. La atención de las personas en toda la celebración o "ejercicios" como ellos lo llaman, era de profunda piedad y devoción. Solamente al iniciar a las 7:30pm tuve que alzar un poco la voz, más de lo normal, pues un niño se había quedado dormido y estaba roncando muy fuerte, lo que había despertado algunas risas en la asamblea.
Este día la asistencia de las personas de la comunidad fue mayor. Pude contar aproximadamente 75 personas. Muchas quedaron de pie y fuera de la capilla, por lo que me vi obligado a hablar en voz alta y gesticular casi con exageración para que los que estaban afuera me entendieran. Todos estaban muy atentos a mis palabras. Parece que logré captar la atención. Pero no era para aparecer yo, no señor, todo era para introducir a aquella gente en la meditación de los grandes misterios de la fe. Todo siempre para la gloria de Dios, como diría san Ignacio de Loyola: Ad gloriam Dei, para la gloria de Dios.
Este día descubrí que algunas garrapatas se estaban alimentando de mi sangre, pues pegadas a mi cuerpo y dispuestas a no irse las encontré muy bien enterradas de cabeza, y qué doloroso es el proceso de extracción.
También me dijeron que la capilla contaba con un sonido que había sido adquirido por todos, una planta y dos cornetas. Antes de la celebración fui a pedirlas a los encargados de la capilla que viven justo al lado de la misma, pero que ni se aparecen por allí. Parece que solamente se sienten complacidos con tener las llaves de la capilla y con abrirla y cerrarla, eso les será tomado como obra de misericordia tal vez. Eso es típico, los encargados de la capilla a veces son los que menos asisten y guardan las cosas de todos como si fueran propias, además de tener dificultades de trato con media comunidad. No sé cuándo se acabarán esas cosas, pero lo que sí sé es que uno como seminarista no se puede poner a resolver los problemas de la gente, eso les toca a ellos mismos, como adultos que son, no vaya a ser que uno se meta de "redentor" y termine "crucificado".

VIERNES SANTO

Nuevamente amaneció lloviendo con furia. Solamente pude realizar las oraciones en la casa y el resto de la mañana leer a Jean Guitton «Mi testamento Filosófico». Luego de las 11:30am paró la lluvia. Como tenía que ir a almorzar en otra casa aproveché el trayecto para llevarle la comunión a una señora de 95 años, me lo agradeció casi que con lágrimas en los ojos. Lo característico del almuerzo de hoy fue la torta echa no con harina sino en vez de la misma arroz.
A las 3:00pm debíamos empezar el Viacrucis desde unas casas cercanas a la escuela hasta la capilla. Por la lluvia en horas de la tarde empezamos a las 3:30pm. Hubo buena presencia de personas. Fue el primer Viacrucis en el que apenas en la tercera estación aparece el «Simeneo» (así fue pronunciado por la persona que dirigía la escenificación) y ayuda a llevar la cruz. La actividad de este día en Los Azules duró desde las 3:30pm hasta las 6:30pm. Al llegar a la capilla estaba el sonido instalado, un alivio para mi garganta.
Empezamos la celebración de la Pasión del Señor conforme  a las rúbricas. No, no hubo postración. La lectura de la Pasión según san Juan l hicimos entre tres. La predica fue larga. La adoración de la cruz fue un momento bastante espiritual. Comulgaron pocas personas. en total serían unas 50 personas las que estuvieron presente. Menos que el día Jueves Santo. Seguida de la celebración meditamos las siete palabras del Señor, para lo cual pedí la colaboración de siete personas que pudieran leer la palabra y luego la breve meditación que dispone el guión que usamos. Después de cada palabra yo hacía una corta reflexión personal. La gente se mostró nuevamente contenta con los ejercicios.
Al finalizar ya me estaban esperando para subir a Tierra Santa. Allí iniciamos a las 7:30pm y nos extendimos hasta las 9:30pm. En Tierra Santa había casi 50 personas también. Me acompañó en el altar una novata monaguilla que se entretuvo en tocar la campanilla en cada movimiento que yo daba. La dinámica de la adoración de la cruz y de las siete palabras fue igual que en Los Azules.

SÁBADO SANTO

La Semana Santa transcurre muy rápido, a mi parecer, pues cada día tiene su dinámica diferente. Este Sábado Santo amaneció lloviendo fuerte, por lo que después del baño y el desayuno realicé las oraciones de la mañana en la casa de hospedaje. Para este día estaba invitado a desayunar, pero solamente pude ir a agradecer el gesto y saludar a esa familia. Salí a media mañana, todavía estaba brisando, por lo que me prestaron una «chamarra» y unas «botas de caucho» (primera vez que uso unas). De regreso ya no podía caminar, las botas me estaban haciendo ampollas en los dedos de los pies. El resto de tiempo, lo invertí en la interesante lectura de Jean Guitton, a parte de preparar la reflexión de la noche, en Solemne Vigilia Pascual.
Estaba también invitado a almorzar, así que fui a la hora pautada. El día anterior había quedado con una persona que me buscaría a las 2:00pm en la casa de hospedaje, para ir a Tierra Santa. Ya se acercaba la hora y yo hacía por despedirme en la casa donde estaba almorzando. Aquella gente no me quería dejar ir. Hay personas que son caprichosas con uno. Tuve que decirles que me iba, porque así como les quedé bien a ellos al llegar puntual a comer, de igual manera tenía que irme pronto para estar puntual en el siguiente compromiso. Si comprendieron y por fin me dejaron ir.
En Tierra Santa estaba la gente organizándose para la celebración, los niños buscaban la leña para la fogata de bendición del fuego. Yo tenía que llevar la comunión a tres ancianos. Fuimos en un carro. La primera pareja de ancianos rayaban los 83 años, conversé con ellos y me dijeron que los había casado el pbro. Pedro Moreno en 1958. La tercera persona que visité era una señora de 85 años, que llevaba siete años ciega. Me comentó que veía solamente las brujas que llegaban a su casa desde lugares muy lejanos.
Llegue a la canilla nuevamente a las 5:00pm, de regreso buscamos el sonido que estaba en la escuela. Como todavía estaban preparando algunas cosas decidí rezar el Santo Rosario con los presentes, la capilla estaba ya llena. Empezamos la celebración con la bendición del fuego. Desde el campanario de la capilla dispusieron de un alambre que sirvió de línea conductora del mechón encendido que al llegar al montón de leña encendió el fuego para bendecirlo.
La celebración se llevó a cabo de la mejor manera. Terminamos a las 6:30pm. Mientras hacía la reflexión de las lecturas me agité un poco. Se leyeron las lecturas en su totalidad. Se bendijo el agua común. Me despedí de aquella comunidad y baje de inmediato a Los Azules, donde me esperaban con todo ya organizado para la celebración.
En Los Azules se reunió más personas que en los días anteriores. Pude echar un vistazo y conté aproximadamente 157 personas. Muchos quedaron por fuera de la capilla, algunos se asomaron por las dos ventanas para ver y escuchar lo que adentro ocurría. Los que se quedaron afuera eran en su mayoría jóvenes, sin embargo, se agolparon en la puerta para participar de la celebración. Después me comentaron que había tal cantidad de personas porque algunos venían de comunidades lejanas y se dirigían al pueblo, pero al ver que en esa capilla se preparaban para la Vigilia Pascual decidieron quedarse.
En Los Azules como en Tierra Santa hicieron la escenificación de la resurrección del Señor. En ambas comunidades se les ocurrió subir a los niños disfrazados encima del altar. La idea no me quedaba bien, pero no dije nada, confiando en la buena fe de aquellas personas.
Las dos predicas de este día fueron cortas, por la misma ceremonia ya casi no tenía voz, y aún así contaba con la ayuda del sonido. De verdad que es agotador hacer dos celebraciones en un mismo día, más aún cuando se trata de Semana Santa.
En Los Azules iniciamos la Vigilia Pascual a las 7:30pm y estuvimos en la capilla hasta las 10:30pm. Cuando llegué de Tierra Santa a celebrar no había electricidad, ya habían buscado una planta que al encender quemó el sonido de la capilla. Se bendijo el fuego y se encendió el Cirio Pascual preparado por ellos mismos, y en vez de los cinco granos de incienso incrustados le pusieron cinco chinches de cabeza verde. La verdad es que disfruté toda la celebración, e hice lo que estuvo a mi alcance para hacer que la asamblea también la viviera. Al finalizar me despedí y agradecí a todos. Ellos también lo hicieron y como muestra de gratitud hacia mí habían preparado las ofrendas que presentaron ante toda la comunidad.
P.A
García

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