domingo, 31 de diciembre de 2017

Homilía Dominical del 31 de Diciembre de 2017

Homilía Dominical del 31 de Diciembre de 2017

Lecturas: (Si 2-6. 12-14; Sal 127, 1-2.3.4-5; Col 

3,12-21; Lc 2,22-40)


Queridos hermanos en la fe, sean bienvenidos a esta Eucaristía del 31 de diciembre, que corresponde al último día de este año 2017. Por eso, quiero invitarles a vivirla con espíritu de acción de gracias a Dios por todos los beneficios recibidos de él durante este año que hoy se acaba, y que como buenos cristianos vamos a culminar en su presencia.

Todos los 31 de diciembre, es ya una tradición el reunirnos en familia para despedir un año y dar la bienvenida a otro, y es en medio de esta realidad donde, por voluntad de Dios, vamos a festejar a la Sagrada Familia de Nazaret. No es coincidencia, es el querer de Dios que en este último día del año civil meditemos acerca del valor de la familia, a ejemplo de José, María y Jesús, el Dios humanado. Meditar sobre la familia y poner en práctica todo esto puede ser la clave para superar la grave crisis moral y de valores que sufrimos como sociedad venezolana. Las palabras que a continuación les voy a transmitir, no las reciban como palabras de hombres, sino como palabras inspiradas por Dios para su Pueblo, que está sediento de Él.

Para hacer más esquematizada la reflexión de este día, vamos a tener en cuenta tres puntos muy concretos, sacados a la luz de la Palabra que acabamos de escuchar.

1-   Honrar a padre y madre

Queridos hermanos, la primera lectura, tomada del libro de Sirácide, expone la gloria de aquellos que pongan en práctica el cuarto mandamiento de la ley de Dios, el cual reza: “Honrar a padre y madre”, y es que es una obligación de nosotros como hijos, el venerar, respetar, ayudar y amar a aquellos seres que nos han dado la vida, y que han servido como instrumentos de Dios para que nosotros estemos en este mundo. El honrar a padre y madre significa, como lo manifiesta la lectura, estar con ellos en las buenas y en las malas, valorar todo lo que han hecho por nosotros y apoyarlos cuando sus fuerzas no les permitan valerse por sí mismos. Valga con esto la reflexión sobre las actitudes malsanas y erróneas que muchos hijos toman con sus padres cuando éstos ya están ancianos.

Cuántos padres y madres ancianos pasarán esta noche en un lugar apartados de sus familias porque sus hijos no han querido hacerse cargo de ellos en la vejez y en la enfermedad. Cuántos padres y madres están olvidados por sus hijos que prefieren estar esta noche en la calle, rodeados de tantos peligros, y no compartir lo poco o lo mucho que se tenga con sus familiares.

La familia la hizo Dios para estar acompañados, para darnos calor y amor unos a otros. Es que hay que ser un desalmado, para no vivir aquello que dice la canción más popular de este día: “faltan cinco pa las doce, el año va a terminar, me voy corriendo a mi casa a abrazar a mi mamá”. Sí, es que la letra de esta canción es propicia para traerla a la reflexión. Hay que correr y abrazar a nuestros familiares y decirles cuánto le queremos y cuán importante son para nuestras vidas. Un hijo no es nada sin su padre y su madre y un padre y una madre no es nada sin su hijo, sin su hija. Podemos imaginarnos el hogar de Nazaret, a una María dedicada a los quehaceres del hogar y a un José trabajando en la carpintería y enseñando este oficio al joven Jesús, y es allí, en las cosas cotidianas donde se manifestó el amor de Dios y la misma santificación de la humanidad.

Podemos imaginarnos también a Jesús, que en su crecimiento fue aprendiendo a amar a sus padres, en especial a su madre la Santísima Virgen María, hasta el punto de dejarla encargada al Apóstol san Juan antes de morir y resucitar. Queridos hermanos, la misma vida de Cristo nos enseña que, nuestra relación con nuestros padres es el reflejo más aproximado de la relación de Dios con nosotros, pues, como lo dice la escritura: “como una madre siente ternura por sus hijos, así Dios siente ternura por los hombres”. Dios es un Dios de amor, de ternura, de familiaridad.

Pensemos ahora, cuando estos valores faltan en las familias, es entonces cuando se crían no hijos, sino delincuentes y antisociales que hacen daño porque eso ha sido lo único que han recibido desde sus hogares. La responsabilidad de la familia es tan grande, que, dependiendo de la educación de los hijos en el hogar es que se dará en el futuro un buen fruto a la sociedad, con personas que quieran trabajar por el bienestar de todos, trabajar por hacer de este mundo un lugar más humano. Estamos necesitados de familias formadoras de humanos, porque mientras más humanos más cristianos.

He dicho al principio que este 31 de diciembre está hecho para estar en familia, compartiendo los padres con sus hijos, pero no se nos puede olvidar que, gran número de familias venezolanas hoy en día están fragmentadas, pues muchos de nuestros hijos, jóvenes y adultos tuvieron que salir del país para buscar nuevos horizontes de trabajo y prosperidad. Para nadie es un secreto que el pueblo venezolano, y más aún la juventud, está viviendo un gran éxodo, que pareciera ser la única esperanza ante tanta decadencia. Que no se nos olvide, queridos hermanos, que Dios no es un Dios de división, por eso, esto que está sucediendo es producto del maligno, que nos quiere ver divididos, el maligno que primero nos dividió a los venezolanos dentro de nuestro mismo país, pero que ahora, con más furia nos está dividiendo sacando fuera a los hijos, a las hijas, esto es para reflexionarlo, no para lamentarnos. Es preciso, entonces, encomendar en nuestras oraciones del día de hoy a todos los venezolanos que están lejos de su patria, lejos de sus familias.

2-   Que la paz de Cristo sea nuestro árbitro

Colosenses, en la segunda lectura trae a la mente las características que deben imperar en nuestras familias, es por esto que nombra la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura y comprensión como instrumentos eficaces de las relaciones humanas, donde el amor es el ceñidor de la unidad consumada. Queridos hermanos, pensemos ahora, en cuántas de nuestras familias falta alguno de estos valores, si no todos. Porque donde hay misericordia entrañable hay paz, donde hay bondad y humildad hay paz, donde hay dulzura y comprensión hay paz, y donde hay paz hay amor. Ya estamos cansados de tantas peleas, de tantas discordias entre los miembros de nuestras familias. Esta Navidad que estamos viviendo, y este último día del año debe convertirse en la oportunidad para apartar el egoísmo y el orgullo y darle un abrazo a aquel hermano, a aquella hermana o a aquel familiar que durante tanto tiempo ha estado alejado de mí. Hoy Cristo te está invitando a ser más humilde con tus familiares, a saber perdonarlos como Dios te ha perdonado a ti, a saber comprenderlos como ellos te han comprendido a ti, hoy el Señor, hecho niño en el portal de Belén, nos pide que le amemos a él amando a nuestros hermanos.

Queridos hermanos, hoy en día, en este contexto social en que estamos inmersos, amar al hermano significa desearle el bien, procurarle lo necesario para sobrevivir, comprenderle en las necesidades que tenga, compartirle de lo que tengamos porque todos estamos necesitados, hoy en día amar al hermano significa respetarlo en las colas que se hacen por reclamar alimentos, en las colas que se hacen por la gasolina, por el gas, por el efectivo necesario para hacer nuestras compras. Hoy en día amar al hermano significa ser misericordiosos como el Padre Dios es misericordioso. El cristiano del año 2018 que está por comenzar, es un cristiano que está comprometido a llevar la paz a todas esas realidades que he mencionado, llevar la paz y ser instrumento de la paz del Señor, como el gran san Francisco de Asís, que llevemos la paz a todas las circunstancias de la vida, porque donde hay paz hay amor, y todo estará bien.

Colosenses nos sigue haciendo la invitación a vivir en paz y recomienda, de manera especial a las familias, a vivir con la Palabra de Dios en medio, para alimentarnos de esa riqueza incomparable. De los padres de familia es el gran deber de educar a sus hijos, enseñándolos con toda sabiduría y corrigiéndolos cuando sea necesario, el que ama corrige. Que todo lo que hagamos, lo hagamos para dar gloria al nombre del Señor Jesús.

Que la paz de Cristo sea nuestro árbitro quiere significar también que en la vida familiar la mujer está llamada a vivir bajo la autoridad de su marido, pero que no es una autoridad machista, sino que, por el contrario, es una autoridad que viene de lo alto, y que lo constituye a él como el primero en dar ejemplo de amor y caridad. La palabra invita a los hombres a no ser ásperos con sus mujeres y a amarlas sin medida, de igual manera hace la gran exhortación a los hijos a obedecer a los padres en todo, ya que esto agrada a Dios. Queridos hermanos, la obediencia es la clave de la felicidad en la vida familiar, los hijos deben obedecer a ciegas a sus padres, porque el que obedece no se equivoca. Ya podemos imaginarnos a Jesús siendo obediente a María y a José, y más aún su Padre Dios, hasta el punto de morir en la cruz por amor y por obediencia a la voluntad de Dios, vemos entonces como la obediencia nos alcanza la salvación.

3-   Seguir los pasos de Jesús, María y José

En este domingo de la Sagrada Familia, el evangelista san Lucas nos muestra la escena de la presentación del Niño Jesús en el templo, que corresponde al cuarto misterio de gozo. Y en  esta escena debemos notar cómo José y María llevan al niño Jesús al templo para hacer las cosas según lo que estaba escrito en la ley del Señor. En esta primera parte ya la familia de Nazaret nos está dando un ejemplo y nos está haciendo una invitación, la de cumplir los mandamientos de la ley de Dios.

Bien sabemos que el entorno familiar es la primera escuela donde se educa a los hijos. Este evangelio nos enseña la pedagogía de Dios, que es enseñar con el ejemplo, vemos a María y a José ir al templo con Jesús, es decir, los padres no lo mandan solo, como hacen muchos padres hoy en día, sino que van con el niño para cumplir la ley, y ese ir con el niño es enseñarle las cosas buenas con el ejemplo, porque ellos, que son los padres, también están asistiendo.

Es muy común escuchar a un niño decir que cuando sea grande quiere ser como su padre o como su madre, y esto se convierte en un orgullo para la familia, porque está viendo en los adultos de la casa ese buen ejemplo que lo animará más adelante a esforzarse por cumplir sus metas y proyectos. Las familias de hoy en día no saben qué será de sus hijos, pues por la misma situación que vivimos, cada vez más jóvenes abandonan sus estudios porque se les hace imposible sobrellevar una vida estudiantil, donde lo económico juega un papel importante. En la familia de Nazaret notamos el gran esfuerzo de José y de María por brindarle la mejor educación a su hijo Jesús, podemos imaginarnos a José enseñando el oficio de la carpintería a Jesús, que se convertiría en el trabajo que sustentaría a él y a su madre.

Y es que el valor del trabajo es tan importante en la educación familiar, que la misma Sagrada Familia nos indica que es ese el camino de la santificación, sí, el trabajo es el camino de la santificación. Donde no se educa a los niños en el trabajo y el esfuerzo, se están formando los ladrones de la sociedad, que pretenden tomar lo ajeno como propio cuando no han trabajado para conseguirlo por sus propios medios. La delincuencia cada día aumenta, y con razón, pues muchas familias se han acostumbrado a que todo se los regalen, que todo les caiga de lo alto, y entonces se nos ha olvidado que es trabajando como se ganan las cosas y no viviendo esperanzados a que a alguien se le ocurra vivir la caridad para callar las conciencias de los más ignorantes.

Queridos hermanos, en la figura del anciano Simeón vemos al hombre y a la mujer que espera la venida del Señor, que se esfuerza y persevera por ver al Dios humanado, por ver al Emmanuel. Simeón esperó la venida del Salvador con mucha paciencia, preguntémonos ahora: ¿espero con paciencia las bendiciones de Dios en mi vida? Que también nosotros podamos decir en medio de nuestras vidas: ahora, Señor, según tu promesa puede dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu salvador, luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel, éste, que es un himno de acción de gracias debemos repetirlo de manera especial en este día 31 de diciembre, dándole gracias al Señor porque nos ha permitido verlo, tocarlo, experimentarlo en este año 2017, y hemos aprendido de manera contundente que solo él es la luz que ilumina nuestra vida, y sólo él es el amigo que nunca falla.

Simeón se encuentra con la Familia y reconoce en medio de la Familia a la Luz que iluminará a todas las naciones. Si Dios está en medio de nuestras familias, nosotros seremos esos focos, esos rayos de luz que iluminarán a la sociedad. Estamos llamados a ser luz del mundo, luz en la calle y en la casa, luz que alumbre a todos y no a unos pocos, porque Dios nos ha nacido y ha venido para ser luz de las naciones todas.

Si algunas de estas palabras que he dicho, ha resonado en la conciencia de ustedes como lo ha hecho ya en la mía, demos gracias a Dios por eso, porque, a la Iglesia venimos a encontrarnos con Dios, y Dios está en las cosas cotidianas de la vida, y ahora, más que nunca, Dios está sufriendo con nosotros y nos está llamando con voz poderosa a rechazar el mal y elegir el bien, la prosperidad, la igualdad y el bienestar de todos. Que no se nos olvide que estamos llamados a “honrar a padre y madre”, a vivir para “que la paz de Cristo sea nuestro árbitro”, y “seguir los pasos de Jesús, María y José” siempre y en todo lugar.

Que veamos a Dios en los demás, que veamos la luz de Dios y dejemos de vivir en las tinieblas del engaño y del fracaso. Hoy Dios nos da la oportunidad de optar por él, de empezar en 2018 de su mano, en su presencia, con su bendición, no perdamos la oportunidad de decirle a Dios: aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo para todos.

P.A
García

martes, 26 de diciembre de 2017

Mocomboco de Aricagua, tierra de misión

Mocomboco de la Parroquia Santuario Arquidiocesano Santo Cristo de Aricagua


Este tiempo de misiones fue antecedido por las ordenaciones sacerdotales de los Diáconos Eliecer de Jesús Ramírez, en Timotes y José Gregorio Sánchez, en Mucuchies. De verdad que es una experiencia vocacional muy animadora. Yo tuve la gracia de participar en la ordenación de José Gregorio, que al igual que en Timotes coincidió con la Solemnidad de Santa Lucía, Virgen y Mártir, patrona de estos dos pueblos del páramo merideño.

Llegué a la casa de hospedaje (Sr. Ermelindo Sosa y Sra. Maribel Uzcátegui) el viernes 15 de diciembre de 2017 a las 8:00pm. Antes había llegado al pueblo de Aricagua, donde había permanecido en la Casa Cural e Iglesia con el compañero seminarista Jhonatan Paredes, quien fue destinado a la comunidad de San José de Las Tendidas, a una hora y media de distancia del pueblo. El viaje de llegada empezó a las 9:00am y al pueblo llegamos a la 1:00pm, donde esperaba el Párroco Rector del Santuario Santo Cristo de Aricagua, el Pbro. Albeiro Ramírez, oriundo de Canagua. De inmediato almorzamos y dispusieron una habitación para descansar mientras llegaban los encargados de las comunidades a buscarnos para trasladarnos a las comunidades respectivamente. Estando en la Casa Cural pudimos conocer a los Diáconos Ramón Fernández y Juvencio Cadenas, los cuales salían también de misiones a otras comunidades de la Parroquia y que a su vez pertenecen a la misma Parroquia Eclesiástica de Aricagua. Estas comunidades eran Santa Cruz de El Quemado y Campo Elías.

La problemática inicial de la comunidad de Mocomboco es la presencia de un señor de nacionalidad colombiana que hace las veces de pastor evangélico y que tras de sí ha llevado a dos familias de la zona. La petición del Párroco es enfrentar esta situación mediante la defensa de la fe católica. Esta temática apologética se desarrollará en la visita casa a casa y de manera especial en las Celebraciones de la Palabra a realizarse en la Capilla a las 6:00pm. 

La comunidad es en su mayoría católica, manifiestan cercanía con los diferentes sacerdotes que han ejercido en el pueblo. Las casas distan unas de otras, sin embrago, para los lugareños es común atravesar distancias considerables a la hora de socializar con sus vecinos y de abocarse a la capilla para los actos religiosos. 

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Día sábado 16 de diciembre de 2017: primer día de visitas. En la mañana, realicé el Oficio de Lecturas y Laudes, a las 8:30am salí de la casa de hospedaje con el Santísimo Sacramento hasta la Capilla de la comunidad, dedicada al Santo Cristo, allí pude conocer al Sr. Jacinto Zambrano, encargado provisional de la Capilla, ubiqué de manera acostumbrada el Copón con las Hostias Consagradas y después de conocer la Capilla y sus dependencias salí a la visita casa a casa por los hogares. Este día acudí solo, es decir, sin compañía alguna de persona de la comunidad, sin embargo, caminé parte del sector más cercano a la Capilla, para un total de 15 casas visitadas. 

En este primer día asistieron ocho personas a la Celebración de la Palabra, dos niños y seis adultos, comulgaron tres personas, un niño y dos adultos. La Celebración inició a las 6:20pm y culminó a las 7:00pm. Se hizo el primer día de la Novena de Aguinaldos, se cantaron los gozos al Niño Jesús en su totalidad. De igual manera se acordó hacer la invitación a algunos músicos que animen con sus instrumentos la Celebración. 

En la predicación de la Palabra de Dios se hizo énfasis en la misión de san Juan Bautista como precursor de la venida del Señor. Elias hubo de venir y en la persona de Juan el Bautista cumplió lo que la profecía manifestaba, es decir, la reconciliación de padres e hijos para la llegada del Mesías. Jesús echó en cara a los escribas que habían matado a Juan Bautista. 

La Capilla es grande, como de unos 20 metros de largo por 5 de ancho. Tiene una puerta principal y otra lateral. Detrás de la capilla y unida a ella hay una habitación con baño, además de un comedor y cocina. Todo está acondicionado para albergar al seminarista o misionero que sea destinado a esa comunidad. El terreno donde está construida la capilla fue donado hace aproximadamente 30 años por los familiares del Sr. Jacinto Zambrano, a pesar de ser una construcción reciente fue levantada con la técnica del tapiado de tierra, la comunidad para aquel entonces colaboró de manera notable en la construcción de ese pequeño templo que se inició en 1984 por iniciativa del Padre Juan Carreto de nacionalidad española. 

En la visitas a los hogares pude tener conocimiento de los sacerdotes que han pasado por esta Parroquia, a saber: Pbro. Albeiro Ramírez, antecedido por el Pbro. Cornelio Marin, antecedido por el Pbro. Ramón Arellano, antecedido por el Pbro. Pedro Pablo Santiago, antecedido por Mons. Eduardo Contreras. De igual manera conocí los lugares de procedencia de los sacerdotes nativos de Aricagua. El Pbro. Jesús Elpidio Uzcátegui es de El Platanical, el Pbro. José Yonelis Torres es de Mocomboco, el Pbro. Amilkar Lobo es de Las Lomitas, el Pbro. Alirio Cadenas es de El Platanical, el fallecido Pbro. Luis Pérez era del pueblo de Aricagua y me enteré de la existencia del Ilustrísimo Monseñor Jesús Quintero que es de Aricagua y está por la Arquidiócesis de Maracaibo. 

Algunas personas me comentaron que recordaban con mucho cariño al Pbro. José Numa Molina García, quien hacia 25 años atrás, recién ordenado sacerdote, celebró su Primera Eucaristía en la comunidad de El Platanical, pues allí había trabajado como profesor.

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Día domingo 17 de diciembre de 2017. En la mañana realicé el Oficio de Lectura y Laudes. En este segundo día fui al pueblo de Aricagua a la Eucaristía dominical, donde el Padre aprovechó la trasmisión radial por (Santo Cristo Estéreo) para informar la pérdida de mis documentos de identidad. Después de esto almorcé en compañía del Padre Albeiro. Luego acompañé a la Junta de Praesidium de la Legión de María, donde me adheri a la reunión en el quinto misterio del Santo Rosario. Les colaboré con la Alocutio que se trató de la sencillez que requería el apostolado de la Legión en cuanto a la evangelización. 

Una vez abandonado Aricagua me dispuse a visitar hogares en las horas de la tarde, en total fueron dos casas visitadas. En una de las casas visitadas me encontré con una señora que me expresó sentirse en soledad, pues su esposo había fallecido hacia siete meses a causa de una enfermedad, con lágrimas en los ojos apenas pudo entablar una ligera conversación conmigo, mi visita le recordó a su marido difunto, de mi solo salieron palabras de aliento. Le pregunté si había hecho los rezos de los seis meses, su respuesta aunque negativa fue bien fundamentada, pues como es costumbre consumir licor en dichos rezos, ella prefirió mandar a hacer misa gregoriana por el eterno descanso de su esposo.  Durante la travesía de un casa a otra pude rezar un Santo Rosario. Al igual que de regreso a la Capilla aproveché el espacio para meditar otro Rosario. Ambos fueron ofrecidos en especial intención por el cumpleaños de Monseñor Luis Alfonso Márquez Molina cjm. y del Santo Padre Francisco. 

La celebración se inició a las 6:15pm, asistieron en total doce personas, diez adultos y dos niños. Comulgaron cinco personas.  Hoy se acercó el Sr. José Trinidad Sosa a acompañar la celebración con el cuatro, fue agradable la animación de este señor, quien tiene dificultad en la visión, de igual manera el Señor Roman Sosa. Una de las personas asistentes me obsequió medio kilo de ocumo. 

En la predicación se insistió en la misión de Juan Bautista. También se explicó el Domingo Gaudete, de la Alegría, que corresponde al tercer domingo de adviento y es precisamente ocho días antes de la Solemnidad de la Natividad del Señor en la humildad de Belén. 

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Día lunes 18 de diciembre de 2017. Hoy correspondió el Aguinaldo en la Parroquia a las Comunidades de Mocomboco, Mocomboquito y Platanical, por eso a las 4:00am nos levantamos de la cama y mientras los de la casa se alistaban recé Laudes tomando café endulzado con miel de caña. A las 4:45am estábamos en el Santuario y allí ya todo estaba listo para iniciar la Eucaristía. Como es de costumbre se lee la monición de entrada que trae el Guión Litúrgico editado por el Seminario Arquidiocesano San Buenaventura y luego el canto se entrada. En este pueblo es del sacerdote oficio exclusivo leer las intenciones que antes de la misa las personas anotan.  
Las misas de aguinaldos también son transmitidas por Santo Cristo Estéreo 96.1FM. La Iglesia estaba con buen número de personas, en total más de doscientas, esto se puede calcular con exactitud, ya que, como es tradicional en estas fiestas decembrinas, al finalizar la Misa, se comparte un pequeño «brindis» que en este día consistió en café con leche y pan, el pan había sido preparado para doscientas personas y al finalizar de repartir no quedó para el Padre Albeiro, que se había tardado mientras se quitaba los ornamentos y despedía a algunas personas que habían venido de las comunidades más lejanas al pueblo.

Al llegar del pueblo visité un total de cinco hogares, en el primero de ellos me dieron de “avío" tres cambures maduros, que me sirvieron de merienda mientras caminaba de una casa a otra. En la segunda casa visitada encontré a dos jovencitas, menores de quince años las dos, que el día de ayer me habían pedido confesarse, obviamente les expliqué con detalle que todavía no podía confesar, puesto que por ahora no soy sacerdote. En la tercera casa visitada me comentaron lo sucedido con un seminarista hace varios años, que después de haber ido en una Semana Santa de Misiones a la Comunidad de Santa Cruz de El Quemado, había encontrado el amor de su vida, y, en resumidas cuentas, dejó el Seminario y se puso a vivir con la muchacha que le había conquistado el corazón, que por cierto, durante las épocas de vacaciones van a esa turística comunidad a pasar unos días diferentes. En la cuarta casa visitada la conversa giró en torno a supersticiones que la gente cree con respecto a la devoción a San Benito de Palermo en Pueblo Nuevo del Sur, donde, según se cree, el Santo negro camina solo del Templo a su Capilla en La Olla si se tardan más del tiempo específico en devolverlo, según, hay quienes han visto las pequeñas huellas de la imagen de San Benito cuando se devuelve solo a su lugar. En la quinta casa encontré al Sr. José Torres, padre del Pbro. José Yonelis Torres, actual Párroco de Nuestra Señora de Fátima en Tovar. En esta ultima casa de la ronda de la mañana supe de la situación de concubinato en la que se en encuentra la mayoría de las familias jóvenes de la comunidad, de igual manera entendí que la problemática de la presencia de un fulano evangélico en la comunidad no ha sido muy favorable para él, pues las reuniones que se han realizado ha sido con presencia de personas venidas de Mérida o en algunos momentos venidas de otras comunidades de Aricagua, pero nunca han sido personas de Mocomboco. 

Almorcé en la casa donde me hoy espedando y luego aproveché el tiempo de la tarde para lavar mi ropa. Antes de las cinco de la tarde fui a visitar la casa de Roman y José Trinidad “Cheo" los dos hermanos que tienen gran dificultad en la vista, al subir noté que Roman ya estaba frente a la Capilla, mientras que José Trinidad aún permanecía en su casa, esperando fuera un poco antes de las seis de la tarde para bajar a tientas hasta la Capilla para animar con su cuatro y sus aguinaldos la Celebración de la Palabra. En esta casa visitada durante la tarde conocí al maestro de obras que lideró la construcción de la Capilla, él me comentó algunas anécdotas de la construcción, por ejemplo que trabajaron en las noches en que había luna llena, además de todo el esfuerzo de los vecinos por terminar la obra, según él, el padre Carreto pretendió hacer el trabajo sin gastar nada de dinero, y esto pudo haberse logrado, pues todo fue donado, sin embargo, mientras trabajaban de noche, los obreros pidieron un poco de licor, para “entrar en calor y tener más ánimo" y para adquirir el licor se necesitó de dinero, y ese fue el primer dinero invertido en la construcción de la Capilla, para comprarle licor a los obreros, nunca con la intención de embriagarse. 

La celebración inició a las 6:15pm, antes Roman se disculpó conmigo por no haber recibido la Comunión el día de ayer, según él, no estaba preparado para recibirla, además me expresó el profundo respeto que tiene por la Sagrada Hostia Consagrada, que para él es realmente el Cuerpo de Cristo. ¡Qué gran fe la de aquél hombre!  
A la Celebración asistieron 15 personas, la mayoría jóvenes. La predica giró en torno a la figura de San José esposo de la Virgen y padre adoptivo de Jesús. 

En la noche tuve una gran tranquilidad, habían conseguido mi billetera, estaba en la unidad de transporte que el viernes me había traído desde Mérida. Roman me había dicho que estaba orando frente a una imagen del Santo Cristo para que apareciera lo antes posible. La fe mueve montañas. 

En este día, conversando con la señora de la casa donde me estoy hospedando, consegui dos coincidencias curiosas, la primera es que ella, siendo más joven estudió en la ciudad de Maracaibo en un Colegio del Opus Dei, me comentó además que conoce a varios sacerdotes de la Obra, los cuales eran muy animados y celebraban la Eucaristía con buen humor, entre ellos el Padre Jesús Rodríguez. La otra coincidencia es que además de llamarse Maribel, es la bibliotecaria de la Biblioteca Pública de Aricagua. 

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Día martes 19 de diciembre de 2017. Hoy fue un día complicado. Desde las 4:00am comencé a evacuar demasiado, sin duda alguna me enfermé del estomago. En la mañana después de hacer las oraciones correspondientes, Oficio de Lecturas y Laudes, me dirigí hacia el sector Agua Linda que pertenece a Mocomboco, de camino pude rezar un Santo Rosario. En total visité cinco hogares. Uno de esos hogares fue la casa que sirvió de escuela y albergue al Padre Numa Molina cuando éste se desempeñaba como maestro de esa escuela llamada “El Platanical" que pertenece al territorio de Mocomboco. Allí pude conversar largo rato con la señora Ana Teresa Torres, quien me comentó las anécdotas de aquel tiempo cuando el Padre Numa daba clases en ese lugar. Entre tantas cosas hizo énfasis en que el Profesor Numa Molina se preocupó por enseñar no sólo a los niños, sino también a los adultos mayores, a quienes dedicaba hasta las horas nocturnas con gran esmero. De igual manera me contó que en ese lugar asustaban mucho a los profesores, pero que a pesar de esto, el padre Numa hacía caso omiso y descansaba por las noches con tranquilidad. De él destacó su paciencia, sinceridad y rectitud de intención para hacer las cosas. Todavía recuerdan el día en que el padre Numa recién ordenado sacerdote oficio la misa en la moderna escuela, a la que todos se abocaron en masa y de compartir hicieron hallacas, 25 años después los lugareños recuerdan la obra del Padre Numa.

Llegué sin fuerzas a la última casa donde me estaban esperando para compartir el almuerzo, allí se complicó mi salud hasta el punto de tener que descansar en una cama, la dueña de la casa, una devota legionaria, a cada instante me traía un bebediso diferente, con miras a calmar el dolor de estómago y las líquidas y constantes evacuaciones. Esta tarde no pude hacer la Celebración de la Palabra, cosa que me llenó de mucha tristeza, pues la comunidad reunida, aunque fue avisada de mi repentina decaída, estuvieron largo rato en la capilla, yo los pude observar mientras bajaba en una Camioneta Samurai Blanca al pueblo, donde iba a ser atendido por la doctora de turno. 

Al llegar al pueblo ya el padre Albeiro estaba avisado y permitió que después de ser visto en el Ambulatorio del pueblo, pernoctara esa noche en la Casa Cural. La doctora me suministró de dos sobres de suero para evitar la deshidratación, además de especificar que presentaba tensión baja.

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Día miércoles 20 de diciembre de 2017. Amanecí en la Casa Cural, quise descansar hasta las 8:00am pero desde las 4:00am empezaron a sonar las campanas, morteros y villancicos de la Iglesia, con tal que no logré la meta. Me levanté a las 7:30am. A las 8:00am fue el desayuno en compañía del Padre Albeiro. A las 9:00am me vinieron a buscar de nuevo para la comunidad de Mocomboco, al llegar hice el rezo de la Liturgia de las Horas, luego me fui caminando hasta la ultima casa de Mocomboco, que corresponde al hogar donde nació el Padre José Yonelis Torres, allí me esperaba su papá, el Sr. José Imerio Torres para compartir el almuerzo. De camino pude hacer un Santo Rosario. Estando en esta casa me comentaron más sobre la vivencia del Padre Numa Molina, que los fines de semana acostumbraba salir con sus mismos estudiantes a arreglar y a ampliar las carreteras vía Aricagua. 

Regresé para la casa de hospedaje y de inmediato me puse a hacer hincapié en la realización del arco de bienvenida para el Sr. Obispo Auxiliar Monseñor Luis Enrique Rojas, cosa que no se logró, pues las personas de la comunidad no asistieron a la hora fijada, en fin, a las 4:00pm tenía previsto pasar por Mocomboco el Sr. Obispo Auxiliar y a esa hora fue que se empezó a hacer el arco, sucedió lo que se esperaba, el Padre Albeiro llegó con el Sr. Obispo y nosotros aún haciendo el arco. En lo particular pasé la pena de mi vida, estaba yo ahí, con algunas personas colaborando, el Sr. Obispo sólo nos dio la bendición desde el Toyota en que venía y continuó hasta el pueblo. Por la vergüenza de no haber hecho el arco no pude ni moverme del lugar en el que estaba de pie, cosa que me restó puntos delante del Padre Albeiro y de Mons. Luis Enrique Rojas. Nos quedamos comiendo naranjas. Yo me fui para la Capilla y la arreglé con las bancas un poco más cerca del altar, para tener mejor contacto visual con las personas, saqué la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y la ubiqué visible a la asamblea. Toqué las campanas.

La Celebración de la Palabra inició a las 6:20pm, asistieron en total 19 personas, diez adultos y nueve niños. La predica se centró en las señales que Dios nos da sin nosotros pedírselas. Se explicó de igual manera la escena de la anunciación. Me dijeron que el día de ayer en mi ausencia se rezó el Santo Rosario y se leyó la Novena correspondiente al cuarto día. 

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Día jueves 21 de diciembre de 2017. A las 3:30am me desperté, realicé el Oficio de Lecturas y Laudes y salí en moto junto con el Sr. Ermelindo hasta el pueblo, donde nos esperaba la Misa de Aguinaldos. Al llegar al Templo Parroquial ya se encontraba ahí el seminarista Jonathan Paredes, todo organizado para iniciar la Eucaristía me correspondió el oficio de Ceremoniero (al finalizar la misa el Sr. Obispo trató de enseñarme cómo colocarle el solideo, lo demostró él mismo colocándolo sobre mi cabeza, me quedó grande, gracias a Dios!!!) En la homilía el Sr. Obispo Auxiliar fue muy directo a la hora de manifestar el descontento social por la crisis agudísima por la que estamos atravesando todos, sus palabras más que discurso fueron realmente esperanzadoras, el pueblo solo escuchaba atento y se manifestaban de acuerdo. 

Después de la Eucaristía fue el compartir acostumbrado, pan con chocolate. Conversamos un rato con las personas asistentes y luego el Sr. Obispo nos llamó al despacho donde, como Padre y Pastor, nos hizo una exhortación a no dejar apagar las tradiciones de los pueblos y a estar más cerca de la gente que se nos había encomendado, expresó que la simple realización de un arco era motivo para que una comunidad uniera fuerzas para la realización del mismo y que en eso se daba a conocer el ánimo y entusiasmo de las cabezas de la comunidad, que en este caso son los misioneros o seminaristas, a pesar de que una comunidad se construye poco a poco, no de la noche a la mañana. 

En horas de la mañana visité el sector donde vive el Diácono Juvencio Cadenas, en su casa compartí el almuerzo. Allí descansé un poco por haber despertado de madrugada y luego en la tarde continué con la visita casa a casa. Hoy en total fueron 7 casas visitadas. Durante la caminata pude meditar los misterios luminosos del Santo Rosario. 

La celebración de la Palabra inició a las 6:20pm antes se fue reuniendo la comunidad que en total fueron 30 personas entre niños y adultos. Hoy un señor que había visitado en la tarde me trajo una pequeña merienda que consumí antes de la Celebración. Fue una celebración muy participativa, interactuada con la asamblea. Se cantaron los gozos y demás villancicos al nacimiento. Al finalizar se bendijo un nacimiento nuevo y di las gracias a todos por la asistencia, además de invitar a los adultos a vestir a los niños como pastorcitos para el día domingo 24 a las 6:00pm. Aunque muchos habitantes de la comunidad no se cansan de repetir que “es una comunidad apática" puedo afirmar en estos días de misión que no es así, por el contrario, es una comunidad participativa y poco a poco se han ido sumando a las actividades en la Capilla. Puedo afirmar que les gusta que los visiten, sobre todo valoran la presencia del misionero o seminarista. 

Hoy por fin me acordé de terminar de ofrecer los Guiones Litúrgicos, que gustosamente se llevaron algunas personas. 

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Día viernes 22 de diciembre de 2017. En este día, después de rezar el Oficio de Lecturas y Laudes, salí caminando hacia un pequeño caserío, que está cerca de la capilla, pero que me faltaba por visitar, tardé una hora y media en llegar a la primera casa, que era de especial belleza, pues estaba totalmente construida en tapias y permanecía intacta en medio de jardines, parecía un pesebre. Allí me salieron al encuentro dos caninos que me hicieron retroceder. En total fueron visitadas cinco casas, en otra pude ver a una niña de trece años que había nacido con especiales discapacidades, no ve, no oye y no habla, estuve conversando largo rato con la mamá y ella me manifestó que entendía la voluntad de Dios en su vida, aquella mujer ya había aprendido a vivir con su hija enferma, como ella son muchas las personas que no pueden salir de casa, pues tienen que atender a sus enfermos. En otra casa saludé a una señora con su mano derecha hinchada, le pregunté que si ya había ido al médico, cosa que resultó ser positiva, pero, como todo en este país no consigue los medicamentos necesarios para calmar el dolor y deshinchar su mano. El pueblo está sufriendo en silencio y espera en Dios que todo cambie para bien. 

Bajando y caminando hacia la capilla pude visitar de nuevo la casa de Roman Sosa y José Trinidad, los dos ciegos de nacimiento, allí compartí el almuerzo con esa familia y conversando con Roman me dijo que se acordaba del Padre Alexander Rivera, quien años anteriores había estado de seminarista en esa comunidad de Mocomboco.

Como llegué temprano a la capilla pude descansar allí una hora. Luego toqué las campanas y me dispuse a esperar a las personas, en total asistieron veintidós entre niños y adultos. La Celebración de la Palabra de este día séptimo de la Novena de Aguinaldos inició a las 6:20pm. Fue un día en el que noté con mayor presencia el sufrimiento de las personas con respecto a la falta de medicamentos y alimentos, y también por el alto precio de las cosas y el escaso efectivo. En este día se oró por los enfermos y la predica centró su atención en la acción de gracias de los hijos de Dios hacia su Padre. 

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Día sábado 23 de diciembre de 2017. Como todos los días, realizadas las oraciones de la mañana me dispuse a visitar las últimas casas de la comunidad, que estaban ubicadas cerca de la calle principal. En total fueron cuatro casas visitadas. Durante el trayecto medité los misterios gozosos del Santo Rosario. 

En la tarde descansé y fui a la Capilla. La celebración inició a las 6:30pm. Hoy también me trajeron merienda, arepas con cochino. Asistieron en total quince personas. La predica se centró en la importancia de la reconciliación para el encuentro con el Niño Dios que está por nacer. Después de la Celebración me regalaron unas hallacas. 

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Día Domingo 24 de diciembre de 2017. En la mañana Oficio de Lectura y Laudes, luego aproveché de lavar la ropa usada en estos días de misiones. A medio día tenia una invitación a almorzar, por el camino medité los misterios gloriosos del Santo Rosario. En la tarde me fui temprano a la capilla, al llegar la estaban arreglando, colocaron flores y barrieron. A las 5:30pm llegó Cheo el cantante y nos pusimos a practicar villancicos. En este día la cena navideña la compartí con el Sr. Simón, recién enviudado, el Sr. Jacinto Zambrano, que es el encargado de la Capilla, trajo las hallacas, ensalada, yuca y queso con aguamiel.

La Celebración de la Palabra de la Solemnidad de la Natividad del Señor inició a las 6:30pm. Primero se hizo la Novena de Aguinaldos correspondiente al día nueve. Luego se hizo la Celebración de la Palabra con el canto del Gloria se tocaron las campanas y se destapó el Niño Jesús en el Pesebre de la Capilla. Asistieron en total 29 personas, la presencia de los niños siempre fue constante, aunque un poco tímidos quisieron participar de las Celebraciones. La predicación de este día giró en torno a la alegría y paz por el nacimiento del Dios-con-nosotros, se enfatizó en el verdadero sentido de la Navidad, dejando a un lado lo material y optando por lo espiritual, que en esta fecha es lo más importante. De igual manera se les exhortó a permanecer más cerca de la vida de la Iglesia, acudiendo al llamado del Párroco en las diferentes Eucaristías que se realizan en la comunidad. 

Al finalizar la Celebración me despedí de todos ellos y les entregué la estampa de un santo sacerdote, recordándoles que oraran por las vocaciones sacerdotales, especialmente por mí. Agradecí a todos por la hospitalidad, amabilidad y atenciones en estos días de misiones. Les invité a pedir al Párroco la presencia de otro seminarista para la época de Semana Santa del año 2018. 

A las 10:00pm escuchamos por Radio la Eucaristía en el pueblo de Aricagua, presidida por el Padre Albeiro Ramírez.

Doy gracias a Dios por esta nueva oportunidad de encontrarme con él en los humildes y campesinos de esta bella tierra, donde literalmente se produce leche y miel, los campos producen el alimento que todos consumen sin preocupación por el mañana, el gas doméstico ya fue desplazado y pasó a presidir la cocina el fogón de leña. 

Que Dios todopoderoso les bendiga y a todos nos de la gracia de la conversión. 

P.A
García

domingo, 10 de diciembre de 2017

Homilía Domingo XXIV T.O. Ciclo “A”

PREDICACIÓN DOMINICAL
Mateo 18,21-35

Queridos hermanos y hermanas, dispongamos el corazón para reflexionar la Palabra de Dios del Domingo XXIV del Tiempo Ordinario. El evangelio de este día, tomado del capítulo 18 del evangelista Mateo, nos pone de cara ante la acción más significativa de la misericordia de Dios, es decir, el perdón de los pecados. Acabamos de escuchar la parábola del “Servidor malo”, y antes de esta, el fragmento dedicado por Mateo al “perdón de las ofensas”. Jesucristo habló a los de su generación en parábolas, es decir, en narraciones que ejemplificaban una realidad vivida por el pueblo de Israel en las diferentes circunstancias, y que eran necesarias juzgar bajo la perspectiva divina.
Queridos hermanos, la sociedad de hoy está necesitada del perdón, de lo contrario no habrá paz, y paz es lo que todos queremos; paz para vivir como hijos de Dios. En nuestras comunidades debe reinar la paz, bien porque no hayan ofensas de unos para con los otros, o porque si existiesen la actitud del cristiano fuera la búsqueda inmediata de la reconciliación. Aprendamos de las primeras comunidades cristianas, donde si un miembro se negaba a la reconciliación era considerado como un extraño a la comunidad y los responsables tenían el derecho de excluirlo mientras permaneciera en esa actitud. En nuestros días estamos llamados a orar por aquellos que ofenden y no buscan la reconciliación con Dios y con sus hermanos.
El texto del evangelio hace para todos nosotros en este domingo una referencia al perdón y a la reconciliación, que se va a completar con la vivencia de la oración comunitaria. Hermanos y hermanas, si una comunidad es realmente orante, allí será privilegiada la presencia de Jesús. Recordemos que es el mismo Señor, el que nos enseña a orar, y en esa oración dominical, que siempre repetimos, está contenida una frase que es importantísima para entender la exigencia de Dios con respecto al perdón: perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Dios nos ha perdonado, ese ha sido su regalo a través de la Santa Alianza con nosotros, y qué mayor ejemplo el de nuestro Dios, al enseñarnos él mismo que, así como él nos ha perdonado todo, así mismo nosotros debemos ser misericordiosos con los hermanos que nos ofenden, que nos fallan, que nos hacen daño. Hermanos, no nos cansemos nunca de luchar para que siempre en nuestras comunidades se den las condiciones y actitudes que Jesús señaló en la oración del Padrenuestro.
En la “parábola sobre el perdón”, el apóstol Pedro hace una pregunta a Jesús, Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarle? Pedro se le adelanta y finalizando la primera pregunta hace una segunda, ¿Hasta siete veces?, de manera directa le pide una cifra numérica, como si el amor de Dios tuviera límites. Jesús responde a Pedro en sus mismos parámetros, pero saltando de un número generoso (7) a otro indefinido (70 veces 7) aclarándolo con la siguente parábola que presenta posiciones extremas a la hora de perdonar a los demás.
Hermanos, para comprender esta “parábola del servidor malvado”, es necesario saber la situación en la que vivía el pueblo al que Jesús originalmente dedicó esta narración, y es que la venganza era una ley sagrada en todo el Antiguo Oriente, mientras que el perdón era considerado como algo humillante; pero, para el cristiano, ese hombre nuevo renacido en Cristo, la contrapartida de la venganza es el perdón ilimitado.
Según la narración evangélica en primer lugar, un siervo es perdonado inmensamente por el rey, ante una gran deuda, recibió un gran perdón. En la segunda escena, éste se encuentra con un colega que le debía una pequeña cantidad. No escucha sus razones y rechaza el aplazamiento del pago pedido en los mismos términos que él uso para mover el corazón del rey. Vemos entonces una actitud muy marcada en nuestras comunidades, con despiadada determinación hace que lo metan a la cárcel. Finalmente los compañeros se sienten indignados por este hecho y contaron lo sucedido al rey, éste por su parte rechaza la actitud del servidor malo, porque no había entendido que el perdón obtenido lo obligaba a mostrarse también misericordioso con el otro.
Esta parábola quiere describir la relación de los seres humanos con Dios y con los demás. La deuda de diez mil monedas de oro, que era algo impagable en todo caso, simboliza la situación de toda persona a quien Dios perdona por pura gracia. Por otra parte, la actitud del siervo malo ejemplifica el egoísmo del corazón humano. Y es que en la perspectiva cristiana, unos a otros nos debemos “cien monedas”, que es una ridiculez a la hora de compararlo con todo lo que se nos ha sido perdonado. Unos a otros tenemos una deuda, la deuda del amor y del perdón.
Ante este panorama, ¿cuál debe ser la actitud nuestra frente al prójimo? Dios nos abre la gracia de su perdón de una manera insospechada, pero la retira ante los corazones ruines que niegan el perdón al prójimo. Quien haya experimentado la misericordia del Padre no puede andar como Pedro, calculando las fronteras del perdón y la acogida a los hermanos.
Hermanos, perdonar no es fácil, pero tampoco imposible. Dios nos ha perdonado muchísimo, y sin condiciones. Ese ejemplo debemos seguir: perdonar a nuestros hermanos sin requisitos, ya que sus deudas hacia nosotros son inmensamente menores. Dios se muestra en nuestras vidas como aquel que siempre ama y perdona, es Dios mismo el que pone el perdón como base de la convivencia humana, y es que no podríamos vivir el día a día si quitamos de nuestra vida el perdón. Este perdón exigido por Dios no puede ser selectivo, es decir, no podemos perdonar sólo a unos y no hacerlo con los otros, si esto sucede estamos traicionando nuestra condición de hijos de Dios, porque no estaríamos actuando como nuestro Padre que ama a todos sin excluir a nadie. El perdón es una experiencia de inclusión.
Queridos hermanos y hermanas, ya para ir finalizando esta reflexión, es necesario comprender que nunca nos debemos cansar de perdonar, y tampoco de pedir perdón, ambas situaciones son muestra de profunda humildad. Que ante los momentos de ofensas y faltas contra nosotros recordemos aquellas palabras del Señor en el evangelio: ¿no debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?
Que María Santísima, la mujer que sufrió la muerte de su hijo y que supo perdonar siempre, nos ayude con su poderosa intercesión, para que todos los días vivamos con la alegría de sentirnos perdonados por Dios, y que con esa misma alegría perdonemos a los demás, no siete veces, sino setenta veces siete, es decir, siempre, siempre, siempre. Amén.

P.A
García



Homilía del Domingo XVII T.O. Ciclo “A”. (Para Misa de Exequias)


PREDICACIÓN MISA DE EXEQUIAS
(Mateo 13, 44-52)

Queridos hermanos. Familiares, amigos y conocidos de nuestro hermano difunto. Buenos días. El ser humano es un cúmulo de sentimientos, muchas veces estos se presentan de manera antagónica, como en el día de hoy, ya que nos embarga una tristeza por el fallecimiento de quien en vida fue para nosotros padre, hermano, compañero y amigo…; pero al mismo tiempo nos sentimos alegres y esperanzados porque él, según la fe de los cristianos, ya ha entrado en la vida eterna prometida a los hijos de Dios. Valga nuestra oración por el eterno descanso de este hermano nuestro, y también sirva de fortaleza y ánimo para sus familiares y todos aquellos que sienten su desaparición física.
En este domingo, la Palabra es propicia para reflexionar lo que el Señor predicó en su vida pública: el Reino de los Cielos, conjugándose de manera inseparable con la experiencia de la muerte. En el texto evangélico anteriormente proclamado, Jesús se dirige a sus discípulos y en ellos a todos nosotros los aquí presentes, para enseñarnos, una vez más en su papel de Pedagogo de la humanidad, que dependiendo de nuestra valoración del Reino estaremos dispuestos a amar e incluso a dar por conseguirlo.
Es fácil notar la analogía y el fuerte paralelismo entre las imágenes de las dos primeras parábolas. En ambos casos está en juego algo muy precioso que es encontrado y para comprarlo se vende lo que se tiene. Ante todo, las parábolas ponen en evidencia que el Reino, como el tesoro escondido y la perla preciosa, está presente, pero no de manera tan evidente que los hombres puedan verlo. Podríamos llegar a pensar que la muerte es para el cristiano el encuentro con Jesús en el Reino de los cielos, el cual ensayó en vida, un encuentro que es pronto en llegar, pero que muy pocos toman conciencia de ello.
Es necesario seguir la secuencia lógica de la parábola para evitar una interpretación equivocada: habiendo “encontrado” el tesoro y la perla, estos hombres “van y venden todo”. Encontrarlo es razón para vender y no al contrario: vender para encontrarlo. Vender las propiedades es la consecuencia casi obvia de quien ha descubierto algo que tiene cualidades muy superiores a todo aquello que ya posee. El énfasis se pone sobre el valor incomparable del encuentro con la realidad salvífica de Dios. Un encuentro en el cual se reconoce, el bien supremo y por lo que se está dispuesto a renunciar a todo el resto, sabiendo que ahí se encuentra la verdadera felicidad. Nuestro hermano, ha permitido entregar su vida a la muerte, para que su alma vaya directa al encuentro con el Señor, él ya ha valorado por completo lo grande y lo maravilloso que es el Reino. A nosotros nos toca ahora, vivir valorando el tesoro que Dios nos ha regalado, para que cuando se aproxime nuestro encuentro con él en la eternidad, nos sintamos y estemos realmente preparados.
Podemos decir que las dos parábolas presentan dos modalidades diversas de encuentro: en el primer caso, el descubrimiento parece ser casual y de improvisto; en el segundo, parece ser fruto de la pasión y de la actividad humana. Esto podría sugerir que hay diversos caminos para acercarse al Reino: la aparición de Jesús se dirigía tanto a hombres religiosos de su tiempo, que podían ser considerados “más cercanos a Dios”, como también a los publicanos y a las prostitutas que parecían “más lejanos de Él”. Y es que el Señor, para llamarnos a su Reino no hace distinción de raza, condición social o lengua, él a todos nos quiere incluir en su designio de amor universal, por eso es que la muerte, como fruto del pecado, ahora debe ser vista por la comunidad de creyentes como la oportunidad que Dios nos brinda para estar con él. La muerte no es el fin de la vida, sino el principio de la misma.
Por otro lado, la red llena de peces buenos y malos retoma la misma enseñanza desarrollada en la primera parábola, pero con algunas matizaciones. Entre las multitudes que Jesús atraía se mezclaban toda clase de personas, por lo que resulta imposible decir con exactitud cuáles fueron las motivaciones y las intenciones de Jesús, como también ninguno habrá podido distinguir los “buenos” de los “malos”. Queridos hermanos, nuestra motivación por el Reino, por la salvación no debe ser el temor de condenarnos, sino por el contrario, lo que debe motivarnos es el profundo deseo de corresponder al amor que gratuitamente hemos recibido del Señor, sabiendo que de él venimos y nuestro fin se dirige hacia él mismo.
El hoy es un tiempo de conversión. La Iglesia siempre debe recordar esto. El tiempo actual es tiempo de la pesca. En la red entran peces buenos y malos. La selección se hará cuando la red sea llevada a la orilla, y sólo entonces se separará a unos de otros. Este alargarse del tiempo es una oportunidad para nuestra conversión.
Nuestro hermano difunto participa ya de la Pascua del Señor, los que le conocimos sabemos que trató de testimoniar, en la medida de lo posible, la fe que en vida profesó. Él, que creyó en el Señor, no morirá para siempre, pues su fe le prometía la resurrección y estamos seguros que así será, pues el que muere con Cristo vivirá también con él. A este hermano nuestro, concédele, Señor, el descanso eterno y brille para él la luz perpetua. Que descanse en paz. Amén.

P.A

García

¿Qué es el sufrimiento?

VISIÓN ANTROPOLÓGICA DEL SUFRIMIENTO

         ¿Por qué sufre el hombre? Si por antropología enten­demos lo que la doctrina cristiana enseña a propósito del hombre, e intentamos dar con lo que es más característico, convendremos en que, para el cristianismo, el hombre es, antes que nada, un ser en proceso de formación; «un ser que se hace»[1], un «ser en camino, un ser de paso»[2] hacia una perfección que todavía no posee. De allí que el sufrimiento se encuentre implícito en dicho proceso como elemento necesario. Así como los metales necesitan un proceso para alcanzar una utilidad, así el hombre, a través del sufrimiento, logra en sí la perfección a la que está llamado.
Es así como el sufrimiento parece pertenecer a la trascendencia del hombre; es uno de esos puntos en los que el hombre está en cierto sentido «destinado» a superarse a sí mismo, y de manera misteriosa es llamado a hacerlo[3].
         ¿Cuál es la causa del sufrimiento? Cuestionarse sobre el sufrimiento es menester de la razón humana, puesto que es una realidad presente en toda su existencia. En primer lugar, se acostumbra a decir que la causa del sufrimiento humano es el pecado original, esto desde la perspectiva cristiana, sin embargo, para referirse al sufrimiento desde el punto de vista ateo, se considera que el mismo es incomprensible, puesto que, los niños sufren y, aparentemente, son inocentes del pecado. Hay que entender que el sufrimiento puede ser físico, mental o emocional. Muchas son las razones por las que el hombre puede sufrir, por ejemplo, el daño que se ocasiona como el resultado de la guerra, la avaricia comercial, las crisis sociales, las enfermedades, los accidentes, los desastres naturales, los actos y las expresiones faltos de caridad por parte de otras personas, el darse cuenta de una calamidad inmediata y la misma ignorancia del hombre.
         ¿Permite Dios el sufrimiento? Pretender atribuir a Dios el sufrimiento, no está bien visto, y menos desde el cristianismo, ya que Jesús, el Hijo de Dios, nos ha mostrado un evangelio lleno de misericordia. La causa del pecado, encuentra su cognición en el mal uso de la libertad. En el caso del justo Job, se contesta la verdad del principio que identifica el sufrimiento con el castigo del pecado y lo hace en base a su propia experiencia. En efecto, él es consciente de no haber merecido tal castigo, y expone el bien que ha hecho a lo largo de su vida. Al final es Dios mismo quien reprocha a los amigos de Job por sus acusaciones y reconoce que Job no es culpable. El suyo es el sufrimiento de un inocente; debe ser aceptado como un misterio que el hombre no podrá comprender a profundidad con su limitada inteligencia[4].
         ¿Puede ser positivo el sufrimiento? Desde la fe cristiana el sufrimiento permite la purificación del alma y con ella la perfección del individuo. El hombre de fe logra entender, en medio del sufrimiento, que Dios sufre con él. Por su parte, el hombre sin fe, simplemente cree que el sufrimiento es un callejón sin salida, ante el cual la decisión más inmediata es acabar con su vida para erradicar el dolor. De esta manera, se logra entender que para el hombre de fe es más fácil sobrellevar la experiencia del sufrimiento, ya que, como lo dice la Escritura, “Dios interviene en todas las cosas para bien de todos los que le aman”[5]. En este sentido, la experiencia del sufrimiento es positiva en cuanto que, de él, Dios se vale para hacer un bien, esto se evidencia en casos de conversiones cuya raíz ha sido el padecimiento de una enfermedad. Se han visto familias enteras volver a Dios a partir de la enfermedad de uno de sus miembros.
¿Se puede glorificar a Dios en el sufrimiento? El Catecismo de la Iglesia Católica es claro a la hora de manifestar que, también a través del sufrimiento se puede dar gloria a Dios, al respecto expresa que “a veces Dios puede parecer ausente e incapaz de impedir el mal. Ahora bien, Dios Padre ha revelado su omnipotencia de la manera más misteriosa en el  anonadamiento voluntario y en la Resurrección de su Hijo, por los cuales ha vencido el mal”[6]. En conclusión, el hombre junto a Cristo, es capaz de entender el sufrimiento, y con la ayuda de una fe firme, es capaz de vivir su peregrinar dando gloria a Dios con su existir.
El sufrimiento cristiano es acompañado por el ofrecimiento, siendo conscientes de que, el mismo se remite a la cruz de Cristo, de ahí el motivo por el cual debe ofrecerse todo sufrimiento para bien nuestro y del mundo. El sufrir con paciencia no puede entenderse nunca como una mera resignación, no, este sentimiento no es cristiano, es todo lo contrario, a representa una esperanza con miras a la alegría de la resurrección.
Como lo refiere el Concilio Vaticano II: Peregrinos todavía sobre la tierra siguiendo sus huellas en el sufrimiento y en la persecución, nos unimos a sus dolores como el cuerpo a la Cabeza, padeciendo con El, para ser con el glorificados (cf. Rom., 8,17)[7].

P.A
García



[1] La expresión es de J. PIEPER, Antología, Herder, Barcelona 1984, 17, y tiene una perspectiva filosófica. La revelación cristiana añade a esta percepción el horizonte de un proyecto de hombre.
[2] J. RATZINGER, Au commencement Dieu créa le ciel et la terre, Fayard, Paris 1986, 57.
[3]San Juan Pablo II. (1984. Salvifici Doloris. (p.1)                                                                         
[4] Ibídem (p.26)
[5] Romanos 8, 28

[6] Catecismo de la Iglesia Católica  (1992). Primera Parte: La profesión de la fe. (#272)
[7] Concilio Vaticano II (2015) Lumen Gentium (#7)