martes, 24 de abril de 2018

Homilía del Pbro. Argenis Zambrano, en la Misa de la Divina Pastora en La Playa

DIVINA PASTORA DE ALMAS

De izquierda a derecha: Pbro. Oscar Contreras, Pbro. Argenis Zambrano,
Mons. Luis Enrique Rojas, Pbro. Gerardo Ramírez y el Pbro. Antonio Viedma


       Queridos hermanos. Bienvenidos a esta santa Eucaristía que tiene varios motivos por los cuales nos congrega. Y a pesar de la cantidad de feligreses que hoy nos acompañan, y que muy bien pudiéramos decir que pudo celebrarse la misa a campo libre, como se ha venido celebrando estos días, sin embargo, tiene una razón específica, y es porque no hemos celebrado dentro de la iglesia una misa a la Divina Pastora.

       Por lo tanto es obligante celebrar esta misa del día de hoy dentro del templo. Y en medio de los grandes motivos que hoy nos congregan, porque hoy es el domingo, Día del Buen Pastor, aparte de esto, nos congrega también, en medio de lo que significa los sentimientos humanos, la verdad de la alegría, la efusión de la alegría por la presencia de la Pastora unida a su Pastor, que en estos días hemos tenido la alegría de compartir en todo el Valle del Mocotíes su presencia entre nosotros, pero que ya hoy vamos a tener que despedirla, para darle paso y oportunidad a otros pueblos, sobre todo para que retorne a su lugar donde ella habita, que es la ciudad de Barquisimeto y en concreto el Santuario de la Divina Pastora en la Parroquia Santa Rosa de Lima de Barquisimeto.

       Pero en todo caso, también nos congrega el motivo de esa jornada de oración con la cual nos ha convocado la Conferencia Episcopal para orar por Venezuela, para orar por nuestro país, y sobre todo para orar por los emigrantes, por los exiliados, y orar por todos aquellos que de una u otra forma han tenido que partir de nuestro país hacia otro lugar, buscando, pues, nuevos rumbos, nuevos horizontes y nuevas formas de vida, una mejor calidad de vida.

       Por lo tanto, quisiera comenzar por lo primero, y es esa reflexión sobre el Buen Pastor. De repente, en este ambiente tropical en el cual nos desenvolvemos, como que no está muy bien identificada la figura del pastor, o tal vez nos hace falta adentrarnos en la realidad de lo que es el pastor. El pastor, es en primer lugar aquel hombre que tiene que estar en el campo, aguardando sin horario ninguno el cuidado de las ovejas, y tiene que estar día y noche cuidando de sus ovejas, y eso tiene una razón: porque son grandes rebaños. No se trata de una oveja, no se trata de un grupito de ovejas, se trata de rebaños, y cuando hablamos de rebaños hablamos de grandes grupos, de grandes masas.

Por lo tanto, en medio de lo que significa el cuidado de todas las ovejas, eso evidentemente implica también el estar cerca de ellas, por una única razón: porque el pastor tiene que estar pendiente para que esas ovejas coman bien, para que esas ovejas se alimenten adecuadamente. Y por eso, el pastor bueno tiene que extender a mano hacia donde está la oveja, para poder darle los pastos abundantes para que ella pueda también saciar el hambre. Pero el pastor tiene que también cuidar de las ovejas, en el sentido de que tiene que conducirla hacia donde hay abundante agua para que ella pueda saciar la sed. Y entonces, en medio de lo que significa la labor de ese pastor, y no de cualquier pastor, sino del verdadero pastor, extendiendo la mano para que esa oveja coma, muchas de ellas se alimentan de la palma de su amo. Por tanto, el pastor, cuidando de que la oveja pueda alimentarse bien y saciar su sed también tiene que cuidar para que no venga el lobo y haga estragos en medio de ellas. Para que el lobo no venga y las confunda. Para que el lobo no se revista de oveja y entonces pueda producir en medio del rebaño, no solamente una deserción, sino que pueda producir una confusión en medio del rebaño, y entonces las espante y que las ovejas crezcan en esa estampida, muchas de ellas salen heridas, otras tantas salen muertas, otras tantas salgan con un gran dolor. Esa es la misión del pastor.

Comprendiendo entonces que el pastor tiene que estar día y noche cuidando de ese rebaño, ya podemos comprender por qué Jesús se atribuyó la figura del pastor y llegó a decir “yo soy el buen pasto, y el buen pastor da la vida por sus ovejas”. Pero hay otro detalle, podemos hablar del pastor, pero es que un pastor sin ovejas no es pastor, es necesario que esté el rebaño para que el pastor lo pueda cuidar.

Y hay que entender cuál es el significado de la oveja. Hay un elemento muy importante, y es que las ovejas son mansas, las ovejas no necesitan que las empujen, las ovejas no necesitan que las atropellen, las ovejas no necesitan que las griten, las ovejas simplemente conocen a su pastor, y cuando la oveja conoce al pastor entonces basta que el pastor la llame por su nombre, para que la oveja pueda reconocer la voz del pastor y entonces pueda obedecer y seguirlo, y no seguirlo por seguirlo, sino que la oveja sigue a su pastor porque ella confía plenamente en él, confía que no le va a producir ningún daño, confía que lo único que busca el pastor es que la oveja esté feliz. Siendo así, entonces, tenemos al verdadero y auténtico pastor que es Cristo Jesús. Y por eso el mismo Jesús dice “el buen pastor da la vida por su rebaño”, el buen pastor no lo hace como los asalariados, el asalariado no le importa absolutamente nada de las ovejas, porque simplemente él está allí para que le paguen por su trabajo. Por eso, aunque una persona esté al frente de un rebaño, no significa que sea un pastor, el verdadero pastor es el que no es un asalariado y al que le importan las ovejas. Por eso Jesús dice que a un asalariado no le importa el rebaño ni le importa las ovejas, porque a él lo único que le importa es que le paguen, está ahí por su salario, en definitiva, es un asalariado.

Ojalá, queridos hermanos, que hoy, en el día del Buen Pastor podamos comprender, no solamente quienes tenemos la responsabilidad de la conducción del Pueblo de Dios, todos quienes estamos al frente de la conducción del Pueblo de Dios tenemos que configurar nuestra vida a la vida de Jesucristo Buen Pastor, es la exhortación que hace el Vaticano II en la Constitución Lumen Gentium cuando dice: los pastores de la Iglesia deben configurar su vida a la vida de Jesucristo Buen Pastor. Es una exhortación que hace el Vaticano II, pero que es una exhortación que está dirigida a los pastores de la Iglesia, pero que no por menos está dirigida también a todo fiel cristiano y a todo fiel creyente.

Pero pastor no es solamente el obispo, pastor no es solamente el sacerdote, pastor es todo aquel que tiene en sus manos alguna responsabilidad en la conducción de la sociedad. Y hay que empezar entonces porque pastor es el padre de familia, y pastora es la madre de familia, porque tiene al frente un rebaño, tal vez un pequeño rebaño que son sus hijos y que son todos los que le rodean, pero que en definitiva es un pequeño rebaño y a ese rebaño hay que cuidar, para que el lobo no venga a hacer estragos en medio de él.

Pastor es aquel que tiene al frente cualquier responsabilidad en el orden civil, cuando tiene la responsabilidad de una corporación, la responsabilidad de algún organismo, de algún gremio, de alguna cooperativa, pero más aún quienes tiene en sus manos la responsabilidad de la conducción del ejercicio del gobierno y de la administración. Por eso, un buen gobernante y una persona que esté al frente de algún cargo en el orden de la administración ojalá y pudiera decirse que es un pastor y que está ahí no para golpear a nadie, no para llevarse a nadie por delante, sino que por el contrario, está ahí constituido para el servicio de ese pueblo y para servirle con fidelidad a ese pueblo, para no producir en él ni dolor, ni llanto, ni luto, para no producir en ese pueblo una estampida de tal forma que el rebaño tenga que dispersarse.

Queridos hermanos, hoy en el día del Buen Pastor, nos envía Jesús como el buen pastor al cuidado de sus ovejas para que cada uno de quienes tenemos esta responsabilidad lo asumamos con un carácter de servicio y sobre todo con un carácter de entrega generosa e incondicional. 

Queridos hermanos, qué coincidencia que frente a nosotros, en este día del Buen Pastor, nos hemos encontrado con la Pastora, y por eso decíamos el día de ayer que la advocación a la Divina Pastora es precisamente la devoción que más se asemeja a la figura de Jesús Buen Pastor, y por esa semejanza miramos en la Santísima Virgen, contemplamos en su imagen que su corono no es como nosotros tradicionalmente la conocemos, su corona constituye un sombrero, y un sombrero lo que hace es proteger de los rayos del sol, proteger de las gotas de la lluvia, y precisamente la Divina Pastora quiere que su sombrero nos proteja, lo decíamos ayer, nos proteja ante todo de la rabia, de la soberbia, nos proteja a nosotros de todo lo que significa el pensamiento, y que nuestras acciones vayan siempre dirigidas al bien.

Pero también quiere recordarnos el proteger nuestra memoria, nuestro entendimiento y nuestra voluntad, es decir, cuidar nuestra capacidad intelectiva que el Señor nos ha dado y que en definitiva constituye la razón de nuestro ser humano, es decir, la razón de nuestra dignidad humana. Y por eso, ese sombre quiere protegernos también de las ideologías, de cualquier pensamiento, de cualquier acción, pero fundamentalmente de todas aquellas ideologías y pensamientos que nos puedan aparatar del amor de Dios, que nos puedan apartar del camino del Evangelio, y que nos puedan apartar de todo lo bello, sobretodo de amar a Dios y amar al prójimo, y que entonces, si nos apartamos de ese camino lo único que vamos a encontrar es dolor, llanto y desesperación.

Hermanos, la Divina Pastora con su báculo en la mano, pero también mirando su rostro, lo único que vamos a encontrar es que ese cayado que ella lleva no es un cayado dirigido totalmente hacia arriba, no, es un cayado que está inclinado como es el cayado también de los obispos, que es expresión clara de que ese cayado es símbolo de gobierno, es símbolo de conducción, pero que no es un símbolo para gobernar llevándose a todos por delante, atropellando a nadie, no, es un cayado para dirigir al pueblo con el suave cayado de la dulzura, del amor, de la humildad, ese es el sentido que cobra el cayado que porta nuestra madre la Divina Pastora.

Y por eso, todas esas vestimentas que ella porta, al igual lo que ella porta en su manos, lo más grande, lo más nobel que ella nos puede dar, y es que en la otra mano porta a su hijo Jesús, es decir, el pastor y la pastora de unen en este día, no solamente por lo que significa el día, sino porque ella lo lleva en su mano, y aún más lo que decíamos ayer, porta en su mano a aquel que es el pan de la vida: “mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”.

Por eso pues, queridos hermanos, el pastor no solamente conduce, el pastor no solamente guía, aún más, el pastor mismo se convierte en comida para sus ovejas, y de ahí viene el gran significado que tiene hoy esta celebración. El pastor no solamente extiende la mano para dar comida, la pastora no solamente extiende sus manos para darnos comida, ese mismo pastor se convierte en comida para el bien de sus ovejas. Qué hermoso, queridos hermanos, qué simbología tan grande y qué misterio tan grande el que nosotros hoy celebramos.

Por eso miremos a la Divina Pastora el día de hoy y pidámosle entonces por todo este rebaño venezolano, que en medio de las circunstancias que nos envuelven, podemos observar que es un rebaño que en estos últimos años ha estado en estampida, porque se ha producido mucha confusión, engaño, porque se han producido muchas situaciones que han traído como consecuencias tan lamentables y negativas como la división, el odio, el rencor.

Divina Pastora, aparta de nosotros todo mal. Divina Pastora reúne como una madre a todos tus hijos en esta hermosa tierra de Venezuela, y por eso en el día de hoy ofrecemos esta santa Eucaristía por todos aquellos hijos que han tenido que partir de esta tierra, unos buscando mejores condiciones de vida, porque el hombre requiere vivir, pero no vivir de cualquier manera, es vivir como verdaderamente corresponde a un ser humano, y eso es lo que muchos de nuestros hermanos, mirando, entonces, que no tienen las condiciones mínimas de vida en nuestro país, porque nuestro país no le ofrece esas condiciones, han emigrado hacia otros países buscando mejores condiciones de vida.

Peor aún es que muchos de ellos han tenido que emigrar prácticamente obligados, porque por la persecución y otras tantas veces el mismo miedo y el temor han tenido, entonces, que partir de este país. Y por eso nos colocamos a los pies de la Divina Pastora, para que todos los que quedamos en este país seamos fieles, y pidamos a Dios para que nosotros, los que somos pastores de la Iglesia, seamos fieles a ese rebaño que se nos ha encomendado, y para que los que quedamos en esta Patria grande y noble podamos levantar nuestra esperanza, porque la esperanza no defrauda, la esperanza está dentro de nosotros mismos y la esperanza forma parte de nuestra propia vida, la esperanza es parte de nuestra vida porque está dentro de nosotros, y si perdemos la esperanza lo perdemos todo, por eso tenemos que, a los pies de la Divina Pastora, poder entonces implorar también su misericordia, su perdón, pero también tenemos que implorar a los pies de la Divina Pastora para que nosotros, animados en esa esperanza, podamos un día no muy lejano, contemplar el clarear de un nuevo día, donde resplandezca fundamentalmente la verdad, donde nuestro pueblo no se deje guiar por tantos que los conducen al error. Que nuestro país pueda contemplar ese clarear de un nuevo día en la justicia,  en la verdad y en el amor. Eso es lo que hoy le pedimos a la Divina Pastora, para que nuestro país encuentre los caminos que lo puedan conducir hacia las verdes praderas del Reino de los Cielos, donde, como decíamos anteriormente, pueda encontrar abundantes pastos para calmar su hambre y por supuesto para calmar y saciar su sed. Amén.

Eucaristía celebrada en el Templo Parroquial de San Vicente Ferrer de La Playa el domingo 22 de abril de 2018, domingo del Buen Pastor. Texto íntegro de la homilía pronunciada por el Presbítero Argenis Zambrano, Cura Párroco de La Playa, transcrita por Pedro García.

P.A
García

martes, 17 de abril de 2018

La Iglesia Católica y la educación en Venezuela

¿Cuáles son los espacios en los que la Iglesia Católica venezolana puede trabajar para dignificar la vida humana en la actual crisis del país?

        
       La Iglesia puede y debe accionar en los diferentes espacios que le sea posible, sin embargo, he querido centrar la visión de este accionar eclesial desde la educación.

Hablar de humanización o dignificación es hablar de educación, es por eso que el Concilio Plenario de Venezuela, en su Documento Conciliar N° 12 intitulado “la Iglesia y la Educación”, al mencionar los actores educativos deja claro que “el propósito fundamental de toda educación es ayudar a cada ser humano a hacerse persona y miembro de una sociedad, es decir, a humanizarse y socializarse”, es por eso que, una solución, aunque a largo plazo, para salir de la actual crisis venezolana sería una educación cristiana y de excelencia, donde se integren a este trabajo en primer lugar los educandos, ya que “no siempre los educandos han sabido involucrarse en un compromiso social ni conocen suficientemente las orientaciones sociales de la Iglesia”. Un católico bien formado es clave para el futuro de la Iglesia, por eso es importante hacerle entender al mismo educando la valor incalculable de su educación y formación cristiana.

La familia, en segundo lugar, es un actor educativo de real importancia, ya que es en la familia donde hay una preocupación sobre “la salud física y emotiva de los hijos, por sus estudios, por inculcarles valores, por el mundo de relaciones que van estableciendo, por su formación religiosa”, sin embargo, cuando esto falta en las familias, como puede ser el caso de la inmensa mayoría de las familias venezolanas, es ahí donde la Iglesia ve la oportunidad para meter el Evangelio, de modo que se tenga una experiencia de Cristo, donde todos los de la casa sepan acogerse al amor y la voluntad de Dios.

En tercer lugar, la Iglesia debe dignificar la vida humana desde las escuelas, entendiendo que en la actualidad estas instituciones y la “educación en Venezuela, en general, no está pensada para la vida, ni para el trabajo, ni para las necesidades del país; y además carece de continuidad. La escuela venezolana no está formando ciudadanos con una firme conciencia cívica y democrática”, desde las escuelas católicas, y desde las pastorales educativas de cada diócesis debe hacerse frente a esta realidad, la Iglesia siempre ha sabido reconocerse como Madre y Maestra de la humanidad, animada con esto, debe impulsarse a una cristianización de la educación y así de las futuras generaciones.

En cuarto lugar están los educadores, y en el ámbito eclesial, “hay educadores católicos, que sienten poca valoración y hasta abandono por parte de las instancias de la Iglesia, y reclaman mayor atención a su labor, que es tan importante para llevar adelante una auténtica renovación de la sociedad desde la inspiración del Evangelio”. No podemos pensar en educadores mal remunerados, las políticas gubernamentales deben garantizar el pago del justo salario a los educadores, que a su vez sirve de incentivo, trayendo como consecuencia el éxito en su trabajo por parte de los docentes.

En quinto lugar está el Estado y los demás sectores gubernamentales, la Iglesia debe ser garante de que estos no caigan en la tentación de “intervenir, de forma politizada y desmedida en la educación, abarcando no sólo el sistema educativo, sino también la orientación de la sociedad en general”, es por eso que, la Iglesia actúa como árbitro con las políticas de gobiernos que se rigen por ideologías caducas e ineficientes. Para nadie es un secreto que la actual educación venezolana está siendo pisoteada por una línea de pensamiento contraria a la misma historia republicana, se han traicionado los auténticos valores bolivarianos en nombre de sí mismos.

En sexto lugar se encuentra la misma sociedad, reconocida como un compendio de “gran influjo en la orientación y resultado de la educación”, y sabiendo que es la Iglesia la primera en inmiscuirse en estos actores sociales, como los son los “medios de comunicación y las nuevas tecnologías que, por su fuerte incidencia en la determinación de aspiraciones y paradigmas, constituyen una inmensa posibilidad educativa”, aunado a esto está también “la calle”, entendida ésta como el “conjunto de interacciones del que forman parte los amigos, los modelos o ídolos de moda, los espacios reservados a niños, adolescentes y jóvenes, las diversiones y las formas de pasar el rato, así como los valores transmitidos vivencialmente por los adultos, las actividades y aspiraciones de las personas, el ambiente en las comunidades, las relaciones y el ambiente laboral en las empresas…”. Introducir a Dios en todas estas circunstancias en tarea expresa de la Iglesia y de sus agentes de pastoral.

El séptimo lugar, y no el menos importante, es para la Iglesia, que ha sabido actuar dentro del campo educativo, pero que seguirá siempre en la necesidad de aumentar su trabajo pastoral en sus “numerosos centros educativos tales como escuelas, centros y grupos juveniles, de capacitación, grupo de catequesis, movimientos juveniles y de educación popular, universidades…”. Si se quiere humanizar la sociedad venezolana, la Iglesia ve como medio y propuesta una “acción evangelizadora en la escuela católica, el compromiso educativo con los excluidos a través de respuestas alternativas, la enseñanza religiosa en las escuelas y su presencia en la educación superior.” Nótese cómo la terminología “educación popular” tiene su origen en el seno de la Iglesia, pero que con el correr de los años fue adoptada por el Estado, haciendo de esto su bandera educativa, pero que, torcidamente se alejó de su objetivo más genuino.

La Iglesia, debe actuar con presencia, con alternativas, con propuestas más que con soluciones, pues, estamos claros que, como Institución sólo podemos aportar ideas y sumar esfuerzos a una tarea que nos compete únicamente en cuanto a espacio para la evangelización.

P.A
García

viernes, 13 de abril de 2018

Altoclaro Pascua 2018

Talleres de Pastoral para seminaristas en Altoclaro
Grupo de seminaristas que participaron en estos Talleres de Pastoral 2018

       Después de la Semana Mayor, una semana de bastante trabajo pastoral, es necesario un espacio para el descanso y el compartir fraterno, ese es precisamente el ambiente que nos brinda los Talleres de Pastoral para seminaristas y Jornadas de Formación para sacerdotes que organiza el Centro Teológico Sacerdotal en Venezuela, aprovechando la oportunidad para tratar temas de formación permanente para sacerdotes y seminaristas. En esta Pascua 2018, el tema giró en torno al Sínodo de los Obispos sobre la juventud y el discernimiento vocacional. La temática de formación trató de responder la siguiente pregunta: ¿Qué podemos aportar y qué puede aportarnos el Sínodo de la Juventud?
Sacerdotes que concelebraron la Eucaristía con el Sr. Nuncio Apostólico Monseñor Aldo Giordano 

     Altoclaro es una casa de retiros espirituales o Centro de Encuentros que pertenece a la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei. Esta casa fue visitada por san Josemaría Escrivá de Balaguer en 1975, con motivo de una gira de encuentros con hombres y mujeres, que se congregaban en masa para escuchar con fervor la predicación de este sacerdote español, el "santo de la vida ordinaria". La casa es cómoda, propicia el ambiente familiar, tiene lugares apropiados para todo tipo de reuniones.
La Eucaristía inicial de las jornadas se efectuó el martes 3 de abril

       Este año 2018 asistimos unos 41 seminaristas y al rededor de 40 sacerdotes de más de 15 diócesis de Venezuela, todos compartimos en un ambiente de sincera fraternidad. Son oportunidades para hacer nuevas amistades y para conversar y compartir más con las amistades antiguas. Este año 2018 estuvimos en Altoclaro desde el lunes 2 de abril hasta el viernes 6, sin embargo, los días centrales de formación fueron el martes 3, miercoles 4 y jueves 5. 
    
    Camino 334. Oras, te mortificas, trabajas en mil cosas de apostolado..., pero no estudias. -No sirves entonces si no cambias. -El estudio, la formación profesional que sea, es obligación grave entre nosotros.

Grupo de seminaristas en la casa El Balcón
       Estos días de descanso llevan también su orden y horario establecido, sin el mayor de los rigores se cumple todo a la perfección. Por la mañana se rezan las Laudes y se tiene una meditación dirigida por algún sacerdote, la eucaristía y luego el desayuno y a media mañana se tiene el primer encuentro en la sala de conferencias, allí por un espacio de una hora aproximadamente se escucha la presentación del ponente que puede ser interrumpida por los presentes con comentarios, acotaciones o interrogantes, esto enriquece el encuentro de una manera impresionante. Al finalizar la charla formativa se tiene un pequeño refrigerio.

Eucaristía presidida por el Sr. Nuncio Apostólico Monseñor Aldo Giordano

      Después del almuerzo se tiene una breve tertulia, que es un momento para el encuentro en comunidad, se tratan temas variados, la mayoría de ellos de índole religiosa y de experiencias pastorales de los sacerdotes u obispos presentes en la casa. Luego es el deporte, garantizando el sano esparcimiento de los jóvenes seminaristas y algunos sacerdotes que mantienen vivo el espíritu deportivo. El santo rosario se reza en comunidad para luego tomar la merienda y disponerse para la segunda conferencia del día.

Seminaristas en la sala de tertulias de la casa El Balcón
       Mons. Ángel Caraballo, Obispo Auxiliar de Maracaibo y Administrador Apostólico de Cabimas acompañó estas jornadas de formación. Tuvo la oportunidad de compartir una tertulia con los seminaristas, donde comentó su historia vocacional y la experiencia de su llamado al episcopado, del mismo modo mencionó su presencia en las redes sociales como método de evangelización. 

En la sala de conferencias con el profesor invitado: Pbro. José Ángel Lombo de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, Roma
      El padre José Ángel Lombo es un sacerdote del Opus Dei, de nacionalidad española, se ha desempeñado los últimos años como profesor de Antropología Filosófica en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, su discurso es bastante agradable, mezcla el rigor de las conferencias con el buen humor, responde con sencillez las preguntas y acepta con humildad toda opinión.
Grupo de sacerdotes que participaron en las Jornadas de Formación 2018

   Los seminaristas estuvimos acompañados por los padres Daniel Silva y Antonio Briceño, de igual manera estuvieron presente en la organización del encuentro los padres Martín Carbonell, Jesús Gutiérrez, Osberto González entro otros.

Al fondo el bello retablo de la capilla de Altoclaro. En la sede Mons. Ángel Caraballo, Mons. Aldo Giordano y el Padre Martín Carbonell, sacerdote del Opus Dei


También el ambiente de oración se mantiene en estas actividades


El compartir comunitario en respeto y sincera fraternidad son las características más notables de estas actividades para sacerdotes y seminaristas



miércoles, 11 de abril de 2018

Resumen de las Misiones de Semana Santa 2018. Timotes

Semana Santa en Timotes Las Mesas de San José y La Cuica 
Capilla de la comunidad de Las Mesas de San José
      La Semana Santa para los cristianos siempre será el momento especial para comprender los sufrimientos de la humanidad, ya que todo lo que acontece al hombre ha de referirse a al verdadero Dios y Hombre, Jesucristo el Señor. Y, en este mismo sentido, todo lo que sufrió Jesús de Nazaret ha de repercutir en la vida de los hombres, quienes a su vez buscan explicación a tantos sufrimientos, y que sólo encontrarán sentido pleno en la Cruz de Cristo, Cruz que no se puede ver sin ver también en ella la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios, tres grandes misterios de esta Semana Mayor. 

      El proceso formativo de los candidatos al sacerdocio implica la teoría, en las aulas de nuestros seminarios, y la práctica, en los campos y comunidades de nuestras iglesias locales, es por ello que, desde el Viernes de Dolores, tenemos que dedicar nuestro tiempo a Dios, sirviéndole de manera extraordinaria en las comunidades a las que ya hemos sido enviados, y eso es precisamente lo que en el léxico seminarístico se llama “ir de misiones". 

      Para este año 2018, por la gracia de Dios me correspondió misionar en la Parroquia Santa Lucía de Timotes, específicamente en la comunidad de Las Mesas de San José, con atención especial a la comunidad vecina de La Cuica. 

      Timotes parece ser para el norte del estado Mérida lo que Tovar es para el sur del estado, pues estoy hablándoles de unaciudad comercialmente concurrida, eclesialmente constituida y, sobre todo, organizada en todos los aspectos: cultural, social, político-territorial, etc. Timotes alberga la Basílica Menor de la mártir Santa Lucía, devoción arraigada en los corazones de los locales y aunada a ésta, la devoción al santo negro de Palermo, Benito. Por ello, Timotes y Mucuchíes podrían ser llamadas “almas gemelas", al menos en lo religioso. 

      La Basílica Menor de Timotes, imponente y magnifica vista desde afuera, es sencilla y muy acogedora desde adentro; me parece un Templo propicio para la oración, el encuentro personal con Dios, así como también insuficiente en espacio para recibir la inmensa cantidad de católicos que habitan la Parroquia. Su decoración es muy bella, minucioso y detallado trabajo, fruto de los esfuerzos de toda una comunidad, que sin duda, hubo de ser animada y guiada por una figura levítica de grata referencia: el Pbro. Lcdo. Pablo Olivo León Uzcategui, oriundo de La Azulita, quien estuvo al frente de esta parroquia durante 16 años, tiempo suficiente para dejar tras de sí un Templo tan hermoso, y unas capillas en las diferentes comunidades también del mismo estilo.

      Es la primera vez que “estoy en Timotes". Hace algunos años atrás pasé por este pueblo rumbo a Isnotú, cuna del ‘santo de los pobres' Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, pero no me detuve aquí más que cuatro horas mientras reparaban el defectuoso vehículo en el que nos trasladábamos. Aquella vez no pude observar más que los campos y las casas del pueblo, no recuerdo haber visto ni la Basílica Menor de Santa Lucía, ni el Santuario de San Benito. 

      Las Mesas de San José es una comunidad netamente rural, agrícola y pecuaria. En comparación con otras comunidades de Timotes, ésta no dista mucho de la capital del Municipio. Desde la Capilla de la comunidad, dedicada al Niño Jesús, se puedeobservar comunidades del estado Trujillo, incluso los habitantes de éste sector ya saben especificar los puntos por donde pasa la raya limítrofe que divide los dos estados andinos, Mérida y Trujillo. Las Mesas de San José está conformada por más de cincuenta familias, absolutamente todas profesan la fe católica. El nombre de la comunidad debe su origen principalmente a su conformación geográfica, sin embargo, ese genitivo ‘de san José' es gracias a la iniciativa del Padre Víctor Manuel Angulo, quien hace más de 30 años aproximadamente, donó la imagen del castísimo José, dándole dueño y patrono a “Las Mesas" que desde esa época se llama “Las Mesas de San José" 

      La hermosa capilla de la comunidad está dedicada originalmente al Niño Jesús ‘Peregrino', dicha imagen de especiales características visita varios poblados de la zona, en estos momentos se encuentra en San Cristóbal de Torondoy. La capilla originalmente fue construida con la técnica del tapiado hace más de 60 años, en una placa conmemorativa que está en la sacristía menciona que en 1992 se festejó el 50 aniversario de dicha construcción. Fue remodelada y embellecida hace seis años, por iniciativa y emprendimiento de los habitantes de la comunidad y con el apoyo del Padre Olivo León. La capilla es de tamaño medio, tiene 20 escaños y puede albergar unas 80 personas aproximadamente. Tiene su sonido interno y externo. Un bello altar para el Santísimo Sacramento. Un excelente Altar mayor (retablo) con tres nichos para san José, el Niño Jesús y Nuestra Señora del Perpetuo Socorro respectivamente. Y tiene también un bonito altar de madera con su piedra en el centro, como debe ser. La sacristía es pequeña pero agradable, con su closet para ornamentos y vasos sagrados. 

Día Sábado 24 de marzo. 

     El día de ayer, Viernes de Dolores, la mayoría de mis hermanos seminaristas abandonaron la Casa de Formación para ir a sus lugares de misiones. En mi caso, y el de otros pocos seminaristas, la salida debía ser al día siguiente, sábado, por cuestiones de transporte o porque así lo había determinado el Párroco con el que ya habíamos conversado respecto a las misiones de Semana Santa. 

      Para este día, sábado 24, me levanté a las 4:30am, terminé de hacer la maleta e improvisé un ligero desayuno. A las 6:30am me buscó, frente al Seminario, Fray Pedro Castellano, sacerdote de la Orden de Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo (Carmelitas Calzados), quien viajaba para Timotes (también a misionar) en compañía de dos aspirantes al Carmelo, Michael y Luis. El camino estuvo acompañado de conversaciones acerca de diferentes temas de importancia para la vida religiosa y diocesana, así como también aprovechamos para rezar el Santo Rosario, ofrecido por el fruto de las misiones que se iban a comenzar. Llegamos a Timotes antes del medio día, allí encontramos, frente a la Casa Cural, al Cura Párroco de Santa Lucía de Timotes, el Pbro. José Amilcar Lobo, oriundo de Aricagua, quien se encontraba animando y colaborando con un “potazo" a beneficio del Hospital de Timotes. Fuimos muy bien recibidos, y después de almorzar nos trasladamos hasta el lugar de misiones, en mi caso el mismo Fray Pedro me llevó hasta Las Mesas de San José, donde se encontraban congregadas algunas personas con motivo de una reunión de catequesis. Aproveché el momento para presentarme y hacerles la invitación a las próximas actividades de Semana Santa. 

      En la casa donde me iba a hospedar durante toda la semana, que pertenece a una fervorosa pareja de Cursillistas, me conversaron sobre las experiencias vividas con los anteriores seminaristas que por ahí han pasado, algunos han dejado huella hasta el punto de que en la comunidad se recuerde sus nombres, otros no han sabido ni ganarse la amistad de la dueña de la casa. 

     En horas de la tarde de este sábado, habían varias personas que conforman la sociedad de san José, arreglando al santo varón en su nicho, pues el día domingo 25, junto a la Misa de Domingo de Ramos, sería las Fiestas Patronales en su Honor, junto con la intención de la sociedad del Santísimo Sacramento, así lo tenía determinado el Padre Amilcar Lobo. 

      Culminé la jornada revisando detalladamente la liturgia del Domingo de Ramos. Con la oración de las Completas (oración de la noche) dí por terminada la jornada de este primer día de misiones. 

Día Domingo 25 de marzo. 

      El frío nocturno pudo haberme quitado la paz, pero no fue así. Hoy me levanté a las 6:30am, me preparé como de costumbre e hice mis oraciones de la mañana (Oficio de Lectura, Ángelus y Laudes). A las 8:00am fui a desayunar y conversé largo rato con la Sra Lucrecia, de la casa, al parecer su marido pide a Dios que le regale en medio de su familia una vocación sacerdotal, por eso las preguntas e inquietudes que me ella me manifestó y, de las cuales tuve el agrado de responder con detalle. Mientras se hacían las 11:30am fui a la habitación y releí la homilía del domingo de ramos, preparada por el Padre Alexander Rivera, Rector del Seminario. También leí en su totalidad la edición 225 de la Revista El Sembrador de San Buenaventura, órgano divulgativo del Seminario de Mérida, que para esta oportunidad fue ofrecida al público por un valor de treinta mil bolívares. La realidad del país y la escasez del dinero en efectivo hace dificultosa la venta de este material, de todas maneras al final de este relato de Semana Santa les contaré si se logró el objetivo de venderlas todas o no. 

     La Revista El Sembrador de San Buenaventura tiene en su portada la imagen de la próxima beata venezolana Madre María Carmen Rendiles. Abarca varios artículos, el que más me gustó, de todos, fue el de Will Castro, quien con un lenguaje sencillo mostró la vivencia del Seminario Menor, en segundo lugar pongo el artículo del seminarista Carlos Mora, quien habló de su pueblo Santa Cruz de Mora, me pareció excelente. 

      La misa del domingo de ramos estaba pautada para las 12 del mediodía, sin embargo empezó a las 2:30pm. Nos reunimos en una casa del sector cercano a la capilla, donde se bendijo los ramos e iniciada la procesión hacia la capilla se entonaron algunos cantos, para esta oportunidad nos acompañó un jovencito vestido de Jesús de Nazaret. La misa de domingo de ramos sirvió también para festejar a san José, y se recibió la bendición con el Santísimo Sacramento del Altar. Al finalizar la misa pude dar mis breves avisos, informando a las personas que durante toda la semana la celebración de la palabra sería a las 7:00pm. Se ofreció la Revista del Seminario. Hubo repique de campanas y procesión con san José, el padre y yo no pudimos acompañar pues ya eran las 3:30pm y debimos ir al almuerzo. 

       Culminada toda la actividad me fui a la casa de hospedaje y mientras llovía aproveché de leer Memorias de un Exorcista, del Padre José Antonio Fortea. Luego leí un Historia del Mundo Angélico, del mismo autor. A las 6:30pm fui a la capilla y recé las vísperas, rosario y Completas. 

      La cena de este día fue terminada con una larga conversación acerca del país y su horrible situación política y económica. 

Día Lunes 26 de marzo. 

      Dado que ayer me dijeron indirectamente que no me levantara 'tan temprano' hoy mi despertar fue a las 7:00am, al igual que ayer realicé las oraciones de la mañana en la habitación, ya que todavía no había recibido las llaves de la capilla para poder ir temprano a visitar a Jesús Eucaristía. El desayuno fue un poco tarde, a las 9:00am (porque se acabó el gas doméstico y, gracias a Dios, tienen una pequeña cocina eléctrica), sin embargo, creo que en la casa donde me hospedo se toman muy en serio eso de 'vacaciones de Semana Santa' y es de comprender, pues la rutina de los días normales a veces es necesario interrumpirla con un breve descanso de más en épocas como la Semana Santa. 

      Hoy salí sólo a visitar los hogares más lejanos, perteneciente al sector de La Cuica. En total fueron unas 20 casas visitadas en el transcurso de la mañana y parte de la tarde. En la segunda casa visitada pregunté, a la joven que me recibió, el nombre de los santos que estaban en un pequeño niño incrustado en la pared de su casa, a lo que me respondió: 'éste es san Isidro, y ésta es la Virgen de la Casita' hacía referencia a una imagen de Santa Eduviges. Esto fue parte del sector El Hatico, que está conformado por tres casas. 

       Continuando mi camino por esa carretera en medio de una verde montaña llegué al sector La Cuica, después de visitar algunas casas a orillas de la carretera fui a conocer la capilla de aquel sector. Está todavía a medio terminar, me explicaron que la comunidad al principio colaboró mucho con esa obra piadosa, pero al morir un ministro, que era quien más animaba a terminar la capilla, todo se paralizó y a esto se le sumó la difícil situación económica de nuestro país, o lo que queda de él. El edificio, que promete belleza pero no la refleja del todo, está invadido por nuestras hermanas las palomas, y me refiero a ellas al mejor estilo franciscano, pero siendo sinceros, aquellas aves son las encargadas del acelerado deterioro del recinto que algún día se pensó sería para dar culto a Dios. Allí dejé dicho al encargado de las llaves (mas no de la capilla) que vendría a Celebrar la Palabra los días jueves, viernes y sábado a las 6:00pm. 

      Mientras caminaba por el sector entré a una casa, era de especial arte y decoro, no parecía una casa de por esos lados, saludé, fui muy bien recibido, el señor de la casa resultó ser hermano del Padre Pedro Pablo Santiago Lobo. Allí me ofrecieron el almuerzo, pues ya era medio día. Al sentarnos a comer dejó de brillar el bombillo amarillo del comedor. Al finalizar la comida explotó el bombillo de la cocina, bueno, si, la comida me gustó, estaba todo de chuparse los dedos, lastimosamente había servilletas. 

       Continué la visita y empecé a conseguir casas sin sus habitantes, ahí es donde viene la parte más incómoda, pues con un sol radiante uno va de casa en casa, esperando encontrarse con alguien y resulta que no hay nadie en casa. En alguna casa me recibieron. Me di cuenta, según la afirmación de la mayoría de las personas, que estaba en suelo perteneciente al Municipio Urdaneta del Estado Trujillo, y es que una casa era Mérida y la siguiente Trujillo, o algo así. A pesar de que he descansado bien el sueño me ataca sin piedad a partir de las dos de la tarde, es algo casi incontrolable, no puedo sentarme porque de una vez mis ojos se cierran y mi cabeza se inclina hacia adelante, cual borracho amanecido, solo que portando mi sotana debo parecer más un pobre seminarista agotado de tanto deambular. 

      Después de unas 20 casas y con amenazas de fuerte lluvia decidí regresar a la casa de hospedaje. En efecto, llegando a la casa y cayendo las primeras gotas de una lluvia que duró sus tres horas aproximadamente, tiempo dedicado por mi al descanso de mis ojos, de mi mente, de mi ser, sólo por una hora, y el resto del tiempo aproveché de continuar la lectura de los libros del padre Fortea, que tengo en mi teléfono móvil en versión PDF. 

      Llegadas las 6:30pm me dirigí a la capilla, recé las vísperas y al congregarse seis fieles y devotas mujeres y un perro pastor alemán (me acordé de Benedicto XVI) rezamos el Santo Rosario. Aunque estaba planificada la Celebración de la Palabra para todos estos días a las 7:00pm, hoy no la hice, pesando en que para el día de mañana debía tocar las campanas y 'perifonear' por el parlante de la torre. 

      Mañana martes continuaré la visita en La Cuica, y trataré de visitar por segunda vez, buscado resultado positivo, a la sra Eugenia, la madre del Padre Pedro Castellano, el que me trajo el sábado pasado hasta Timotes. Hoy la cena estuvo presidida por un pescado desmechado y con toda la sal del mundo, al final pedí un vaso de agua y les advertí, en tono humorístico, que si se me subía la tensión era gracias a ese pescado, entre risas comprendieron la situación. 

Día Martes 27 de marzo. 

     El descanso nocturno casi va a ser eterno. Hoy me levanté a las 7:30am. Preparación, oraciones (Oficio de Lecturas y Laudes) como de costumbre. Hoy amanecimos sin luz, por lo que me toco desayunar en una casa vecina, ya que allí todavía les quedaba gas doméstico para cocinar, ojalá y no se les acabe. A las 9:00am llegó la luz, a esa hora salí caminando para La Cuica y de camino recé el Santo Rosario, ofrecido por tantas y tantas necesidades, pero, de manera especial por mi amada Venezuela que tanto necesita de oración. 

      Hoy visité varias casas, unas 20 en total, y así culminé aquel sector. En una casa me dieron café, lo recibí con mucho cariño, tenía un extraño sabor, la noche anterior había llovido y el agua no estaba llegando tan cristalina como de costumbre. Si, el café sabía a tierra, de todos modos lo disfruté. Hoy pude por fin tener cobertura en mi teléfono de manera que me comuniqué con mi familia para decirles lo que les gusta escuchar: “estoy muy bien, buena comida, buena cama, gente amable y participativa" gracias a Dios y todo era cierto. 

      De regreso volví a la casa de la Sra. Eugenia, mamá del Padre Pedro Castellano, estaba con un hija almorzando, la salude con cariño, es una madre sacerdotal por tanto madre de todos los que seremos algún día sacerdotes. Ella es una señora de edad avanzada, casi no escucha bien y camina poco, sin embargo supo que era seminarista y que de seguro estaría por allí con motivo de los días santos. Al finalizar les dejé dos estampitas, una de un gran santo sacerdote y la otra de un gran Obispo beato, sucesor del anterior santo sacerdote. 

      De la comunidad de La Cuica regresé temprano, pues el cielo amenazaba lluvia al igual que ayer. Hoy me enteré que había fallecido Mons. Vicente Hernández Peña, Obispo Emérito de la Diócesis Trujillana, a los 91 años de edad. Al llegar a la casa de hospedaje san Pedro abrió la llave desde el cielo y descendió la bendita lluvia que empapó los fértiles campos cultivados de aquellas montañas andinas merideñas-trujillanas. A las 5:30pm ya había escampado, fui a la capilla y recé las Vísperas, luego por el megáfono de la torre di algunas palabras de invitación a las actividades en la capilla. Luego, antes de irme a cenar, puse en alta voz las reflexiones de la Palabra de Dios que había gabado el Padre Rector Alexander Rivera y el Seminarista Ovidio Puentes, como se escuchaban por el megáfono de la torre algunos pensaron que había otro seminarista en la comunidad, pues puse el volumen máximo y me fui a la casa donde me tenían preparada la cena. Aquel valle escuchó por una hora consecutiva la voz del Padre Rector y de un seminarista carismático. 

      Como había llovido con fuerza, se logró meter agua para la canilla. Al llegar de cenar me dispuse a secarla con un coleto. De inmediato fui interrumpido por una niña y otra señora que terminaron la tarea. A las 7:30pm inició la Celebración de la Palabra hasta las 8:30pm. La predica fue corta, de 13 minutos, los avisos fueron más cortos, de 10 minutos. Hubo una pequeña adoración al Santísimo. Asistieron en total 27 personas, 20 adultos y 7 niños que hacían por 100, se sentaron junto a mí en el pequeño presbiterio y por poco me hacen distraer mientras la reflexión de la Palabra, son unos ángeles, a uno de ellos lo contraté oficialmente para que sea el campanero durante estos días. 

      En los avisos se habló de todo un poco, no quiero especificar nada aquí porque se volvería tedioso este relato, más de lo que de seguro ya les ha parecido. Terminada la Celebración me despedí de la gente y como ya había cenado, llegué a la casa de hospedaje, compartí algunas palabras y a dormir, que mañana será otro día y nos espera e Viacrucis con el Nazareno. 

Día Miércoles 28 de marzo 

      Un día muy particular. La mañana estuvo anormal. Realicé las oraciones normales, Ángelus, Oficio de Lecturas, Laudes, pero, no pude salir temprano a la visita casa a casa, el desayuno fue a las 10:00am, así que de 7:30am a 10:00am pude hacer las oraciones en la habitación y también leí 37 mini biografías de personajes de la historia universal. Como hoy me correspondía visitar las casas más cercanas a la capilla, pues, no hubo tanto problema para trasladarme hasta el lugar donde empezaría. En algunas casas me endulzaron la vida con “Cabello de Ángel" y “Dulce de Durazno". El almuerzo estuvo también bastante conversado, temas de religión y política, pero no hubo pugna, los dos interlocutores eramos del mismo bando. Solo visité 7 casas en toda la mañana o, mejor dicho, en un rato de la mañana. 

      Después de almorzar, en la tarde fui un momento a la capilla. Empezó a llover y entonces me puse a barrer toda la capilla, acomodando las bancas de la manera más lineal posible, también arreglé la sacristía, paños, ornamentos, vasos sagrados, telas, entre otras cosas que había en ese depósito/sacristía. 

       Llovió fuerte y no pude seguir la visita. Llegaron dos cristianas y acomodamos en el nicho a Jesús Nazareno, ya que para hoy tenia pautado un Viacrucis con él. Las doñas se fueron, seguía lloviendo. Llegaron cuatro angelitos (niños un poco traviesos) y con ellos recé el Santo Rosario, fue una experiencia hermosa, los cinco frente al Santísimo rezando a la Madre de Dios, por un momento me acordé de Fátima y los pastorcitos devotos. 

      A las 6 escampó. A la luz de un velón rece las Vísperas en compañía de la catequista de la comunidad. Oscureció temprano y no había luz (energía eléctrica) por un momento pensé que no se realizaría el Viacrucis. Esperé al menos cuatro personas que cargaran con el Nazareno y salimos de la capilla hasta el lugar de inicio. Todo salió de la mejor manera. Sin luz, alumbrados por velas y velones fue saliendo cada vez más personas de sus casas, algunos sacaron un pequeño altar con cruces o imágenes de santos y ahí parábamos para meditar una estación del Viacrucis. En la Procesión iba delante de todos un niño con la cruz, le seguían dos niños cargando los cirios, luego el Nazareno cargado por cuatro personas y en seguida el pueblo de Dios, en total eran como unas 45 personas. Yo casi me quedé sin voz, pues debía enfatizar en aquel texto preparado por la Conferencia Episcopal Venezolana y la Pastoral Social Cáritas de Venezuela, aunque me vida obligado a dejarme ayudar por mujeres a la hora de leer la meditación de cada estación, sin embargo, lo hacían en voz muy baja, por eso preferí leer la mayor cantidad de estaciones yo mismo, todo para buscar la concentración de los presentes. 

      El acto de piedad lo culminamos en la capilla. Repartida la Sagrada Comunión, hablamos un poco sobre las siguientes actividades de los días Jueves, Viernes y Sábado. Eran las nueve de la noche y como todavía no llegaba la luz, fui a cenar en una casa vecina. Llegue a la casa se hospedaje a las 10:00pm me estaban esperando para irse a dormir, esa noche ellos se fueron a la cama sin cenar, me dio un poco de vergüenza, pues yo venía con la barriga llena y el corazón contento. 

Día Jueves 29 de marzo.



     Recordando los tres regalos de Cristo para la humanidad: el mandamiento del amor, la Eucaristía y el Sacerdocio Ministerial. Hoy comencé la jornada a las 7:30am, después de hacer mis oraciones salí a visitar los hogares. Este día jueves no desayuné, lo menciono aquí porque realmente fue un ayuno involuntario, lo cierto fue que ni en la casa de hospedaje ni los demás “líderes de la comunidad" pensaron en mi desayuno. Hoy me hice acompañar por tres niños, una hembra y dos varones que supieron guiarme por el sector con más casas aquí en Las Mesas de San José. Fueron en total 26 casas visitadas. Al llegar hacía la invitación a las actividades en la capilla y para despedirnos rezábamos un padrenuestro, avemaría y gloria por los habitantes de la casa en la que nos encontrábamos. 

       El medio día estuvo para ya mas no poder. Dios bendice y premia a veces aún sin uno merecerlo. A las 2 de la tarde llegó la luz, casi después de 24 horas sin este servicio. De inmediato fui a la capilla y por el parlante, que se escucha en toda la comunidad, hice los avisos necesarios para la tarde. Se invitó a la realización del monumento al Santísimo entre otras cosas. Luego puse música de Semana Santa para armonizar la tarde. 

       Con la realización del monumento fue bastante particular, yo estaba en la sacristía preparándome para la celebración de la noche y en la capilla aquel aguerrido grupo de mujeres haciendo mil y un intentos por idear un monumento “diferente al de todos los años". Al final les quedó precioso. Tres telas formaban el tricolor patrio, pendían de forma vertical, luego diferentes flores y 12 velones con en nombre de cada Apóstol del Señor. El velón que correspondía a Judas se puso horizontal y no se encendió (así lo acostumbra la comunidad). 

       También en horas de la tarde pude visitar algunas casas. A las 6;00pm debía ir a celebrar en el sector La Cuica, fui caminando hasta el lugar en compañía de tres simpáticas jóvenes. Al llegar al lugar no había ni una mosca, esperamos más de media hora y antes de regresarnos dejé dicho que si el día de mañana se reunía gente en esa capilla, me mandaran a buscar y yo con mucho gusto hago la Celebración de la Palabra. 

      La celebración del Jueves Santo en la capilla de Las Mesas de San José fue todo un éxito. Se dio inicio a las 7:30pm. Estaban disfrazados siete niños y seis niñas, era la representación de Cristo y el Colegio Apostólico. Se cantó el gloria mientras sonaban las campanas, después de la reflexión de la Palabra se hizo el lavatorio de los pies, donde estuve ayudando a Jesús a lavar los pies de sus apóstoles, y también se escenificó la última cena, donde Jesús repartió pan a sus doce pequeños apóstoles. 

       El Santísimo Sacramento fue trasladado con toda Solemnidad hasta el monumento, hubo incienso y todo. Estuvimos en oración desde las 8:45pm hasta las 10:00pm. Se rezó el Rosario, meditando los misterios luminosos, y muchas otras oraciones a Jesús Eucaristía. 

      Realmente me sentí muy contento con este día Jueves Santo. La gente vivió a profundidad toda la liturgia de este día. 

Día Viernes 30 de marzo. 

       La Pasión del Señor, qué gran misterio para la humanidad. Hoy me llenó de gran impresión unas palabras que conseguí en el Oficio de Lectura, las que hacían referencia a que los judíos fueron quienes sacrificaron al Cordero, Cristo el Señor, pero lo comprendí desde una perspectiva bastante cristiana, pues la lectura daba para entender que, así como los judíos sacrificaban el cordero en las fiestas de la Pascua, así mismo a ellos les correspondía sacrificar a Jesús el verdadero Cordero de Dios, y con ese sacrificio vino la salvación del género humano. Los judíos cumplieron con su papel sacerdotal al matar a Jesús. 

       El día de hoy fue bastante intenso. En la mañana, después de hacer las oraciones correspondientes, pero esta vez sí en la capilla, fui a desayunar en una casa vecina que hasta ese momento no había visitado. Siempre sucede que a esa casa que el seminarista no ha ido, es donde algún favor le hacen a uno, y entonces la pena con los de la casa porque antes no se les ha visitado. En compañía de media docena de angelitos (niños alegres, pero muy preguntones) salí a un sector bastante lejano, a visitar los hogares, fueron solo tres en este día. Por el camino, a petición de ellos, les hice repetir varias veces el padrenuestro y el avemaría en latín, griego, francés, inglés, portugués, italiano y español, a ellos les encantaba que yo les dijera esas oraciones en varios idiomas. Al final sólo se quisieron aprender de memoria una oración más corta y obviamente en español, les dejé la siguiente: Ángel del Señor, que eres mi Custodio, puesto que la Providencia Soberana me encomendó a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en éste día. Amén. 

      El almuerzo lo tuvimos todo el pequeño grupo misionero en la misma casa. Los consideré realmente mi grupo misionero, ya que, en todas las casas visitadas, ellos me recordaban hacer la oración final para bendecir el hogar, me lo recordaban porque con eso participaban, pues dicha oración era rezar todos en voz alta un padrenuestro, avemaría y gloria. A la una fui un momento a la capilla para rezar la hora sexta. 

       Después, fui a una casa bastante concurrida por familiares y amigos, allí conversamos bastante tiempo sobre la religión, me hicieron bastantes preguntas sobre los exorcismos, posesiones demoníacas y cosas por el estilo, por mi parte les hablé desde la posición más doctrinal y católica que ellos habían conocido, obviamente cité en mi discurso al Padre José Antonio Fortea, por es el único autor de quien he leído sus obras de demonología. 

       En la tarde regresamos un rato a orar frente al Santísimo. Recé las Vísperas, aunque según la Liturgia de las Horas era permitido sólo a los que no participarían de la celebración de la Pasión del Señor. Con algunas personas presentes recé el Santo Rosario, esta vez no fue iniciativa mía, sino de la gente, además no lo dirigí yo, eso me hizo sentir bastante bien, pues así ellos me enseñaban a mí que la devoción mariana es primordial en sus vidas. Durante todo este día viernes santo el Santísimo en el Monumento estuvo acompañado de personas, venían a hacer sus oraciones por familias, salían unos y entraban otros, nunca dejaron sólo al Señor, entre cantos, oraciones y salmos rezados pasaron todo el día la comunidad en compañía del Señor. 

       Fui a cenar temprano, porque a las seis de la tarde quedaron en buscarme para ir a la comunidad de La Cuica, donde celebramos la Pasión del Señor, asistieron una docena de personas, dediqué el tiempo necesario para compartir con aquella gente, conscientes todos de ser una comunidad un poco, pero solo un poco apática a la congregación en la capilla. 

       La celebración en la capilla de Las Mesas de San José se dio inicio a las 8:00pm con poca gente, pero en un pestañear se llenó la capilla. Realizamos todo como lo prescribe el ritual del día. Al final meditamos las siete palabras del Señor, de cada una hice un breve comentario, aplicando dicha reflexión a la realidad en que actualmente vivimos los venezolanos. Lo último fue que rezamos los 33 credos, pero, por un pequeño desacuerdo entre media capilla contra la otra media capilla, rezamos dos credos más, es decir, 35 credos. 

       Ya para irme a dormir tomé un bebedizo para aclarar la voz, pues ya no me salen las palabras, además de que debo hablar fuerte porque a mitad de celebración se fue la energía eléctrica. 

Día Sábado 31 de marzo. 

       Ultimando la Semana Santa y principiando la Pascua. Hoy me impresionó también la segunda lectura del Oficio, de una antigua homilía anónima. Después de mis oraciones en la capilla intenté lavar la ropa que había utilizado durante la semana, en resumidas cuentas la dejé a una vecina de la capilla, ya que tenía lavadora automática. Fui a desayunar en la casa de la familia más colaboradora y participativa de la comunidad, ellos fueron quienes años atrás se encargaron de remodelar la capilla, me comentaron que estaba en mente elevar la capilla a la categoría de santuario diocesano, no fue posible por el cambio del Padre Olivo León. Parte de la mañana la dediqué a preparar lo de la tarde, escenificación de la resurrección del Señor, entre otras cosas. Luego aproveché para leer un poco sobre las breves biografías de personajes ilustres de la historia universal, al terminar el libro me di cuenta que de la mayoría de biografías leídas se hablaba de hombres, muy pocas trataban de mujeres, escasamente unas 19 de más de mil resúmenes biográficos. 

       El mediodía lo pasé en la casa de la mamá de la señora de la casa donde me hospedaba. Compartimos con esa familia y ellos se mostraron agradecidos de que casi todos los años reciben la visita del seminarista o misionero. Ya a las cinco de la tarde estábamos de regreso en la comunidad, al llegar a la capilla estaba listo el altar para escenificar la resurrección del Señor. Ensayamos otra vez, pero, en este segundo ensayo por poco pierdo la paciencia, pues los niños querían hacer todo como lo habían visto en una película de la pasión de Cristo, es decir, con diálogos más extensos; de seguro lo hubiesen hecho bien, sin embargo, no me arriesgué a hacer se la escenificación una distracción para los presentes. 

       Como habíamos quedado el día de ayer, a las seis de la tarde me vinieron a buscar para Celebrar en la capilla de la comunidad de La Cuica, al llegar no había más de diez personas, con ellas hice una bonita celebración de la Vigilia Pascual, jamás había resumido tanto ese ritual tan hermoso. Me despedí de ellos deseándoles todas las bendiciones de Dios, y rogando a Dios que esa comunidad de compacte más para la vivencia de la fe. 

       Regresé a Las Mesas de San José, mientras preparaban la cena pude rezar el Santo Rosario en la habitación. La Solemne Vigilia Pascual inició a las 8:00pm. La comunidad reunida frente a la capilla y alrededor de la sencilla pero candente fogata, esperaron ansiosos la última noche de la Semana Santa. Se leyeron las lecturas en su totalidad, fue muy provechoso, puesto que las lectoras supieron hacerlo y se entendió todo. Finalizada la última lectura se cantó el Gloria y se hizo la escenificación de la resurrección del Señor con los niños de la comunidad que se habían preparado. A alguien se le ocurrió poner a los pies de Jesús una taza de barro con carbón ardiendo e incienso, Jesús resucitado lloraba pues el humo le llegaba hasta su rostro iluminado por un reflector. 

      Agradezco a Dios por esta oportunidad de encontrarme con él en los habitantes de estos sectores. Admirables son tus obras, Señor. 



P.A 
García