La Semana Santa para los cristianos
siempre será el momento especial para comprender los sufrimientos de la
humanidad, ya que todo lo que acontece al hombre ha de referirse a al verdadero
Dios y Hombre, Jesucristo el Señor. Y, en este mismo sentido, todo lo que
sufrió Jesús de Nazaret ha de repercutir en la vida de los hombres, quienes a
su vez buscan explicación a tantos sufrimientos, y que sólo encontrarán sentido
pleno en la Cruz de Cristo, Cruz que no se puede ver sin ver también en ella la
Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios, tres grandes misterios de esta
Semana Mayor.
El proceso
formativo de los candidatos al sacerdocio implica la teoría, en las aulas de
nuestros seminarios, y la práctica, en los campos y comunidades de nuestras iglesias
locales, es por ello que, desde el Viernes de Dolores, tenemos que dedicar
nuestro tiempo a Dios, sirviéndole de manera extraordinaria en las comunidades
a las que ya hemos sido enviados, y eso es precisamente lo que en el léxico
seminarístico se llama “ir de misiones".
Para este año 2018, por la gracia de Dios me correspondió
misionar en la Parroquia Santa Lucía de Timotes, específicamente en la
comunidad de Las Mesas de San José, con atención especial a la comunidad vecina
de La Cuica.
Timotes parece ser para el norte del estado Mérida lo que
Tovar es para el sur del estado, pues estoy hablándoles de unaciudad
comercialmente concurrida, eclesialmente constituida y, sobre todo, organizada
en todos los aspectos: cultural, social, político-territorial, etc. Timotes
alberga la Basílica Menor de la mártir Santa Lucía, devoción arraigada en los
corazones de los locales y aunada a ésta, la devoción al santo negro de
Palermo, Benito. Por ello, Timotes y Mucuchíes podrían ser llamadas “almas gemelas",
al menos en lo religioso.
La Basílica Menor de Timotes, imponente y magnifica vista
desde afuera, es sencilla y muy acogedora desde adentro; me parece un Templo
propicio para la oración, el encuentro personal con Dios, así como también insuficiente
en espacio para recibir la inmensa cantidad de católicos que habitan la
Parroquia. Su decoración es muy bella, minucioso y detallado trabajo, fruto de
los esfuerzos de toda una comunidad, que sin duda, hubo de ser animada y guiada
por una figura levítica de grata referencia: el Pbro. Lcdo. Pablo Olivo León
Uzcategui, oriundo de La Azulita, quien estuvo al frente de esta parroquia
durante 16 años, tiempo suficiente para dejar tras de sí un Templo tan hermoso,
y unas capillas en las diferentes comunidades también del mismo estilo.
Es la primera vez que “estoy en Timotes". Hace
algunos años atrás pasé por este pueblo rumbo a Isnotú, cuna del ‘santo de los
pobres' Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, pero no me detuve aquí más que
cuatro horas mientras reparaban el defectuoso vehículo en el que nos
trasladábamos. Aquella vez no pude observar más que los campos y las casas del
pueblo, no recuerdo haber visto ni la Basílica Menor de Santa Lucía, ni el
Santuario de San Benito.
Las Mesas
de San José es una comunidad netamente rural, agrícola y pecuaria. En
comparación con otras comunidades de Timotes, ésta no dista mucho de la capital
del Municipio. Desde la Capilla de la comunidad, dedicada al Niño Jesús, se
puedeobservar comunidades del estado Trujillo, incluso los habitantes de éste
sector ya saben especificar los puntos por donde pasa la raya limítrofe que
divide los dos estados andinos, Mérida y Trujillo. Las Mesas de San José está
conformada por más de cincuenta familias, absolutamente todas profesan la fe
católica. El nombre de la comunidad debe su origen principalmente a su
conformación geográfica, sin embargo, ese genitivo ‘de san José' es gracias a
la iniciativa del Padre Víctor Manuel Angulo, quien hace más de 30 años
aproximadamente, donó la imagen del castísimo José, dándole dueño y patrono a
“Las Mesas" que desde esa época se llama “Las Mesas de San
José"
La hermosa
capilla de la comunidad está dedicada originalmente al Niño Jesús ‘Peregrino',
dicha imagen de especiales características visita varios poblados de la zona,
en estos momentos se encuentra en San Cristóbal de Torondoy. La capilla
originalmente fue construida con la técnica del tapiado hace más de 60 años, en
una placa conmemorativa que está en la sacristía menciona que en 1992 se
festejó el 50 aniversario de dicha construcción. Fue remodelada y embellecida
hace seis años, por iniciativa y emprendimiento de los habitantes de la
comunidad y con el apoyo del Padre Olivo León. La capilla es de tamaño medio,
tiene 20 escaños y puede albergar unas 80 personas aproximadamente. Tiene su
sonido interno y externo. Un bello altar para el Santísimo Sacramento. Un
excelente Altar mayor (retablo) con tres nichos para san José, el Niño Jesús y
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro respectivamente. Y tiene también un bonito
altar de madera con su piedra en el centro, como debe ser. La sacristía es
pequeña pero agradable, con su closet para ornamentos y vasos sagrados.
Día Sábado 24 de
marzo.
El día de
ayer, Viernes de Dolores, la mayoría de mis hermanos seminaristas abandonaron
la Casa de Formación para ir a sus lugares de misiones. En mi caso, y el de
otros pocos seminaristas, la salida debía ser al día siguiente, sábado, por
cuestiones de transporte o porque así lo había determinado el Párroco con el
que ya habíamos conversado respecto a las misiones de Semana Santa.
Para este
día, sábado 24, me levanté a las 4:30am, terminé de hacer la maleta e improvisé
un ligero desayuno. A las 6:30am me buscó, frente al Seminario, Fray Pedro
Castellano, sacerdote de la Orden de Hermanos de la Bienaventurada Virgen María
del Monte Carmelo (Carmelitas Calzados), quien viajaba para Timotes (también a
misionar) en compañía de dos aspirantes al Carmelo, Michael y Luis. El camino
estuvo acompañado de conversaciones acerca de diferentes temas de importancia
para la vida religiosa y diocesana, así como también aprovechamos para rezar el
Santo Rosario, ofrecido por el fruto de las misiones que se iban a comenzar.
Llegamos a Timotes antes del medio día, allí encontramos, frente a la Casa
Cural, al Cura Párroco de Santa Lucía de Timotes, el Pbro. José Amilcar Lobo,
oriundo de Aricagua, quien se encontraba animando y colaborando con un
“potazo" a beneficio del Hospital de Timotes. Fuimos muy bien recibidos, y
después de almorzar nos trasladamos hasta el lugar de misiones, en mi caso el
mismo Fray Pedro me llevó hasta Las Mesas de San José, donde se encontraban
congregadas algunas personas con motivo de una reunión de catequesis. Aproveché
el momento para presentarme y hacerles la invitación a las próximas actividades
de Semana Santa.
En la casa
donde me iba a hospedar durante toda la semana, que pertenece a una fervorosa
pareja de Cursillistas, me conversaron sobre las experiencias vividas con los
anteriores seminaristas que por ahí han pasado, algunos han dejado huella hasta
el punto de que en la comunidad se recuerde sus nombres, otros no han sabido ni
ganarse la amistad de la dueña de la casa.
En horas de
la tarde de este sábado, habían varias personas que conforman la sociedad de
san José, arreglando al santo varón en su nicho, pues el día domingo 25, junto
a la Misa de Domingo de Ramos, sería las Fiestas Patronales en su Honor, junto
con la intención de la sociedad del Santísimo Sacramento, así lo tenía
determinado el Padre Amilcar Lobo.
Culminé la
jornada revisando detalladamente la liturgia del Domingo de Ramos. Con la
oración de las Completas (oración de la noche) dí por terminada la jornada de
este primer día de misiones.
Día Domingo 25 de marzo.
El frío
nocturno pudo haberme quitado la paz, pero no fue así. Hoy me levanté a las
6:30am, me preparé como de costumbre e hice mis oraciones de la mañana (Oficio
de Lectura, Ángelus y Laudes). A las 8:00am fui a desayunar y conversé largo
rato con la Sra Lucrecia, de la casa, al parecer su marido pide a Dios que le
regale en medio de su familia una vocación sacerdotal, por eso las preguntas e
inquietudes que me ella me manifestó y, de las cuales tuve el agrado de
responder con detalle. Mientras se hacían las 11:30am fui a la habitación y
releí la homilía del domingo de ramos, preparada por el Padre Alexander Rivera,
Rector del Seminario. También leí en su totalidad la edición 225 de la Revista
El Sembrador de San Buenaventura, órgano divulgativo del Seminario de Mérida,
que para esta oportunidad fue ofrecida al público por un valor de treinta mil
bolívares. La realidad del país y la escasez del dinero en efectivo hace
dificultosa la venta de este material, de todas maneras al final de este relato
de Semana Santa les contaré si se logró el objetivo de venderlas todas o
no.
La Revista
El Sembrador de San Buenaventura tiene en su portada la imagen de la próxima
beata venezolana Madre María Carmen Rendiles. Abarca varios artículos, el que
más me gustó, de todos, fue el de Will Castro, quien con un lenguaje sencillo
mostró la vivencia del Seminario Menor, en segundo lugar pongo el artículo del
seminarista Carlos Mora, quien habló de su pueblo Santa Cruz de Mora, me
pareció excelente.
La misa
del domingo de ramos estaba pautada para las 12 del mediodía, sin embargo
empezó a las 2:30pm. Nos reunimos en una casa del sector cercano a la capilla,
donde se bendijo los ramos e iniciada la procesión hacia la capilla se
entonaron algunos cantos, para esta oportunidad nos acompañó un jovencito
vestido de Jesús de Nazaret. La misa de domingo de ramos sirvió también para
festejar a san José, y se recibió la bendición con el Santísimo Sacramento del
Altar. Al finalizar la misa pude dar mis breves avisos, informando a las
personas que durante toda la semana la celebración de la palabra sería a las
7:00pm. Se ofreció la Revista del Seminario. Hubo repique de campanas y
procesión con san José, el padre y yo no pudimos acompañar pues ya eran las
3:30pm y debimos ir al almuerzo.
Culminada toda la actividad me fui a la casa de hospedaje y mientras
llovía aproveché de leer Memorias de un Exorcista, del Padre José Antonio
Fortea. Luego leí un Historia del Mundo Angélico, del mismo autor. A las 6:30pm
fui a la capilla y recé las vísperas, rosario y Completas.
La cena de
este día fue terminada con una larga conversación acerca del país y su horrible
situación política y económica.
Día Lunes 26 de marzo.
Dado que
ayer me dijeron indirectamente que no me levantara 'tan temprano' hoy mi
despertar fue a las 7:00am, al igual que ayer realicé las oraciones de la
mañana en la habitación, ya que todavía no había recibido las llaves de la
capilla para poder ir temprano a visitar a Jesús Eucaristía. El desayuno fue un
poco tarde, a las 9:00am (porque se acabó el gas doméstico y, gracias a Dios,
tienen una pequeña cocina eléctrica), sin embargo, creo que en la casa donde me
hospedo se toman muy en serio eso de 'vacaciones de Semana Santa' y es de
comprender, pues la rutina de los días normales a veces es necesario
interrumpirla con un breve descanso de más en épocas como la Semana
Santa.
Hoy salí
sólo a visitar los hogares más lejanos, perteneciente al sector de La Cuica. En
total fueron unas 20 casas visitadas en el transcurso de la mañana y parte de
la tarde. En la segunda casa visitada pregunté, a la joven que me recibió, el
nombre de los santos que estaban en un pequeño niño incrustado en la pared de
su casa, a lo que me respondió: 'éste es san Isidro, y ésta es la Virgen de la
Casita' hacía referencia a una imagen de Santa Eduviges. Esto fue parte del
sector El Hatico, que está conformado por tres casas.
Continuando mi camino por esa carretera en medio de una verde montaña
llegué al sector La Cuica, después de visitar algunas casas a orillas de la
carretera fui a conocer la capilla de aquel sector. Está todavía a medio
terminar, me explicaron que la comunidad al principio colaboró mucho con esa
obra piadosa, pero al morir un ministro, que era quien más animaba a terminar
la capilla, todo se paralizó y a esto se le sumó la difícil situación económica
de nuestro país, o lo que queda de él. El edificio, que promete belleza
pero no la refleja del todo, está invadido por nuestras hermanas las palomas, y
me refiero a ellas al mejor estilo franciscano, pero siendo sinceros, aquellas
aves son las encargadas del acelerado deterioro del recinto que algún día se
pensó sería para dar culto a Dios. Allí dejé dicho al encargado de las llaves
(mas no de la capilla) que vendría a Celebrar la Palabra los días jueves,
viernes y sábado a las 6:00pm.
Mientras
caminaba por el sector entré a una casa, era de especial arte y decoro, no
parecía una casa de por esos lados, saludé, fui muy bien recibido, el señor de
la casa resultó ser hermano del Padre Pedro Pablo Santiago Lobo. Allí me
ofrecieron el almuerzo, pues ya era medio día. Al sentarnos a comer dejó de
brillar el bombillo amarillo del comedor. Al finalizar la comida explotó el
bombillo de la cocina, bueno, si, la comida me gustó, estaba todo de chuparse
los dedos, lastimosamente había servilletas.
Continué la visita y empecé a conseguir casas sin sus habitantes, ahí es
donde viene la parte más incómoda, pues con un sol radiante uno va de casa en
casa, esperando encontrarse con alguien y resulta que no hay nadie en casa. En
alguna casa me recibieron. Me di cuenta, según la afirmación de la mayoría de
las personas, que estaba en suelo perteneciente al Municipio Urdaneta del
Estado Trujillo, y es que una casa era Mérida y la siguiente Trujillo, o algo
así. A pesar de que he descansado bien el sueño me ataca sin piedad a partir de
las dos de la tarde, es algo casi incontrolable, no puedo sentarme porque de
una vez mis ojos se cierran y mi cabeza se inclina hacia adelante, cual
borracho amanecido, solo que portando mi sotana debo parecer más un pobre
seminarista agotado de tanto deambular.
Después de
unas 20 casas y con amenazas de fuerte lluvia decidí regresar a la casa de
hospedaje. En efecto, llegando a la casa y cayendo las primeras gotas de
una lluvia que duró sus tres horas aproximadamente, tiempo dedicado por mi al
descanso de mis ojos, de mi mente, de mi ser, sólo por una hora, y el resto del
tiempo aproveché de continuar la lectura de los libros del padre Fortea, que
tengo en mi teléfono móvil en versión PDF.
Llegadas
las 6:30pm me dirigí a la capilla, recé las vísperas y al congregarse seis
fieles y devotas mujeres y un perro pastor alemán (me acordé de Benedicto XVI)
rezamos el Santo Rosario. Aunque estaba planificada la Celebración de la
Palabra para todos estos días a las 7:00pm, hoy no la hice, pesando en que para
el día de mañana debía tocar las campanas y 'perifonear' por el parlante de la
torre.
Mañana
martes continuaré la visita en La Cuica, y trataré de visitar por segunda vez,
buscado resultado positivo, a la sra Eugenia, la madre del Padre Pedro
Castellano, el que me trajo el sábado pasado hasta Timotes. Hoy la cena estuvo
presidida por un pescado desmechado y con toda la sal del mundo, al final pedí
un vaso de agua y les advertí, en tono humorístico, que si se me subía la
tensión era gracias a ese pescado, entre risas comprendieron la
situación.
Día Martes 27 de marzo.
El descanso
nocturno casi va a ser eterno. Hoy me levanté a las 7:30am. Preparación,
oraciones (Oficio de Lecturas y Laudes) como de costumbre. Hoy amanecimos sin
luz, por lo que me toco desayunar en una casa vecina, ya que allí todavía les
quedaba gas doméstico para cocinar, ojalá y no se les acabe. A las 9:00am llegó
la luz, a esa hora salí caminando para La Cuica y de camino recé el Santo
Rosario, ofrecido por tantas y tantas necesidades, pero, de manera especial por
mi amada Venezuela que tanto necesita de oración.
Hoy visité
varias casas, unas 20 en total, y así culminé aquel sector. En una casa me
dieron café, lo recibí con mucho cariño, tenía un extraño sabor, la noche
anterior había llovido y el agua no estaba llegando tan cristalina como de
costumbre. Si, el café sabía a tierra, de todos modos lo disfruté. Hoy pude por
fin tener cobertura en mi teléfono de manera que me comuniqué con mi familia
para decirles lo que les gusta escuchar: “estoy muy bien, buena comida, buena
cama, gente amable y participativa" gracias a Dios y todo era
cierto.
De regreso
volví a la casa de la Sra. Eugenia, mamá del Padre Pedro Castellano, estaba con
un hija almorzando, la salude con cariño, es una madre sacerdotal por tanto
madre de todos los que seremos algún día sacerdotes. Ella es una señora de edad
avanzada, casi no escucha bien y camina poco, sin embargo supo que era
seminarista y que de seguro estaría por allí con motivo de los días santos. Al
finalizar les dejé dos estampitas, una de un gran santo sacerdote y la otra de
un gran Obispo beato, sucesor del anterior santo sacerdote.
De la
comunidad de La Cuica regresé temprano, pues el cielo amenazaba lluvia al igual
que ayer. Hoy me enteré que había fallecido Mons. Vicente Hernández Peña,
Obispo Emérito de la Diócesis Trujillana, a los 91 años de edad. Al llegar a la
casa de hospedaje san Pedro abrió la llave desde el cielo y descendió la
bendita lluvia que empapó los fértiles campos cultivados de aquellas montañas
andinas merideñas-trujillanas. A las 5:30pm ya había escampado, fui a la
capilla y recé las Vísperas, luego por el megáfono de la torre di algunas
palabras de invitación a las actividades en la capilla. Luego, antes de irme a
cenar, puse en alta voz las reflexiones de la Palabra de Dios que había gabado
el Padre Rector Alexander Rivera y el Seminarista Ovidio Puentes, como se
escuchaban por el megáfono de la torre algunos pensaron que había otro
seminarista en la comunidad, pues puse el volumen máximo y me fui a la casa
donde me tenían preparada la cena. Aquel valle escuchó por una hora consecutiva
la voz del Padre Rector y de un seminarista carismático.
Como había
llovido con fuerza, se logró meter agua para la canilla. Al llegar de cenar me
dispuse a secarla con un coleto. De inmediato fui interrumpido por una niña y
otra señora que terminaron la tarea. A las 7:30pm inició la Celebración de la
Palabra hasta las 8:30pm. La predica fue corta, de 13 minutos, los avisos
fueron más cortos, de 10 minutos. Hubo una pequeña adoración al Santísimo.
Asistieron en total 27 personas, 20 adultos y 7 niños que hacían por 100, se
sentaron junto a mí en el pequeño presbiterio y por poco me hacen distraer
mientras la reflexión de la Palabra, son unos ángeles, a uno de ellos lo
contraté oficialmente para que sea el campanero durante estos días.
En los
avisos se habló de todo un poco, no quiero especificar nada aquí porque se
volvería tedioso este relato, más de lo que de seguro ya les ha parecido.
Terminada la Celebración me despedí de la gente y como ya había cenado, llegué
a la casa de hospedaje, compartí algunas palabras y a dormir, que mañana será
otro día y nos espera e Viacrucis con el Nazareno.
Día Miércoles 28 de marzo
Un día muy
particular. La mañana estuvo anormal. Realicé las oraciones normales, Ángelus,
Oficio de Lecturas, Laudes, pero, no pude salir temprano a la visita casa a
casa, el desayuno fue a las 10:00am, así que de 7:30am a 10:00am pude hacer las
oraciones en la habitación y también leí 37 mini biografías de personajes de la
historia universal. Como hoy me correspondía visitar las casas más cercanas a
la capilla, pues, no hubo tanto problema para trasladarme hasta el lugar
donde empezaría. En algunas casas me endulzaron la vida con “Cabello de
Ángel" y “Dulce de Durazno". El almuerzo estuvo también bastante
conversado, temas de religión y política, pero no hubo pugna, los dos interlocutores
eramos del mismo bando. Solo visité 7 casas en toda la mañana o, mejor dicho,
en un rato de la mañana.
Después de
almorzar, en la tarde fui un momento a la capilla. Empezó a llover y entonces
me puse a barrer toda la capilla, acomodando las bancas de la manera más lineal
posible, también arreglé la sacristía, paños, ornamentos, vasos sagrados,
telas, entre otras cosas que había en ese depósito/sacristía.
Llovió fuerte y no pude seguir la visita. Llegaron dos cristianas y acomodamos
en el nicho a Jesús Nazareno, ya que para hoy tenia pautado un Viacrucis con
él. Las doñas se fueron, seguía lloviendo. Llegaron cuatro angelitos (niños un
poco traviesos) y con ellos recé el Santo Rosario, fue una experiencia hermosa,
los cinco frente al Santísimo rezando a la Madre de Dios, por un momento me
acordé de Fátima y los pastorcitos devotos.
A las 6
escampó. A la luz de un velón rece las Vísperas en compañía de la catequista de
la comunidad. Oscureció temprano y no había luz (energía eléctrica) por un
momento pensé que no se realizaría el Viacrucis. Esperé al menos cuatro
personas que cargaran con el Nazareno y salimos de la capilla hasta el lugar de
inicio. Todo salió de la mejor manera. Sin luz, alumbrados por velas y velones
fue saliendo cada vez más personas de sus casas, algunos sacaron un pequeño
altar con cruces o imágenes de santos y ahí parábamos para meditar una estación
del Viacrucis. En la Procesión iba delante de todos un niño con la cruz, le
seguían dos niños cargando los cirios, luego el Nazareno cargado por cuatro
personas y en seguida el pueblo de Dios, en total eran como unas 45
personas. Yo casi me quedé sin voz, pues debía enfatizar en aquel texto
preparado por la Conferencia Episcopal Venezolana y la Pastoral Social Cáritas
de Venezuela, aunque me vida obligado a dejarme ayudar por mujeres a la hora de
leer la meditación de cada estación, sin embargo, lo hacían en voz muy baja,
por eso preferí leer la mayor cantidad de estaciones yo mismo, todo para buscar
la concentración de los presentes.
El acto de
piedad lo culminamos en la capilla. Repartida la Sagrada Comunión, hablamos un
poco sobre las siguientes actividades de los días Jueves, Viernes y Sábado.
Eran las nueve de la noche y como todavía no llegaba la luz, fui a cenar en una
casa vecina. Llegue a la casa se hospedaje a las 10:00pm me estaban esperando
para irse a dormir, esa noche ellos se fueron a la cama sin cenar, me dio un
poco de vergüenza, pues yo venía con la barriga llena y el corazón contento.
Recordando
los tres regalos de Cristo para la humanidad: el mandamiento del amor, la
Eucaristía y el Sacerdocio Ministerial. Hoy comencé la jornada a las 7:30am,
después de hacer mis oraciones salí a visitar los hogares. Este día jueves no
desayuné, lo menciono aquí porque realmente fue un ayuno involuntario, lo
cierto fue que ni en la casa de hospedaje ni los demás “líderes de la
comunidad" pensaron en mi desayuno. Hoy me hice acompañar por tres niños,
una hembra y dos varones que supieron guiarme por el sector con más casas aquí
en Las Mesas de San José. Fueron en total 26 casas visitadas. Al llegar hacía
la invitación a las actividades en la capilla y para despedirnos rezábamos
un padrenuestro, avemaría y gloria por los habitantes de la casa en la que
nos encontrábamos.
El
medio día estuvo para ya mas no poder. Dios bendice y premia a veces aún sin
uno merecerlo. A las 2 de la tarde llegó la luz, casi después de 24 horas sin
este servicio. De inmediato fui a la capilla y por el parlante, que se escucha
en toda la comunidad, hice los avisos necesarios para la tarde. Se invitó a la
realización del monumento al Santísimo entre otras cosas. Luego puse música de
Semana Santa para armonizar la tarde.
Con
la realización del monumento fue bastante particular, yo estaba en la sacristía
preparándome para la celebración de la noche y en la capilla aquel aguerrido
grupo de mujeres haciendo mil y un intentos por idear un monumento “diferente
al de todos los años". Al final les quedó precioso. Tres telas formaban el
tricolor patrio, pendían de forma vertical, luego diferentes flores y 12
velones con en nombre de cada Apóstol del Señor. El velón que correspondía a
Judas se puso horizontal y no se encendió (así lo acostumbra la
comunidad).
También en horas de la tarde pude visitar algunas casas. A las 6;00pm
debía ir a celebrar en el sector La Cuica, fui caminando hasta el lugar en
compañía de tres simpáticas jóvenes. Al llegar al lugar no había ni una mosca, esperamos
más de media hora y antes de regresarnos dejé dicho que si el día de mañana se
reunía gente en esa capilla, me mandaran a buscar y yo con mucho gusto hago la
Celebración de la Palabra.
La
celebración del Jueves Santo en la capilla de Las Mesas de San José fue todo un
éxito. Se dio inicio a las 7:30pm. Estaban disfrazados siete niños y seis
niñas, era la representación de Cristo y el Colegio Apostólico. Se cantó el
gloria mientras sonaban las campanas, después de la reflexión de la Palabra se
hizo el lavatorio de los pies, donde estuve ayudando a Jesús a lavar los
pies de sus apóstoles, y también se escenificó la última cena, donde Jesús
repartió pan a sus doce pequeños apóstoles.
El
Santísimo Sacramento fue trasladado con toda Solemnidad hasta el monumento,
hubo incienso y todo. Estuvimos en oración desde las 8:45pm hasta las 10:00pm.
Se rezó el Rosario, meditando los misterios luminosos, y muchas otras oraciones
a Jesús Eucaristía.
Realmente
me sentí muy contento con este día Jueves Santo. La gente vivió a profundidad
toda la liturgia de este día.
Día Viernes 30 de marzo.
La
Pasión del Señor, qué gran misterio para la humanidad. Hoy me llenó de gran impresión
unas palabras que conseguí en el Oficio de Lectura, las que hacían referencia a
que los judíos fueron quienes sacrificaron al Cordero, Cristo el Señor, pero lo
comprendí desde una perspectiva bastante cristiana, pues la lectura daba para
entender que, así como los judíos sacrificaban el cordero en las fiestas de la
Pascua, así mismo a ellos les correspondía sacrificar a Jesús el verdadero
Cordero de Dios, y con ese sacrificio vino la salvación del género humano. Los
judíos cumplieron con su papel sacerdotal al matar a Jesús.
El
día de hoy fue bastante intenso. En la mañana, después de hacer las oraciones
correspondientes, pero esta vez sí en la capilla, fui a desayunar en una casa
vecina que hasta ese momento no había visitado. Siempre sucede que a esa casa
que el seminarista no ha ido, es donde algún favor le hacen a uno, y entonces
la pena con los de la casa porque antes no se les ha visitado. En compañía de
media docena de angelitos (niños alegres, pero muy preguntones) salí a un
sector bastante lejano, a visitar los hogares, fueron solo tres en este
día. Por el camino, a petición de ellos, les hice repetir varias veces el
padrenuestro y el avemaría en latín, griego, francés, inglés, portugués,
italiano y español, a ellos les encantaba que yo les dijera esas oraciones en
varios idiomas. Al final sólo se quisieron aprender de memoria una oración más
corta y obviamente en español, les dejé la siguiente: Ángel del Señor, que eres
mi Custodio, puesto que la Providencia Soberana me encomendó a ti, ilumíname,
guárdame, rígeme y gobiérname en éste día. Amén.
El
almuerzo lo tuvimos todo el pequeño grupo misionero en la misma casa. Los
consideré realmente mi grupo misionero, ya que, en todas las casas visitadas,
ellos me recordaban hacer la oración final para bendecir el hogar, me lo
recordaban porque con eso participaban, pues dicha oración era rezar todos en
voz alta un padrenuestro, avemaría y gloria. A la una fui un momento a la
capilla para rezar la hora sexta.
Después, fui a una casa bastante concurrida por familiares y amigos, allí
conversamos bastante tiempo sobre la religión, me hicieron bastantes preguntas
sobre los exorcismos, posesiones demoníacas y cosas por el estilo, por mi parte
les hablé desde la posición más doctrinal y católica que ellos habían conocido,
obviamente cité en mi discurso al Padre José Antonio Fortea, por es el único
autor de quien he leído sus obras de demonología.
En
la tarde regresamos un rato a orar frente al Santísimo. Recé las Vísperas, aunque
según la Liturgia de las Horas era permitido sólo a los que no participarían de
la celebración de la Pasión del Señor. Con algunas personas presentes recé el
Santo Rosario, esta vez no fue iniciativa mía, sino de la gente, además no lo
dirigí yo, eso me hizo sentir bastante bien, pues así ellos me enseñaban a mí
que la devoción mariana es primordial en sus vidas. Durante todo este día
viernes santo el Santísimo en el Monumento estuvo acompañado de personas,
venían a hacer sus oraciones por familias, salían unos y entraban otros, nunca
dejaron sólo al Señor, entre cantos, oraciones y salmos rezados pasaron todo el
día la comunidad en compañía del Señor.
Fui
a cenar temprano, porque a las seis de la tarde quedaron en buscarme para ir a
la comunidad de La Cuica, donde celebramos la Pasión del Señor, asistieron una
docena de personas, dediqué el tiempo necesario para compartir con aquella
gente, conscientes todos de ser una comunidad un poco, pero solo un poco
apática a la congregación en la capilla.
La
celebración en la capilla de Las Mesas de San José se dio inicio a las 8:00pm
con poca gente, pero en un pestañear se llenó la capilla. Realizamos todo como
lo prescribe el ritual del día. Al final meditamos las siete palabras del
Señor, de cada una hice un breve comentario, aplicando dicha reflexión a la
realidad en que actualmente vivimos los venezolanos. Lo último fue que rezamos
los 33 credos, pero, por un pequeño desacuerdo entre media capilla contra la
otra media capilla, rezamos dos credos más, es decir, 35 credos.
Ya
para irme a dormir tomé un bebedizo para aclarar la voz, pues ya no me salen
las palabras, además de que debo hablar fuerte porque a mitad de celebración se
fue la energía eléctrica.
Día Sábado 31 de marzo.
Ultimando la Semana Santa y principiando la Pascua. Hoy me impresionó
también la segunda lectura del Oficio, de una antigua homilía anónima. Después
de mis oraciones en la capilla intenté lavar la ropa que había utilizado durante
la semana, en resumidas cuentas la dejé a una vecina de la capilla, ya que
tenía lavadora automática. Fui a desayunar en la casa de la familia
más colaboradora y participativa de la comunidad, ellos fueron quienes
años atrás se encargaron de remodelar la capilla, me comentaron que estaba en
mente elevar la capilla a la categoría de santuario diocesano, no fue posible
por el cambio del Padre Olivo León. Parte de la mañana la dediqué a preparar lo
de la tarde, escenificación de la resurrección del Señor, entre otras cosas. Luego
aproveché para leer un poco sobre las breves biografías de personajes ilustres
de la historia universal, al terminar el libro me di cuenta que de la mayoría
de biografías leídas se hablaba de hombres, muy pocas trataban de mujeres,
escasamente unas 19 de más de mil resúmenes biográficos.
El
mediodía lo pasé en la casa de la mamá de la señora de la casa donde me
hospedaba. Compartimos con esa familia y ellos se mostraron agradecidos de que
casi todos los años reciben la visita del seminarista o misionero. Ya a las
cinco de la tarde estábamos de regreso en la comunidad, al llegar a la capilla
estaba listo el altar para escenificar la resurrección del Señor. Ensayamos
otra vez, pero, en este segundo ensayo por poco pierdo la paciencia, pues los
niños querían hacer todo como lo habían visto en una película de la pasión de
Cristo, es decir, con diálogos más extensos; de seguro lo hubiesen hecho bien,
sin embargo, no me arriesgué a hacer se la escenificación una distracción para
los presentes.
Como
habíamos quedado el día de ayer, a las seis de la tarde me vinieron a buscar
para Celebrar en la capilla de la comunidad de La Cuica, al llegar no había más
de diez personas, con ellas hice una bonita celebración de la Vigilia Pascual,
jamás había resumido tanto ese ritual tan hermoso. Me despedí de ellos
deseándoles todas las bendiciones de Dios, y rogando a Dios que esa comunidad
de compacte más para la vivencia de la fe.
Regresé a Las Mesas de San José, mientras preparaban la cena pude rezar
el Santo Rosario en la habitación. La Solemne Vigilia Pascual inició a las
8:00pm. La comunidad reunida frente a la capilla y alrededor de la sencilla
pero candente fogata, esperaron ansiosos la última noche de la Semana Santa. Se
leyeron las lecturas en su totalidad, fue muy provechoso, puesto que las
lectoras supieron hacerlo y se entendió todo. Finalizada la última lectura se
cantó el Gloria y se hizo la escenificación de la resurrección del Señor con
los niños de la comunidad que se habían preparado. A alguien se le ocurrió
poner a los pies de Jesús una taza de barro con carbón ardiendo e incienso,
Jesús resucitado lloraba pues el humo le llegaba hasta su rostro iluminado por
un reflector.
Agradezco
a Dios por esta oportunidad de encontrarme con él en los habitantes de estos
sectores. Admirables son tus obras, Señor.
P.A
García