martes, 30 de octubre de 2018

Mons. Miguel Antonio Salas, 15 Aniversario de su partida al cielo


Arquidiócesis de Mérida recuerda 15 años de la glorificación del Siervo de Dios Mons. Miguel Antonio Salas Salas cjm.


En una emotiva celebración eucarística en la Catedral Basílica Menor de Mérida se recordó la memoria del Siervo de Dios Miguel Antonio Salas. La ceremonia fue antecedida por una procesión desde la Iglesia de Milla hasta la Catedral de esta ciudad. En dicha peregrinación participó el Seminario de Mérida y miembros de los diversos grupos de apostolado de las parroquias más cercanas. Se contó con la presencia de un báculo y mitra que pertenecieron al primer obispo Eudista venezolano Mons. Salas. La presencia del Obispo Auxiliar de Mérida Mons. Luis Enrique Rojas encabezó la procesión y se rezó el Santo Rosario.

En la Catedral la eucaristía se inició a las 5:00pm, fue presidida por Su Eminencia el Cardenal Porras Cardozo, quien recordó la gran obra cristiana de Mons. Salas su tutor y padre espiritual. El Vice Postulador de la Causa Pbro. Lcdo. Javier Muñoz agradeció la presencia de la feligresía y animó a los presentes a rezar la oración por la pronta beatificación del Siervo de Dios.

Al final se cantó el responso por su eterno descanso, acto de fe que se acompaña con la certeza de tener en el cielo a un intercesor.

Siervo de Dios
Mons. Miguel Antonio Salas Salas

Señor Jesucristo, Pastor de Pastores, que otorgaste a Monseñor Miguel Antonio Salas un corazón de sacerdote y obispo con olor a oveja, en el que florecieron virtudes de humildad, entrega, fortaleza, amor al prójimo y a los más necesitados, te pido me concedas por su intercesión el favor que ahora imploro (…), así como la gracia de verlo glorificado para celebrar su vida y fama de santidad en toda la Iglesia. Te lo pedimos a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, y lo encomendamos a la protección de María Santísima. Amén.
  
       Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

P.A
García

lunes, 29 de octubre de 2018

Características del Pentateuco.



CAPÍTULO I CARACTERISTICAS DEL PENTATEUCO[1]


       Las narraciones y las leyes conforman el grueso literario de los libros del Pentateuco, conjunto al que también se le puede llamar Torá, el cual proviene del hebreo y significa “instrucción”. El Pentateuco viene a recoger la historia y legislación de Moisés. Es la traducción griega de los LXX que pone a cada libro su nombre, a partir de su contenido: Génesis-origen, Éxodo-salida, Levítico-casta sacerdotal, Números-censos del pueblo, Deuteronomio-segunda ley.

       Génesis es completamente narrativo, los otro cuatro mezclan la narración con la ley. El conjunto general del Pentateuco está marcado por el contexto histórico, aunque son principalmente relatos con apariencias de crónicas, a su vez esta historia tiene un carácter ideológico, comprendido como historia de la salvación, dando paso a una consideración ideológica-teológica de las narraciones del Pentateuco y de todas las Sagradas Escrituras. La narración de estos libros juega con la implementación de la poesía, haciendo uso de la misma en momentos más solemnes, como para marcar la diferencia en los relatos y su importancia.

       Con respecto a la ley, el Pentateuco recoge todas las normas judías, pero solamente el Decálogo es divino, es decir, mandado por Dios mismo, el resto de leyes se las dio Moisés. El Pentateuco pone la ley como mandato divino, las otras civilizaciones ajenas al judaísmo ponen sus leyes desde lo humano. Estas leyes se recuerdan al pueblo mediante la misma historia de salvación y se pasan de generación en generación a través de las amonestaciones y las exhortaciones.

       Si bien toda la historia narrada es importante, todos sus personajes lo son también, sin embargo, de relevancia solo gozan: Yahvé, Abrahán, Jacob-Israel, y el mismo Moisés. Teniendo centro en la narración de la ley a Yahvé como legislador, Moisés como mediador y a Israel como destinatario de esta ley divina.

       El Dios de la Biblia será visto como un ser personal, y también como un personaje literario, aunque tenga más fuerza tratar con un ser real. Yahvé aparece unas 1.820 veces en el relato bíblico del Pentateuco.

       Abrahán goza de ser el padre de Israel, así como Adán lo es de toda la humanidad. A los 75 años es llamado por Dios a una misión especial y diferente, lo importante en la historia de este personaje es su respuesta al llamado de Dios.

       En Jacob se ve el misterio de gratuidad en la elección que Dios hace de su pueblo, Jacob ya no será Jacob, sino Israel, quien es llamado por Dios para ser su pueblo, y es precisamente eso, Israel es su pueblo y no otro.

       Para hablar de Moisés lo primero que se debe dejar claro es que todo el Pentateuco, para algunos autores, es un relato biográfico de este curioso personaje, de ahí que su importancia sea crucial para entender toda la trama de estos primeros cinco libros de la Biblia. Moisés es un instrumento de Dios, es un profeta de palabras divinas, es un medio entre Dios y los hombres, mejor dicho entre Dios y su pueblo Israel.

       La dimensión temporal en la narración es de dato curioso, pues desde la creación del mundo en Génesis hasta la salida de Egipto transcurren unos 2.666 años, sin embargo, desde esta salida hasta la muerte del profeta Moisés solo se narran 40 años, y esto es así, precisamente porque el primer tiempo, el más prolongado es justamente de carácter mítico y legendario. Con las edades de los personajes la Biblia inicia especificando que puede vivir hasta unos 969 años, hasta lo mínimo que se verá con los Salmos, que es de uno 80 años.

       La dimensión espacial de los relatos va desde Ur de los caldeos, pasando por Mesopotamia, llegando a la tierra de Canaán, para luego ocupar momentáneamente y en la esclavitud las tierras de Egipto, para finalmente descansar en su Tierra prometida. De Canaán a Egipto viajan los patriarcas, de Egipto, pasando por el desierto hasta la tierra de Canaán viaja Israel, pueblo constituido y elegido por Yahvé.

       Una cosa de tener en cuenta a la hora de acercarnos al Pentateuco es que podemos encontrarnos con que en las narraciones hay ciertas duplicaciones o doble narraciones de un mismo hecho-acontecimiento, de igual manera hay leyes que se repiten y a su vez se modifican o amplían.


P.A
García


[1] EL PENTATEUCO. Félix García López. Editorial Verbo Divino, 2003, pp. 17-35.

La teología de la música de Benedicto XVI


LA MÚSICA EN LA TEOLOGÍA DE JOSEPH RATZINGER[1]


El Cardenal Ratzinger, estudioso de la Teología litúrgica, ha propuesto su visión acerca de la música desde la perspectiva teológica-litúrgica, así pues, su reflexión litúrgica será aplicada generalmente a las características de la música en el arte sagrado, es por eso que Ratzinger concreta que el verbo “cantar” como sinónimo de música aparece en el Antiguo Testamento unas trescientas nueve veces, mientras que en el Nuevo Testamento sólo treinta y seis, en nada relevante el descenso notable, pues lo seguro es que canto se sitúa en el centro de toda la historia de la salvación, contenida en las Sagradas Escrituras. Desde el Éxodo (15,1) con el canto de Moisés y los israelitas al Señor luego de la proeza del Mar Rojo, hasta el Apocalipsis (15,2) con el Cántico del Cordero se ve enmarcada toda historia salvífica con la música.

Para Ratzinger, el fundamento teológico del canto litúrgico se nos revela al comprender que Cristo ha superado en gran medida esa hazaña del Mar Rojo, por eso el cristiano puede cantar el “cántico nuevo” de alabanza al Señor, para esto la Biblia misma nos enseña con los Salmos, que expresan del pueblo de Israel sus lutos, lamentaciones, miedos y también sus esperanzas, confianza y gratitud; este libro de los Salmos es atribuido a David, el rey cantor, y para la fe Cristo es el nuevo David, que por el Espíritu Santo canta, de este modo, con el salterio la Iglesia canta. Dice el Cardenal Ratzinger que “la música de iglesia surge como carisma, como don del Espíritu: esta es la «glosolalia», la nueva «lengua» que procede del Espíritu. En esta se da sobre todo la «sobria embriaguez» de la fe porque son superadas todas las posibilidades de la pura racionalidad”

Ahora en el libro de Cantar de los Cantares Ratzinger consigue un motivo nuevo para cantar, es el amor; citando a san Agustín concluye que “cantar es propio del amor”, y esto se ve reflejado en el libro sagrado, además Cristo es el novio (Mc 2,19) y la misma Eucaristía es un anticipación del banquete nupcial del Reino, por eso expresa Ratzinger que “el canto de la Iglesia proviene en definitiva del amor: esto es lo que, en el fondo, hay en el origen del cantar”. En resumidas cuentas la música llega a ser el lenguaje universal del amor.

Reflexionando sobre el tema litúrgico en general, el Cardenal alemán opina que “las formas artísticas que niegan la presencia del Logos en la realidad y fijan la atención del hombre en la apariencia sensible, no son compatibles con el sentido de las imágenes de la Iglesia”, esto puede aplicársele también al ámbito musical de la liturgia, donde “sin fe no hay arte adecuado a la liturgia”, por ende la música para Ratzinger debe apoyar el misterio vivido en la liturgia sagrada, no distraerlo.

P.A
García



[1] Un resumen del artículo de JORDI-AGUSTI PIQUÉ I COLLADO

Reflexión sobre el mensaje del Papa Francisco para la jornada mundial de las misiones



Junto a los jóvenes, llevemos el Evangelio a todos


       “La fe cristiana permanece siempre joven cuando se abre a la misión que Cristo nos confía”, con estas palabras el Papa introduce su mensaje que quiere extender desde los jóvenes, a todos los fieles de la Iglesia. Es común escuchar que cada ser humano tiene una misión, pero, en este mensaje, el Papa da un giro a dicha perspectiva, cuando dice que “cada hombre y cada mujer es una misión”, abriendo así un inmenso panorama a la misión, que es en sí cada persona, sus realidades y circunstancias. Para el Papa, los jóvenes experimentan con mayor fuerza la atracción y el envío, como características propias de su juventud, sin embrago, es consiente del gran desafío que tienen los jóvenes, de afrontar con alegría la vida.

       San Juan Pablo II es recordado por aquellas palabras dirigidas a los jóvenes chilenos de no tener miedo, el Papa Francisco especifica ese miedo que nos puede invadir, por eso expresa “queridos jóvenes, no tengáis miedo de Cristo y de su Iglesia”, dando a entender que lo que nos pide el Señor nos lo ayuda a cumplir su gracia en el Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia. La misión es un constante preguntarnos ¿qué haría Cristo en mi lugar?, obviamente son diversas siempre las circunstancias que enfrentamos, pero para esto debemos contar con la ayuda de nuestros amigos los santos.

       La misión de todo bautizado es transmitir el Evangelio, transmitir a Cristo, para ello el Papa propone el “contagio”, que “se realiza desde el amor, en el que la alegría y el entusiasmo expresan el descubrimiento del sentido y la plenitud de la vida”, y es que del encuentro personal con Cristo no queda otra opción que transmitir la vida de la gracia, la santidad misma que es Dios en nosotros.

       El mundo en sí es tierra de misión, por eso, ¿a qué se refiere el Papa cuando nos invita a ir a las periferias? Ya no es un lugar físico, ahora debemos entender esas periferias como “la indiferencia hacia la fe o incluso el odio contra la plenitud divina de la vida”, esta es la periferia más desolada de la humanidad y la más necesitada de Cristo. Tan solo con mirar al derredor nos damos cuenta de la necesidad de Dios que tiene nuestro mundo, por eso hoy en día la misión no puede ser una opción, sino una obligación de amor y por una entrega abnegada al Evangelio. Dios dará los medios.

       El Papa finaliza su mensaje citando sus mismas palabras a los jóvenes chilenos “nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie: le haces falta a mucha gente y esto piénsalo” y es que para Dios todos somos importantes, todos tenemos ese potencial de ser los auténticos discípulos misioneros del Señor Resucitado.
      
       Experiencia DOMUND Chiguará 2018
      
       En esta misma perspectiva, y dando cabalidad a las palabras del Santo Padre, un grupo de más de 70 jóvenes, entre los que se encontraban religiosas y seminaristas, vivieron la experiencia del Domingo Mundial de las Misiones en la Parroquia San Antonio de Padua de la población de Chiguará, donde fueron recibidos por el Pbro. Edison Montilla y toda su feligresía.

       La dinámica misionera se llevó a cabo por unas cuatro horas, en las que se visitaron varios sectores del pueblo, de manera especial los más alejados.

       Un encuentro deportivo atrajo la presencia de los jóvenes que ven en el deporte su mejor entretenimiento.

En la visita casa a casa se pudo notar la alegría de la gente al recibir jóvenes misioneros y evangelizadores, que con su mensaje sencillo pero profundo, recordaron a las personas lo importante de tener a Dios en el corazón. La actividad finalizó con la Santa Misa a la que asistieron un notable número de fieles que habían sido invitados por los jóvenes misioneros.

       La misión por y para los jóvenes

P.A
García

jueves, 4 de octubre de 2018

La formación sacerdotal en Venezuela, un acercamiento desde la perspectiva actual.


LA FORMACIÓN SACERDOTAL EN

 VENEZUELA UN RETO 

COMPROMETEDOR

Foto: Pbro. Pedro Moreno

Seminarista Jesús Rubio, Filosofía II

La vida del hombre está enmarcada por una vocación, la cual varía según el lugar y la persona, se nace para crecer, y ese crecer significa una superación, en varios ámbitos. La persona va superando algunas entapas en su vida, y se va encontrando con una gama de carreras, bienes, comodidades, etc, en fin, el hombre nace y crece para poder superarse y ser alguien, poder vivir cómodamente y lo más importante sentirse feliz con lo que hace y realiza.

En esta nota informativa, lo que se quiere dar a conocer es, qué es una vocación sacerdotal y cómo nace la misma, cuales son los retos y desafíos con los que se puede encontrar un seminarista y porque no, un miembro del equipo formador, sabiendo que para ninguno de los dos es fácil, la tarea encomendada, por ello se hace necesario que cada uno se deje conducir y guiar por la gracia del Santo Espíritu de Dios.

Por otro lado, tener la capacidad de analizar la verdadera situación, por la que pasa nuestra Iglesia, sabiendo que nos rodea una crisis vista desde dos puntos distintos; la primera una crisis vocacional, por una serie de factores influyentes, y luego una crisis país; es así como nace la gran pregunta, ¿Cómo responder en medio de esa crisis? Dejarse guiar por el amor del Padre. 

Seguir al Señor implica dejarlo todo:

Por ello, es necesario recordar las palabras de Evangelio de Mateo donde narra que, “Muchos son los llamados y pocos los elegidos” (22:14), en el caso nuestro, solo queremos hacer alusión al llamado sacerdotal, y es que el Señor toca nuestra puerta, y nos llama a su encuentro, el encuentro con el Señor conlleva dejarse moldear por su acción salvífica, luego dejarlo todo, y, ¿qué es ese todo? Comodidades, familia, casa, dinero, vienes, amigos, etc, una cantidad innumerable de factores que allí se hacen presentes.

Luego de ser llamados, son destinados a trabajar en pos del Señor, anunciar la Buena Nueva de su Reino, llevar esperanza al que sufre, dar su vida por aquellos hermanos que se sienten explotados, solos y deprimidos, el sacerdote es un hombre tomado entre los hombre y constituido a favor de los mismos, que siente padece y sufre con el hermano que se encuentra a su lado.

La formación

Hemos hablado de un llamado, ¡ojo!, pero no olvidemos que cuando el Señor llama a sus discípulos los invita a la montaña, primero a orar, y luego los enseña, los educa, y los envía, Él los enseña para que, lo que hablen sea Palabra de Dios, y no palabra propia. Formarse significa dejarse moldear por el Espíritu Santo.

La formación de los futuros candidatos al ministerio sacerdotal está enmarcada por algunas normas, reglar y criterios, por las que lógicamente se debe de regir cualquier institución, por ello, el sitio donde se forman estos, es el seminario, allí se llega como piedra en bruto, y es aquí donde juegan un papel importante los presbíteros, ya que son los encargados de formar a los mismos, de trabajar con ellos, de moldearlos, de animarlos, de aconsejarlos, de poner en práctica todas esas obras de piedad que en algún momentos adquirieron en su formación.

Los formadores juegan un papel esencial en la formación, son ellos los que ayudan al candidato, a ver, con caridad esas cosas que no son buenas para el crecimiento humano, van trabajando los dos en comunión con Cristo dueño de la vocación, cinco dimensiones, que la Iglesia propone las cuales le ayudaran al mismo hacerse muchas preguntas, y así poder deshacerse de aquello que en el camino no es necesario para su enriquecimiento vocacional.

Crisis vocacional

En algunos momentos se cree que la crisis es mala o es piedra de tropiezo en el camino, pero no, todo lo contrario, la crisis ayuda a que el candidato, se cuestione en torno a su vocación, le ayuda a pensar, indagar, profundizar, y así poder comprender que en la vida, lo que se va realizando tiene que ir orientado por la mente, para así madurar y discernir cada una de las decisiones a tomar por parte del mismo candidato ya que él es el protagonista de su formación, cada una de las decisiones a tomar deben de estar consultadas con el Espíritu Santo.

Es necesario recordar las palabras de Santa Teresa del Niño Jesús, la cual aprendió a no tomar decisiones en tiempos de crisis, en tiempos fuertes, y así como ella muchos más santos que se han desgastado por anunciar el Reino de los cielos, ya que esto no es una tarea fácil, implica muchos sacrificios y además mucha maduración por parte de la persona que se está configurando con Cristo, pastor supremo.

Las crisis vocacionales se solucionan con la ayuda del Señor el cual da el aliento para poder continuar en el camino, y además es tan noble que coloca un director espiritual, el cual ayuda a orientar nuestra vida hacia la presencia del Señor. Cuando sientas que ya no puedes más, mira hacia atrás y observa todo el recorrido que llevas. ¡Animo!

¿Formarse en Venezuela?

La formación sacerdotal en Venezuela, los últimos años ha jugado un papel muy importante, recordemos que los seminaristas son los sustitutos de los sacerdotes mayores y esto es una cadena que no se rompe, unos salen otros entran y así sucesivamente.

Venezuela los últimos años ha pasado y sigue pasando por una situación precaria, fuerte, desagradable, que acaba y frustra los sueños de muchas personas, en especial de esos jóvenes que todos los días salen de sus casa con un bolso, una maleta, etc, y cruzan la frontera de nuestra nación, en busca de nuevas expectativas, nuevos horizontes, dejándolo todo como el mismo Jesús, en ellos vemos a ese hermano que sufre con dolor, porque no puede superarse.  

Son muchos los jóvenes que en algún momentos han tenido que dejar el seminario, por falta de dinero, por falta de medicamentos, o mejor dicho por alguna enfermedad, ¿esto es justo?, ¡no lo es!, por ello cuando un seminarista deja el aula de clases, estamos hablando de un sacerdote en potencia que deja todo para poder ayudar en su hogar de distintas maneras.

La formación en Venezuela va adjunta a muchos retos y desafíos que la misma realidad presenta, y no solo es un reto para el seminarista que decide aceptar el llamado del Señor diciendo ¡sí! Al mismo dueño de la mies, sino también para cada uno de los miembros del equipo formador, teniendo en cuenta que el estar en un seminario a ellos no les asegura nada, ya que los mismos realizan su trabajo sin ningún interés. Pero como muchos de ellos lo expresan, que todo sea “Ad gloriam Dei”, para la gloria de Dios.

Por ello, a cada una de las personas que lean este apartado, no olviden orar incesantemente por el aumento y perseverancia de las vocaciones hacia la vida sacerdotal, religiosa y misionera, para que haya jóvenes dispuestos a donar su vida desinteresadamente al servicio de los más necesitados.

Un reto que imprime compromiso

Y por qué un reto que imprime compromiso, esto ya tiene que ver un poco con los que dirigen el seminario. Imprime un compromiso, porque no es cualquier cosa lo que el obispo les encomienda, (equipo formador) es formar al futuro clero, es formar a los futuros pastores, formar a los futuros obispos y porque no, al futuro sucesos de Pedro.

Por esta razón y muchas más, no es fácil estar en un seminario, los sacerdotes tienen muchos compromisos, solventar el servicio de la casa, para que todo este en su debido lugar y como es debidamente, buscar la comida, para que no falten los alimentos necesarios, y los formandos puedan responder de la mejor manera. ¡Esto no es fácil!

Y el reto de formarse en Venezuela está en que, el joven termine todos sus estudios y pueda recibir su debida ordenación, y no decida irse del país, sino seguir luchando y viviendo con los hermanos que se encuentran solos y desamparados, un reto que es un poco fuerte, porque, pareciese que no se encuentra la salida necesaria de la crisis que se atraviesa como país, pero con la compañía de María en la advocación de Coromoto, pronto brillara la luz para Venezuela. ¡Animo!

“Señor danos Sacerdotes según tu Corazón”

Seminarista Jesús Rubio, Filosofía II.
   

martes, 2 de octubre de 2018

Notas de las misiones de diciembre de 2013. El Royal. Mucuchíes


El Royal, Mucuchíes


         El sábado 14 de diciembre me levanté a las 6:00am, ya la noche anterior había preparado la maleta. En esa media hora me preparé, mamá me hizo el desayuno y mi hermana mayor conversaba conmigo. Desayuné  a las 6:30am y como a las 6:45am salí de mi casa en un taxi de la línea que está frente de mi casa. La despedida fue como siempre, no tan cruel la cosa, pues ya estamos acostumbrados, tanto mi familia como yo, a despedirnos, porque yo constantemente salgo de la casa. A eso de las 7:00am, mientras bajaba en el taxi para el terminal de Tovar, en El Llano, justo en la esquina de las Residencias “El Llano”, subía un camión 350 blanco, cargado, por detrás de éste subían, no a mucha velocidad, una moto con dos hombres, éstos al tratar de pasar el camión perdieron el control de la moto y se fueron rastrillados por la calle, hasta parar con un golpe seco, el chofer con un poste y el otro contra un portón negro, todo esto lo detallé porque mientras sucedía el taxista frenó, de otra forma la moto habría llegado al taxi en el que yo me dirigía. El taxista nervioso adelanta el carro y para frente a los accidentados, yo nervioso también, los bendije tres veces y los dos gritamos a unos jóvenes motorizados que buscaran el camión 350, pues tal vez no se había percatado de lo ocurrido. Continuamos a toda velocidad y paramos unos metros más abajo, en el Hospital San José de Tovar, yo me bajé del taxi y por emergencia hablé con una enfermera, diciéndole que llevaran la ambulancia, ella, preocupada me indicó que llamáramos a los bomberos, pues en ese momento no había ambulancia disponible. Tristes, el taxista y yo, seguimos para el terminal, y al llegar a la avenida próxima a éste, escuchamos la sirena del carro de los bomberos. La calle que rodea el terminal estaba trancada con carros, había cola, y por eso me quedé al lado del supermercado Luki de Tovar, allí de dispuse a bajar con las maletas, y justo en la esquina, un hombre golpeaba a otro que subía en su moto, llegaron dos más y siguieron discutiendo. Traté de ignorar lo que estaba pasando y llegué al bus de Mérida, me monté al final y justo al arrancar el bus, un viejito maloliente se sentó a mi lado, yo apenas abrí las ventanas y empecé a respirar el aire de afuera.

         Llegué a Mérida, esperé que el bus llenara el tanque de combustible, pero no había, entré al terminal y me senté frente de donde paran los buses de Barinas, allí me conseguí con una señora de unos 50 años, ella estaba esperando un paquete que un hombre mandaría con ella para Barinas, pues iba a visitar a un hijo que tenía en la cárcel y allí estaba también el hijo de aquel hombre. Mientras esperaba a Emerson Mora Mora hablé con la señora, me contó que su hijo estaba preso injustamente, porque le había encontrado con droga en el taxi en el que él trabajaba ilegalmente, pues un hombre, al que la policía venía persiguiendo por llevar droga, se le montó al carro, y al encontrarse rodeado de las patrullas pagó 150 millones de bolívares a la Policía y lo dejaron ir. El hijo de la señora no tenía cómo pagar y se lo llevaron preso. La señora me contó que ya había rodado por varias cárceles y que era el único hijo que tenía, pues los otros, con su esposo que era árabe, los había perdido en un trágico accidente de tránsito.

         Ese hijo preso tenía un bebé pequeño que era la adoración de aquella señora y toda la conversación comenzó porque la señora necesitaba llamar por teléfono, pero como se le habían quedado los lentes en la cama, no podía leer el teléfono para buscar el contacto, por eso me pidió el favor y yo le busqué en los contactos del teléfono a la persona que debía llamar, así fue como comenzó la larga conversación de dos horas, que fue interrumpida por una discusión que entablé con una mujer protestante, testigo de Jehová, y con la llegada de Emerson me dejó sus maletas a cargo, mientras él volvía al seminario a entregar unas llaves que se había traído por equivocación.

         La señora con la que conversé lloraba en algunos momentos, de verse tan golpeada de la vida, pero a la vez se daba fuerzas a sí misma, pues era una mujer muy católica, optimista y con aspecto de malandra. Me comentó que siendo pequeña quiso ser monja, que adoraba a las monjas y que tenía un tío abuelo que fue obispo. Esta señora llamó al hombre que esperaba y le dijo que estaba situada al final del terminal, debajo del televisor, el señor del otro lado del teléfono le dijo que iba buscarla, que tenía una camisa roja, yo estaba sentado viéndolos a los dos, uno al lado del otro hablando por teléfono; al finalizar la llamada, el hombre fue a buscarla y pasó por un lado mío, la señora se vino a seguir conversando conmigo y de una vez le dije, con muchas ganas de reírme, que el hombre a quien estaba llamando había estado hablando al lado de ella y fue a buscarla, ella de inmediato lo llamó y éste le entregó el paquete.

         Al final la señora se despidió de mí y se fue para Barinas, su aspecto era de alegría, porque iba a ver a su hijo que estaba preso. La pelea con la protestante empezó porque ella, al verme vestido con aspecto sacerdotal, no dudó en empezar a atacarme con citas bíblicas, yo me alteré mucho, pues ella trataba de decirme que no me dejara lavar la cabeza por lo que dijeran los sacerdotes, me decía que la Biblia había que interpretarla al pie de la letra.

         Al final de todo, la protestante iba también para Mucuchíes, y pretendía esperar conmigo en el banco para irnos juntos y seguir con sus locuras bíblicas, ella también esperaba, a un hijo y al llegar el muchacho se fue con él, yo seguí esperando a Emerson. Mientras esperaba vi que Albert Castillo salía para Tovar y de allí iría a Guaraque, lo saludé y me comentó lo de la fiesta de Santa Lucía. El chistoso del Emerson me envió un mensaje de texto que decía: “Voy bajando del Seminario, si en 10 minutos no he llegado vuelva a leer el mensaje”.

         Llegó Emerson, nos montamos al bus y partimos a Mucuchíes. Llegamos a la casa cural y allí almorzamos con el padre Olivo, antes de esto, la secretaria nos mostró el lugar, todas las maravillas arquitectónicas que había logrado el padre Carlos Zambrano. Allí conocí al Negro, el gigantesco perro del padre Olivo. Buscaron a Emerson y se fue para Gavidia, de él no tengo más noticias, yo esperé un largo rato en la casa cural y luego vinieron a buscarme para ir a la comunidad de El Royal.

         Me buscaron en un Corola rojo, me monté en la parte de adelante y fue muy cómico el viaje, pues las rodillas me pegaban con el tablero del carro, y la cabeza me pegaba con el techo y quedaba justo entre el techo del carro y el asiento, sucedía que el asiento estaba muy adelante y a los muchachos les dio pena echarlo para atrás estando yo sentado.

         La comunidad de El Royal queda como a 7 minutos en carro de Mucuchíes, se pasa por una aldea llamada La Toma. Me dejaron en la casa de la señora Amalia, una numerosa familia de padres colombianos. Al llegar a la casa me senté en uno de los muebles de la sala que estaba disponible, pues estaban pintando el cuarto que me dejarían para dormir. La pintada duró varias horas, momentos que yo aproveché para revisar el equipaje, fue en ese instante cuando noté que había dejado el Pan Diario de la Palabra, algo importantísimo para la Celebración de la Palabra. En seguida me angustié y me pregunté quien tendría un Pan Diario en aquel lugar. Le pregunté a la señora Amalia si por casualidad tenía un Pan Diario y me contestó: “sí mi hijito, aquí hacemos todos los días pansito”. Resulta que en aquella casa había una bodega y también funcionaba una pequeña panadería que atendían las hijas de doña Amalia. Yo aguanté las ganas de reírme frente a la señora Amalia, pero después me acordaba de que no tenía el Pan Diario y me angustiaba.

         Merendé café con leche y pan de la panadería, ya el cuarto estaba listo, metí las maletas y me acomodé, me puse los guantes y la bufanda, pues el frío era terrible. Me afectó el hecho de que no tenía cobertura el teléfono, además no tenía televisor para distraer un poco la mente, sentí ganas de llorar pero no lo hice, pedí fuerzas a Dios. Cené y aquella noche la pasé terrible, pues hacía mucho frío y seguía angustiado por la cuestión de Pan Diario.

         Al día siguiente, domingo 15 de diciembre pedí un teléfono prestado y llamé a la casa cural de Mucuchíes, gracias a Dios y a mí se me ocurrió el sábado pedir el número, hablé con la secretaria para decirle que por favor en la tarde, cuando llegaran a El Royal para la misa de san Benito, me trajese un Pan Diario de sobra, ella me dijo que sí y eso me calmó bastante y me hizo tranquilizar, pero el tema de la falta de comunicación por teléfono.

         El padre Olivo llegó con la procesión y la Banda de Guerra de San Benito a la entrada de El Royal a las 3:00pm, justamente a la hora pautada para la misa, en la Banda de Guerra de San Benito vi a Javier, un muchacho que había participado con nosotros en el precursillo y cursillo vocacional en el seminario, pero no había sido admitido, él cargaba un estandarte en el principio de la Banda, y en la misa yo le di la comunión.

         Al finalizar la misa el padre me bendijo un agua que yo tenía preparada para bendecir los pesebres. Antes de irse el padre le pregunté a la secretaria por el Pan Diario y me dijo que no habían más, sólo el que el padre se llevaba para las misas en otras comunidades. Para no desanimarme más, quedé con ella en que el día siguiente, el lunes 16, iría al pueblo a sacarle fotocopia.

         Ese día 15 de diciembre era la festividad de San Benito de Palermo, por lo que me tocó acompañar en la procesión por la comunidad, con la Banda de Guerra y la imagen del santo, también estaban los llamados trabusqueros, que son hombres que llevan una especie de escopeta, a la cual le echan pólvora y al ser disparada suena más o menos como un mortero.

         Antes de finalizar la procesión me pidieron que les impartiera la bendición, porque yo era “el padre”, les dije que no podía porque aún no era sacerdote, entonces me pidieron que hiciera una oración, yo con mucho gusto me acerqué hasta el carro del sonido y las cornetas y allí hice una pequeña oración, estaba muy agitado pues hacía frío y estaba “tapado del pecho”. Al bajar de ese lugar fueron todos a una casa donde iban a comer, yo decidí bajar a la casa de la señora Amalia, pues allí darían comida a todo el mundo. Esa noche cené bien y me fui a dormir, no sin antes preguntar si el lunes alguien iría a Mucuchíes, afortunadamente la señora Amalia debía ir a hacer un depósito en el banco y allí yo aprovecharía de ir.

         El lunes 16 de diciembre fui con la señora Amalia en el carro de uno de sus hijos, ellos me dejaron en la iglesia y se fueron para la cooperativa, yo busqué el Pan Diario, le saqué copia a lo que necesitaba para hacer la Celebración de la Palabra, la fotocopiadora donde fui está en el “Complejo Parroquial” mejor conocido como “el centro comercial” que hizo el padre Carlos. Todo me salió en 52 bolívares y gracias a Dios los tenía, me quedó en el bolsillo una moneda de un bolívar y un billete de dos. Al terminar de sacar las copias fui a la casa cural y entregué el Pan Diario, allí me dijeron que el padre estaría de nuevo en El Royal a las tres de la tarde, para hacer una misa de aguinaldo (la única), me buscó la señora Amalia y al llegar a la casa me puse la sotana y me fui a visitar las casas y bendecir los pesebres con un nieto de ella, un niño de 6 años que se llama Yoander, él me acompañó por la comunidad. En algunas casas no habían hecho el pesebre, otras estaban cerradas, ese día visité como 20 casas contando las que no tenían pesebre.

         Almorcé y a las 2:30pm estaba en la capilla de la comunidad, esperando al padre, quien llegó puntual, pero la comunidad llegó a las cuatro. Se hizo la misa pero no puedo dejarme el Santísimo, pues se le había olvidado el copón, así que el padre designó a un señor con carro que me llevara y me trajera. Ese día en la tarde era la llegada de las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús a Mucuchíes, pautada para las 5:30pm llegó a las 6:15pm, me tocó acompañar en la procesión junto con el señor del carro que me trajo al pueblo y me llevaría. Los planes eran llevar el Santísimo antes de las 6:30pm, pues a las 7:00pm en punto debía hacer la Novena, lamentablemente le quedé mal a la comunidad, pues la misa se alargó demasiado y vine llegando con el Santísimo a El Royal a las 9:00pm. Dos personas estaban esperándome, y al llegar guardamos el Santísimo y me comentaron que se había reunido bastante gente y se había ido al esperar tanto tiempo, pues las noches son muy frías.

         El día martes 17 de diciembre me fue mejor en todo, bueno, no tanto. Me levanté y a las 9:00am estaba listo para desayunar, como todos los días, luego me fui acompañado de Yoander a visitar el resto de las casas de la comunidad, que en su mayoría absoluta encontré con las puertas cerradas. Entré a una casa y no había pesebre. Después de almuerzo subí a una peña con Yoander y encontré cobertura, me llegó la paz al espíritu porque pude comunicarme con la familia y amigos.

         En la tarde la alegría fue aún más grande, pues me di cuenta de que la capilla había cobertura, mientras esperaba la hora de hacer la Celebración de la Palabra y la Novena, hablé por teléfono con varios.

         Sí fue gente a la Novena, pero me comentaron que no tanta como en la noche anterior, en la que yo no llegué y por lo tanto no se hizo. Ese día, martes 17, en la mañana aproveché de leer la Biblia, los 9 primeros capítulos de Josué y 8 capítulos del Evangelio de san Juan. En la noche, para la novena fue muy gracioso, porque las personas que cantaban los gozos lo hacían muy cómico, o al menos así me parecían a mí, tal vez porque nunca había escuchado tal manera de cantar, a mí me daba risa, pero tenía que disimular y aguantar, pues todos me miraban. Luego un hombre que no es “normal” empezó a cantar muy feo, porque hacía como un becerro recién nacido y gesticulaba muy exagerado y era cómico.

         Antes de ir a la Novena me puse la pijama, el pantalón negro y la camisa manga larga y arriba la sotana, no quería pasar frío, pero aun así lo pasé.

         El día miércoles, en la mañana no salí del cuarto y aproveché de leer todo el Evangelio de San Juan y parte de los Hechos de los Apóstoles, también fue cuando decidí copiar todo lo que me había sucedido en los primeros días de las misiones. Ese día en el almuerzo, una de las hijas de la señora Amalia mordió tres veces un pedazo de carne, que estaba en la sopa, pero como estaba muy duro, las tres veces que mordió la carne salpicó sopa por todos lados, y a mí me chispeó la cara las tres veces, yo lo que hacía era reírme y limpiarme las chispitas que se me quedaban en los lentes, ella nunca se dio cuenta.

         Después del almuerzo leí otro rato la Biblia y luego salí con Yoander, el niño que me acompañaba, que por cierto, me hizo muchísimas preguntas. Salimos a recorrer el sector que me faltaba por visitar para bendecir los pesebres, pero solo bendije el de una casa de una señora que me dio café, quien aprovechó para manifestarme que la mayoría de las casas de ahí no tenían pesebre, de todas maneras no perdí la caminada, pues en la parte alta de la comunidad había full cobertura para teléfonos de chip. Aproveché el momento y pude hablar por teléfono con mamá, envié algunos mensajes y volví a la casa donde me hospedaba, esperé el momento de ir a la capilla para la novena, fui y aproveché una hora para enviar mensajes, toqué varias veces la campana de la capilla, para avisar a la gente, pero me tocó esperar hasta las 7:15pm, pues no vino casi nadie, ese día no hice Celebración de la Palabra, solo la Novena, y fue más cómico aun, pues un señor, el que me había llevado a buscar el Santísimo en Mucuchíes, cantaba los gozos pegando tremendos alaridos y la cara la arrugaba como si estuviera chupando limón verde. Me aguanté la risa, estaba que me salía de la capilla.

         Esa noche, la señora que tiene la llave de la capilla me trajo una taza de chocolate caliente y dulce.

         El jueves 19 todo fue normal, en la mañana terminé de leer el Evangelio de san Juan y comencé con el Eclesiástico, que me gusta mucho y no es la primera vez que lo leo. En la tarde salí a caminar y en la noche la Novena sin la Celebración de la Palabra, pues esperamos hasta las 7:30pm. Se mantuvo un número de 10 a 15 personas, la mitad de la capilla, pues a ésta le caben 33 personas sin contar niños. Como de costumbre hablé un rato con un señor que siempre estaba borracho, que vive al lado de la capilla, Olinto se llama.

         El viernes 20 en la mañana terminé de leer el libro del Eclesiástico, salí a tomar sol, el frío todos estos días estuvo muy fuerte, en la tarde me fui para la capilla, toqué la campana y si hicimos la Celebración de la Palabra, antes de esto me habían traído dos tazas de chocolate caliente y baso de compota caliente, todo muy rico, aunque me caía mal. Al salir de la Novena le llevé la comunión a una señora que tiene parquinson y en el camino bendije un pesebre. En la casa donde llevé la comunión es donde se hace la novena a san Benito, y ese día comenzó, yo acompañé y escuché unas oraciones del rosario que jamás había oído. Al finalizar la novena de san Benito nos dieron mazamorra, luego llegué a la casa, allí cené, hice las completas como de costumbre y a dormir.

         El sábado 21 en la mañana hablé por teléfono con mamá, en la tarde hice la Celebración de la Palabra, después nos fuimos a rezar la novena de san Benito.

         El domingo 22 no hice la Celebración de la Palabra, en la novena una señora recogió una colaboración destinada para mí, eran 150 bolívares, y después salimos a la novena de san Benito, a la cual asistió un señor borracho, que por poco se cae de lo mal que estaba, pero lo peor de todo fue que contestó absolutamente todo el rosario al mejor estilo borracho, este fue otro día que me tocó aguantar la risa, pero hubo momentos en que me dominaba y tenía que taparme la boca con la mano. Ese domingo, mientras esperaba a la gente en la capilla, me trajeron café con leche y un buen pedazo de torta, la cual compartí con el señor que estaba conversando conmigo, que es el que acompaña con un cuatro desafinado los gozos del niño.

         El lunes 23 me levanté a las 4:30am y salí con la señora Amalia a la misa de aguinaldo que se hace en La Toma. Hacía un frío terrible, nos dieron la cola en una Toyota, la misa la presidió un padre de nombre Antonio, que tiene muchos años haciendo la novena en esa comunidad. Llegamos a las 6:30am a la casa, tomé café y luego me volví a acostar, y como a las 9:00am me levanté, a las 10:00am desayuné y aproveché para lavar la camisa blanca manga larga que utilizo por debajo de la sotana.

         Después la Novena de Aguinaldos con la Celebración de la Palabra. Novena de san Benito de Palermo y a dormir, obviamente antes recé las completas.

         El 24 de diciembre me levanté a las 4:30am para ir a la última misa de aguinaldos en La Toma, fue la segunda madrugada, luego llegamos a las 6:30am, tomé café sin azúcar y me dispuse a dormir hasta las 9:00am. Desayuné y me fui a bendecir algunos pesebres que faltaban, en total fueron 6 en la mañana, me regalaron dos hallacas y dos manojos de trigo.

         Estoy preparando la novena que será a las 6:30pm. Un señor me llevó en su Toyota a unas casas de la comunidad de La Toma, allí bendije tres pesebres, luego me llevó para su campo de trigo y me obsequió dos manojos, la hija de ese señor estudia con Emilia García de La Playa, la hija de Matilde Castillo.

         La Novena del 24 de diciembre fue a las 7:00pm, muy solemne todo, pues rezamos el Gloria y Credo. Las personas se despidieron muy afectivas y me dieron una colaboración de 500 bolívares, me fui para la casa de la señora Amalia, allí cenamos todos los de la casa, pero no fuimos a misa en Mucuchíes, porque de un momento a otro se desanimaron, yo me disgusté un poco, pues habiendo la posibilidad de ir en una fecha tan importante y esencial no quisieron ir. Al final lo que hicimos fue rezar el Rosario y colocar el Niño Jesús, se hizo la bendición del pesebre y luego todo el mundo se fue a dormir, eran apenas las 9:00pm, me quedé dormido rápido, pero a las 12:00 de la noche, con el ruido de fuegos artificiales me desperté. Antes de acostarme ya había arreglado la maleta.

         El día 25 de diciembre me levanté a las 7:00am, me bañé y estuve listo para irme a la casa, después del desayuno montamos las maletas en el carro, me traje el copón de madera con el Santísimo Sacramento y nos fuimos para Mucuchíes, el hijo de la señora Amalia, ella y yo. Al llegar a Mucuchíes no había ni un alma, la parada de los buses estaba vacía. Regresamos de nuevo a El Royal y ahí me dispuse a esperar hasta el día siguiente. Hablé con el señor Hilario, el vecino de la señora Amalia, y terminamos llorando, pues nos acordamos de los seres queridos ya fallecidos. Intenté enviar mensajes para la casa, pero me habían cobrado el plan ese día 25. En la noche llamé por teléfono a la casa y pude hablar con mi familia. Mamá saludó a la señora Amalia y después de cena me dieron dos tazas de un dulce que le llaman Biñuelo, muy sabroso por cierto. Me dormí muy tarde, como a las 10:30pm, pues ya en la tarde había descansado una hora, de 3:30pm a 4:30pm. Hágase tu voluntad, Señor…

P.A
García