domingo, 21 de julio de 2019

El Libro de Malaquías. Estudio general.


Malaquías


        Introducción
Para iniciar el estudio de este libro de la Biblia es preciso aclarar que no hay que confundir las profecías de Malaquías con las que se atribuyen al santo irlandés Malaquías O´Mongoir (1094-1148), pues este trata en una lista de ciento once divisas de papas antes del último, Pedro Romano, que presidirá una época de grandes tribulaciones, con la destrucción de Roma y el fin del mundo .

Para el común estudio bíblico, a Malaquías le tocó vivir una época de gran escepticismo, pues no se habían cumplido las esperanzas suscitadas por Ageo y Zacarías para la reconstrucción del templo. El desánimo se había apoderado del pueblo y renacían los antiguos pecados en el culto y en la vida. La reacción de Malaquías es vigorosa.

Malaquías hace una afirmación, los oyentes objetan o niegan la afirmación del profeta y éste vuelve a justificar la afirmación inicial y saca sus consecuencias. Nuestro profeta anónimo queriendo responder a los porqués de la gente desanimada, hace ver el contraste entre la vida del presente y la antigua Ley del Deuteronomio, la Ley de Dios.

A continuación, en el presente trabajo se tendrá un breve acercamiento al autor o autores de Malaquías, tiempo de composición, género literario, división del libro y algunas líneas teológicas, con el objetivo de conocer someramente éste pequeño libro de la Biblia, que se ubica específicamente del Antiguo Testamento, y que es considerado uno de los doce profetas menores.

        Autor o autores
Por tradición se atribuye a este libro el nombre de Malaquías, referido al término hebreo mal’aky que significa “mi mensajero”. Lo que da a entender que su autor es anónimo, su nombre conocido en un principio se encontraba en los versículos 3,1 que luego pasaría a ser 1,1, y la interpretación de los LXX llegó a tomar ese nombre por simple título del libro, pese a no ser nombrado en ninguna otra parte del Antiguo Testamento. Otros consideraron como Bulmerincq que el mensajero era Esdras pero el autor del libro un ayudante suyo. Pero lo cierto es que no se sabe quién realmente lo escribió. Esta autoría no fue aceptada del todo, y Targum llega a identificar a Esdras como autor, al igual que san Jerónimo por contener este libro datos sobre la actividad de Esdras, pero se duda sea cierto por la actitud que se refleja en su escrito ante los levitas.

        Tiempo de composición
La época de composición se puede deducir por lo escrito en sus páginas, siendo posiblemente en el siglo V a.C. en los años anteriores a la reforma de Nehemías y Esdras. Por tanto es posible situarse en los años siguientes al 515 tiempo donde se consagra el nuevo templo. Y la actuación del profeta anónimo pudo haberse dado entre los años 480-450, sin excluir la época del 433-430.

Otra visión acerca de la fecha de composición del libro de Malaquías es la que apunta a considerar como posible año de redacción el 460 a.C., pues el Templo está restaurado y todavía no se han producido las reformas religiosas de Nehemías-Esdras.

        Género literario
Lo característico de esta obra es el uso del diálogo, refiriendo controversia con su auditorio, manteniendo siempre en sus discusiones tres características: afirmación inicial del profeta o de Dios a través de él, objeción de los oyentes, y el profeta justifica la afirmación inicial y saca las consecuencias.

El determinante profético no puede escapar al hacer la consideración sobre el género literario de Malaquías, pues este libro termina anunciado la aparición del profeta Elías como precursor del día del Señor, el cual será grande y terrible; esta creencia subsiste en las oraciones y costumbres del judaísmo hasta hoy, y explica en su época que se les preguntase a Juan Bautista y al mismo Jesús si ellos eran el profeta Elías anunciado.

Este libro no presenta problemas literarios de especial interés. La inmensa mayoría de los autores coloca cronológicamente el libro en la primera mitad del siglo v, es decir, entre Ageo-Zacarías y Esdras-Nehemías, entre el 520 y el 400; este período está indicado, entre otras cosas, por el hecho de que el templo ya se ha erigido y se practica allí el culto a pleno ritmo, porque en la vida de la comunidad judía y en el ejercicio del culto se han señalado ciertas deficiencias que serán duramente combatidas por Esdras y Nehemías y porque en este período se encuadra bastante bien el contenido positivo del mensaje de Malaquías.

        División del libro
La mayoría de los autores llegan a dividir el libro en seis secciones:
a)      1,2-5 se afirma el amor de Dios desde la comparación de suerte de Jacob con la de Esaú.
b)      1,6-2,9 el reproche a los sacerdotes que ofrecían victimas de poco valor.
c)      2,10-16 donde se tratan dos problemas: el de los matrimonios mixtos y el del divorcio.
d)      2,17-3,5 se responde a quienes dudan de la retribución divina indicando que el día del juicio se acerca. Siendo presente el hecho que los pecadores triunfan y muchos invocan el día del Señor (3,13-21).
e)      3,6-12 se habla de las consecuencias de no pagar el diezmo y primicias por parte de los israelitas, defraudando a Dios y justificando con ello, las malas cosechas y plagas.
f)       3,13-21 se dirige a los arrogantes y escépticos que desconfían de la retribución divina.

Siendo terminado el libro con dos breves apéndices: el primero (3,22) sobre la observancia de la Ley, y el segundo (3,23-24) sobre la venida de Elías, inspirado en los versículos 3,1.

Ahora bien, poco después de Ageo y Zacarías, este profeta interviene para corregir varias costumbres malas de la comunidad. Por medio de Malaquías, Yahvé discute con esos razonadores que le piden cuentas y no reconocen su amor

Aborda unos seis temas y problemas morales de su tiempo:
- El amor de Dios (cap. 1, 2-5)
- La justicia divina (cap. 2, 17ss)
- La retribución divina (cap. 2, 17; 3, 13-21)
- Las ofrendas (cap 1, 7-14)
- Los matrimonios mixtos y divorcios (cap. 2, 10-16)
- Los diezmos (cap. 3, 6-12)


        Principales líneas teológicas
Este libro aborda problemas de su época como el amor de Dios, justicia divina, retribución, ofrendas, matrimonios mixtos, divorcio y diezmo. Además, es uno de los más citados en el Nuevo Testamento al hablar del mensajero en 3,1 y 3,23s. Apareciendo citado por Marcos (1,2), Lucas (1,17.76; 7,19.27), Juan (3,28). Siendo identificado el mensajero con Juan Bautista. También en Romanos 9,13 es citado el libro de Malaquías (1,2-3) para demostrar la libertad de Dios al amar a Jacob más que a Esaú.

- Recuerda el amor de Dios, puesto en duda en circunstancias de crisis, y también su justicia y la retribución (1).
- Desde el punto de vista práctico insiste en las ofrendas, matrimonios mixtos, divorcios (2).
- El día del Señor y los diezmos (3).

El mensaje del último de los profetas menores tiene un significado doble y denso que lo relaciona con los anteriores: humildad delante de Dios, observancia escrupulosa de las normas de culto, deber de mantener en toda su pureza la sangre de la raza hebrea, la inminencia del "día del Señor". Tiene, además, la acentuación mesiánico-escatológica que caracteriza a los demás profetas posteriores al destierro, y que en Malaquías se manifiesta con más claridad. Quizá por eso mismo, a pesar de su brevedad, en el NT se le llega a citar hasta doce veces; y el concilio de Trento vio en un texto suyo ("En todo lugar se ofrece a mi nombre un sacrificio desde oriente a occidente...": 1,11) la visión profética del sacrificio mesiánico y de la misma eucaristía.

        Conclusión
Malaquías aparece en la Biblia como el último de los profetas, pero lo que nosotros tomamos por nombre propio es sólo un simple título, que significa «Mensajero del Señor ». Aparece en 3,1 y de ahí pasó a 1,1 para encabezar algunas profecías anónimas. El autor es desconocido. Por algunos indicios del texto conjeturamos que es del s. V a.C., antes de la reforma de Esdras y Nehemías, entre el 480 y el 450 a.C. El templo está reconstruido y el culto funciona (1,10.12s), sacerdotes y levitas están organizados (2,3-9). Desanimado el pueblo al ver que las antiguas promesas siguen sin cumplirse, cae en la apatía religiosa y en la desconfianza. Duda del amor del Señor y de su interés por el pueblo, lo cual repercute en el culto y en la ética. Es la impresión que nos deja el breve libro; pero no sabemos si sus rasgos diseñan el cuadro completo.

En un estilo directo y amenazador se enfrenta con los sacerdotes y levitas que degradan el culto al Señor en el templo, con ofrendas miserables que delatan la falta de disposición interior y la falsa relación que mantenían con Dios. Al igual que Ageo y el Cronista, nuestro profeta ve en la purificación del culto del templo la fuerza espiritual que devolvería la identidad a un pueblo pobre y sometido, y adelantaría la futura restauración mesiánica. Es en ese futuro mesiánico donde Malaquías, o una adición posterior, contempla un sacrificio puro ofrecido a Dios más allá de Jerusalén y de de su templo: «en todo lugar me ofrecen sacrificios y ofrendas puras, porque mi fama es grande en las naciones» (1,11). Los antiguos cristianos y el Concilio de Trento lo entendieron como una profecía del sacrificio eucarístico de Cristo.

        Referencias Bibliográficas
Geddes y Grosset, Enciclopedia de la Biblia, Ediciones Robinbook, Madrid, España, 1999.
L. Alonso Schökel, La Biblia de Nuestro Pueblo, Ediciones Mensajero, Bilbao, España, 2008.
L. Alonso Schökel y J. L. Sicre Diaz. Profetas. Tomo II, Ezequiel, Doce Profetas menores Daniel, Baurc y Cartas de Jeremias,  Ediciones Cristiandad, Madrid-España, 1980.
Miguel Bonilla, Estudio de la Biblia, s/f www.icdcr.org
Nuevo Diccionario de Teología Bíblica, Ediciones Paulinas, Madrid, España, 1990.
Romeo Cavedo, Profetas, Historia y Teología del profetismo en el Antiguo Testamento, Madrid-España, 1996.

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