PROFÉTICOS
Del
acercamiento a los libros proféticos: ¿qué aspecto te parece más relevante?
En el estudio realizado, me pareció
importante el tema de los profetas durante la monarquía, ya que es en estos
aspectos donde se comprende la diferencia entre la famosa profecía por
conveniencia al rey y la profecía que viene realmente de parte de Yahvé. El
aspecto de denuncia en estos profetas es un ánimo para la vida de la fe de los
creyentes en la actualidad, pues sabiendo que en los poderosos está el destino
del pueblo, el profeta, desde su papel influyente, puede hacer que el rumbo de
los poderosos cambie hacia el bienestar y así salvar al pueblo de la calamidad.
Es importante, también, reconocer que
el profeta, principalmente, anuncia la Palabra de Dios, y en este sentido
denuncia todo lo que atente contra esta Palabra, siendo consciente que no le
prestaran atención, pues su discurso, aunque certero, casi siempre es
fastidioso y obstaculiza el capricho de los poderosos, y también del pueblo en
general, que no está exento de obrar según su propia ley y no la de Dios.
Al acercarnos al vocabulario y
etimología de la palabra profeta, vemos cómo desde el hebreo y el griego, éste
término significa “hablar en vez de”, “ser portavoz de”, y es precisamente esa
la misión del profeta, y en nuestro caso particular como seminaristas, la
misión de sacerdote, ser portavoz de la Palabra de Dios, que en ocasiones ha de
denunciar lo malo, pero sin olvidar la gran tarea de apacentar el rebaño del
Señor, de mostrar con palabras y obras la misericordia de Dios que es Amor.
Queda, en este sentido, el compromiso
de sentirnos profetas de Dios y no de los poderosos, ni de nuestro propio
capricho. Hacen falta para la vida de la fe más profetas, más hombres capaces
de discernir los signos de los tiempos para e bien del pueblo de Dios, que es
la Iglesia.
Del
trabajo de investigación realizado para esta materia: ¿qué es lo más importante
para la Pastoral?
Fue una experiencia agradable trabajar el pequeño libro de
Malaquías, ya que éste guarda estrechísima relación con la vivencia actual de
la fe y específicamente con la misión de los seminaristas y sacerdotes.
El mensaje de Malaquías es aún vigente,
como toda la Sagrada Escritura, pero de manera especial cuando Malaquías, que
significa “el mensajero”, hace la solemne invitación de volver a Dios, pues con
su manera de hablar, directa y amenazadora, hace frente a los sacerdotes de su
época para reprocharles su degradación del culto del Señor en el Templo.
Esto en sí es un gran llamado de
atención para todos los que estamos acostumbrados a tratar con lo sagrado. Para
una mejor pastoral, desde nuestra misión, hay que reconocer con Malaquías que
la purificación del culto de nuestros templos ha de ser la fuerza espiritual
que envuelva nuestra identidad como pueblo.
Es obligatorio resaltar el versículo 11
del capítulo 1 de Malaquías, cuando se hace mención de un sacrificio puro
ofrecido a Dios más allá de Jerusalén y de su Templo “en todo lugar me ofrecen
sacrificios y ofrendas puras, porque mi fama es grande en las naciones”. En
este sentido, los antiguos cristianos y el Concilio de Trento lo entendieron
como una profecía del sacrificio eucarístico de Cristo.
Todo esto hace una invitación a los
creyentes a mejorar y perfeccionar la manera de participar en el Culto
Eucarístico, que es la fuente y culmen de la vida cristiana. Malaquías nos deja
claro que Dios nos ama, más en las crisis y momentos difíciles; su justicia y
amor son eternos.
P.A
García
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