domingo, 21 de julio de 2019

Examen final de Escatología


         ¿Cómo explicarías el concepto “Escatología” a los niños de la segunda etapa de catequesis, que se preparan para recibir la Primera Comunión?

         Queridos niños, ustedes son amigos de Jesús el Hijo de Dios, y una amistad siempre tiene algo que prometer, un ejemplo de ello es cuando nosotros prometemos a los amigos del colegio o de la cuadra donde vivimos alguna cosa o actitud, como el ser más compresivos, generosos o simplemente un obsequio por el día del cumpleaños. Pues bien, nuestro amigo Jesús nos ha prometido muchas cosas buenas y una de ellas es el estar con él en el cielo, cuando nos llame de este mundo, cuando nuestra misión aquí en la tierra haya finalizado felizmente.

         Como sabemos, somos obra de Dios, esto significa que nuestros papás nos han traído al mundo porque Dios así lo ha querido, y esta realidad nos invita a pensar un poco, porque si Dios nos ha hecho venir al mundo ¿qué pasará cuando él nos llame a su presencia?, ¿cómo será esa otra vida? Comprendámoslo de la manera más sencilla. Ustedes están haciendo un camino en la catequesis que reciben, al parecer ese camino terminará el día en que reciban el Cuerpo de Cristo y su Sangre, pero no es así, ese día será no el fin, sino el comienzo de una gran aventura en nuestra vida de cristianos, de amigos de Jesús, pues así mismo podemos hablar de la promesa de Jesús de vivir en su presencia cuando él nos llame, ya que la muerte no sería, entonces, el fin de nuestro caminar, sino el comienzo de la verdadera vida, que es estar con Aquel que dijo que era el Camino, la Verdad y la Vida.

         Queridos niños, las promesas de nuestro amigo Jesús se cumplirán, y así como él murió y resucitó por el poder de su divinidad, así mismo nos sucederá a nosotros, cuando creemos en él y le recibimos en esta vida en su Cuerpo y Sangre, para luego recibirle en plenitud, es decir, con toda su grandeza que supera nuestra pequeñez.

         Haz una breve explicación del término “Parusía”, dirigido a unos campesinos.

         Queridos hermanos, como se ha visto en estos días, en las misas se ha hablado de la Ascensión del Señor, cuando él sube al cielo después de haber resucitado y habérseles aparecido a sus discípulos. En ese mismo contexto la lectura del Evangelio habla sobre una “segunda venida del Señor”, cuando él regrese a “juzgar a vivos y muertos”, como lo profesamos en el credo.

         Esta segunda venida del Señor, en términos de la ciencia teológica se denomina “Parusía” que se nos puede asemejar a la palabra “aparición”, que en todo sentido será la manifestación gloriosa de Jesús, el crucificado. Es así como la parusía del Señor cobra sentido en nuestra fe católica, pues es el cumplimiento de la Sagrada Escritura, cuando Cristo baje del cielo rodeado de sus ángeles en la gloria de Dios.

         Queridos hermanos, como hemos visto, hablar de la Ascensión del Señor es hablar de la Parusía, pues la primera es la determinante pata que la segunda sea consecuente, es decir, sin Ascensión no hay Parusía, es por eso que aquellas primeras comunidades cristianas vivían vigilantes en la oración y practicantes en la caridad, pues esperaban esa parusía como un hecho próximo a sus vidas; ya han pasado dos mil años y este acontecimiento no ha ocurrido, sin embargo, nuestra fe nos enseña que hemos de esperar al Señor siempre y en todo momento, aguardando no desde a quietud perezosa, sino desde la praxis cristiana, que no es otra cosa que vivir en este mundo haciendo el bien, esperando encontrarnos con nuestro Señor después de nuestra muerte, y desde el trabajo ordinario de nuestros campos hemos de esperar esa segunda venida del Señor, haciéndolo de la mejor manera, es decir, siendo fieles al mandato del amor que él mismo nos enseñó.

         Que podamos decir con conciencia: ¡Ven, Señor Jesús!

P.A
García

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