domingo, 21 de julio de 2019

Jeremías. Un estudio general


JEREMÍAS
·     Autor o autores

Sobre la autoría del libro en estudio, las fuentes coinciden que la misma corresponde en primera instancia al mismo Jeremías. Sin embargo, la mayoría converge en, que al parecer Baruc estuvo implicado en la redacción de dicha obra. Más adelante, se tratará de aclarar tan insignificante controversia.

Para reconocer, al menos, el título del libro, cabe decir que Jeremías (Yahweh levanta o establece), fue un profeta hebreo que vivió en la segunda mitad del siglo VII a. C, y primeros años del siguiente. Nació en Anatot, población ubicada a unos 4.5 km de Jerusalén, perteneciente a la tribu de Benjamín[1].

Según refiere la historia; Jeremías, a pesar de haber alegado ser muy joven, para obedecer al mandato divino, se vio obligado a convertirse en profeta, no solo por sus compatriotas, sino también para los paganos. En su ministerio, por razones políticas y religiosas, va a la cárcel varias veces, aunque por gracia de Dios, nunca pasó a mayores. Fue un profeta incomprendido y perseguido. Frente a los desaciertos de su misión, intenta desistir de ella, pero ésta es tan fuerte, como fuego ardiente; aunque intenta apagarlo, no puede. Se le conoce como el varón de dolores por excelencia[2].

Teniendo una breve idea de quien fue Jeremías, se puede decir que, él mismo […] dictó lo que hoy se conoce como los primeros 36 capítulos. Aunque la primera persona -yo- es referida a Yahvé. Siendo las reflexiones personales de Jeremías unas afirmaciones y oráculos divinos, en especial cuando el profeta vocea su angustia y su decepción (4, 19-21: 5,3-5; 18-23)[3]. Ahora bien, la segunda fuente o autor reconocida con la letra B, se atañe a Baruc el cual proporciona casi un cuarto del contenido del libro (26-29 y 34-35). Ocupándose del último o de los dos últimos años del ministerio de Jeremías, obviando el orden cronológico de su vida, aunque se incluya datos de fecha. Distinguiéndose del mismo, conserva el estilo y vocabulario como si fuese el secretario o ayudante de Jeremías[4].

En consecuencia, para comienzos del siglo XX, Duhm llevó a cabo un exhaustivo estudio que dio por resultado que Jeremías solo había escrito una pequeña parte de los textos poéticos. Aunque el exegeta Mowinckel (1884-1965), llegó a distinguir en 1914 cuatro tipos de textos en la composición del libro de Jeremías que denominó simplemente con la fuente A (contiene los oráculos en verso), B (son textos narrativos sobre el profeta), C (discursos en prosa de estilo deuteronomista, puestos en boca del profeta) y D (son los oráculos contra las naciones y los oráculos de salvación). Siendo particular la consideración de hoy en día sobre algunos versos de la fuente D en relación con la fuente A que parecen ser auténticos en su núcleo[5].

·     Tiempo de composición

Como antecedentes de lo que fue la obra escrita de Jeremías, es necesario señalar lo siguiente: Es una época de cambios importantes en la esfera internacional, dramática y trágica para los judíos. Para entonces, Asiria declina rápidamente, se desmorona y cede ante el ataque combinado de medos y persas. Mientras tanto, en Judá comienza el juego de sumisión y rebelión que acabará trágicamente. Desde entonces, Judá deja de existir como nación soberana. Ahora bien, conocido el contexto histórico en el que se desarrolla el ministerio del profeta Jeremías, se pudiera; quizás, precisar la fecha de composición[6].

Las dos colecciones más antiguas de la predicación de Jeremías fueron dictadas por el profeta mismo a su secretario Baruc, las cuales consistían en una serie de amenazas contra Judá y todas las naciones, junto con las confesiones del profeta como diario privado, y algunos sermones deuteronómicos y datos biográficos. Esta primera colección sería luego incrementada para incluir datos hasta el fin del año 11 de Sedecías, hasta la deportación de Jerusalén, el mes cinco o hasta julio del 587 o hasta 39,3 del libro. Los capítulos 40-45 fueron con el tiempo ampliados, siendo llamados con los años Palabras de Jeremías  Palabras del Señor a Jeremías.[7] Además, el mismo Baruc admite que él añadió muchas cosas al libro de Jeremías, posiblemente algunas de las confesiones que existen en el diario privado del profeta, algunos sermones deuteronómicos y algunas artes de biografía añadida[8].

·     Género literario

Hay que comenzar precisando, que el libro no posee un orden lógico, y además los datos son innumerables. No obstante, contiene muchos conceptos repetidos. Se redactó en hebreo sencillo, pero digno. Su género es poético. En las denominada confesiones de Jeremías, se palpa con mucha claridad un patos tan impresionante, lo cual denota el anhelo de una vida llena de paz, aunque con luchas psicológicas a la vez, en la realidad existencial del profeta[9]. 

En tal sentido, apoyados en Barnabas, se tiene que, el redactor de este libro llamado […] (que contiene la recopilación de Jeremías y sus narraciones), se basó en tres fuentes principales: poemas, discursos en prosa y confesiones del mismo Jeremías. Además de la prosa biográfica sobre Jeremías que fue probablemente escrita por Baruc, y los Sermones deuteronómicos[10]. Notándose que los poemas son una muestra de su desesperación por las discusiones que tenía con Yahvé, que anotaba en su diario. Y en cuanto a sus composiciones en prosa donde presenta en la fuente A una mensaje en forma de visiones (1,10-19; 13,1-14) o de acciones simbólicas (27, 1-22; 32,1-44)[11]. “El estilo de la poesía se distingue por la riqueza imaginativa y la intensidad emotiva. La prosa narrativa siguiendo la gran tradición israelita de brevedad, inmediatez e intensidad, es de lo mejor que leemos en al A. Testamento, haciendo de la obra una de las más asequibles para el lector de hoy”[12].

·     División del libro

Revisando las diversas fuentes, hallamos un cúmulo significante de formas y maneras en que se ha tratado de dividir el libro de Jeremías. Sin embargo, existe una coincidencia en decir, que la auténtica división, señala cinco partes, una introducción y dos apéndices. Por tanto, se ha querido reflejar en esta ocasión, dos posibles divisiones del texto sagrado.
A

El orden textual del libro es complejo, partiendo que el texto griego de los LXX es más breve (una octava parte menor que el texto masorético) por faltarle secciones enteras como el 33, 14-26; 39,4-13, o porque muchas de sus frases son muy breves. Llegándose a pensar que la tradición conservó durante mucho tiempo dos formas diferentes del libro de Jeremías, donde se supone que la obra se ha visto sometida a redacciones sucesivas y que han intervenido diferentes manos en su compilación[13]. Pudiendo dividir el libro desde la vida y actividad profética de Jeremías, y la visión sintética del libro.

o   Vida y actividad profética de Jeremías[14]:

-      627/626   Vocación (1,4-10)
-      627-609    Predicación a Israel (3,6-13)
-      609            Oráculo sobre Joacaz (22, 10-12)
-      609/608   Discurso del templo (7,1-15; c.26)
-      605            Oráculo contra Egipto (46, 2-12)
Discurso sobre la conversión (25, 1-11)
Redacción y lectura del volumen (c. 36)
Palabras a Baruc (c. 45)
-      598          Palabras sobre Jeconías (22,24-30)
Los dos cestos de hijos (c.24)
Carta a los desterrados (c.29)
Oráculo contra Elam (49,34-39)
-      594/593           Contra la rebelión (c. 27-28)
         Maldición de Babilonia (51,59-64)
-      587/586 Durante el asedio (21,1-10; 34; 37-39)
Preso en el atrio (32-33; 39,15-18)
-      586          Después de la caída de Jerusalén (c. 39-44)

o   La visión sintética del libro
o    
I.                  Vocación del profeta (1,4-19)
II.              Oráculos dirigidos al pueblo de Dios (2,1-25,14)
a.     Pleito de Dios y conversión (2,1-4,4)
b.    La guerra a sus causas (4,5-6,30)
c.     Corrupción religiosa y ética (7,1-10,25)
d.    Discurso sobre la alianza y denuncia (11,1-17)
e.     Jeremías perseguido por sus paisanos y Dios perseguido por su pueblo (11,18-12,17)
f.       El cinturón de lino y otros oráculos (13)
g.    La sequía (14,1-15,9)
h.    Crisis de Jeremías y mandatos de Dios (15,10-16,20)
i.       Falsas confianzas (17,1-13)
j.       Tercera confesión de Jeremías (17,14-18)
k.    Discurso sobre el sábado (17,19-27)
l.       Visita al alfarero (18,1-17)
m.  Cuarta confesión (18,18-23)
n.    La jarra de loza; discurso y consecuencias (19,1-20,6)
o.     Quinta confesión (20,7-18)
p.    Oráculos a Sedecías, al pueblo y a la casa real (21,1-23,8)
q.    Sobre los falsos profetas (23,9-40)
r.      Las dos cestas de higos (24)
s.      Nabucodonosor, verdugo de Dios (25,1-14)
III.          Oráculos contra las naciones extrajeras
a.     Introducción (25,15-38)
b.    Contra Egipto (46,1-28)
c.     Contra Filistea (47)
d.    Contra Moab (48)
e.     Contra Amón (48)
f.       Contra Edom (49,7-22)
g.    Contra Damasco (49,23-27)
h.    Contra Cadar y reinos de Jazor (49,28-33)
i.       Contra Elam (49,34-39)
j.       Contra Babilonia (50-51)
IV.           Sección narrativa (con oráculos de salvación)
a.     Discurso del templo (26)
b.    El yugo de Babilonia (27)
c.     Conflictos con los falsos profetas (28-29)
d.    La esperanza del futuro (30-33)
e.     Oráculo a Sedecías (34,1-7)
f.       Manumisión de esclavos (34,8-22)
g.    Visita a los recabitas (35)
h.    Redacción y lectura del volumen (36)
i.       Desde la rebelión hasta la caída de Jerusalén (37-39)
j.       Desde la caída de Jerusalén en adelante (40-44)
k.    Palabras de Baruc (45)
V.               Apéndice histórico (c. 52)


I.   Vaticinios contra Judá, 2-29.
        -Corrupción general: predicción del castigo, 2-6

       -Contra el fetichismo del templo y el formalismo religioso, 7-10. Dios no perdonará más al pueblo que infringe la Alianza, 11-17. Simbolismo del alfarero y la jarra rota. Dolores de Jeremías, 18-20.

       -Invectivas contra la corte, los dirigentes políticos y religiosos, especialmente contra los falsos profetas, 21-23. Simbolismo de los doce cestos de higos, 24.

      -Predicción de la Cautividad de  setenta años y oráculos contra las naciones, 25. Discurso en el templo. Peligro corrido por Jeremías, 26,1-19.24. Muerte a espada del profeta Urías, 26,20-23. Jeremías y los falsos profetas (Ananías), 27-28. Carta del profeta a los exiliados y protestas de los falsos profetas, 29.

II. La era mesiánica, 30-33.
      -E l retorno de Israel restaurado, 30,-31,30. La nueva alianza, 31,34-40. La compre simbólica del campo, 32. Israel en la paz mesiánica, 33.

III.         Vaticinios durante el asedio de Jerusalén, 34,1-40,6. Contra la injusticia del recobramiento de esclavos, 34. Ejemplo de la fidelidad de los rekabitas, 35. El rollo quemado por Joaquim, 36. Prisión de jeremías. Sus coloquios con el Rey, 37-38. Toma de Jerusalén. Liberación de Jeremías, 39,1-40,6.

IV. Vaticinios después de la toma de Jerusalén, 40,7-44,30. Godolías, nombrado gobernador por los babilonios, es asesinado, 40,7-41,18. Los supervivientes se refugian en Egipto con Jeremías, 42,1-43,7. Jeremías predice la suerte de los re3fugiados y de Egipto, 43,8-44,30.

V. Vaticinios sobre las naciones, 46-51. Muchos eruditos, especialmente católicos, han supuesto una doble circulación del libro con una importante variante referente a la colocación de los vaticinios sobre las naciones. Motivan la hipótesis las diferencias de orden que se observan en el texto masorético y la versión griega. El primero enuncia la actividad profética de Jeremías sobre las naciones en el capítulo 25, pero, en realidad, contiene los vaticinios correspondientes en los capítulos 46-51; la segunda, en cambio, reproduce dichos vaticinios en los capítulos 25-31.

·     Historicidad y canonicidad

Sobre el valor histórico del libro hay confirmaciones altamente significativas e inesperadas. El drama del fin del reino de Judá revive en los oráculos y en la historia de Jeremías mejor que en cualquier otro escrito.

El libro de Jeremías encuentra confirmación en los relatos bíblicos 2 Reyes y 2 Crónicas. Y en documentos extra bíblicos que han sido descubiertos con el tiempo, como los Papiros Elefant, las Cartas de Lakis, entre otros. Ahora bien, para su carácter de libro sagrado, se recuerda el testimonio de los Padres, el magisterio continuo de la Iglesia y el uso que se percibe de él en el Antiguo y Nuevo Testamento[16].

·     Principales líneas teológicas

Se le considera defensor acérrimo del más puro monoteísmo-yahvismo. Además, sintiéndose auténtico profeta de Dios, cumple su misión profética al denunciar la rebeldía natural, a los falsos profetas, el mal comportamiento de los reyes de Judá y las clases dirigentes, siendo su discurso o predica una carga de desolación y destierro que marca un camino hacia la restauración religioso-nacional. Llegando a tocar desde su visión el campo del universalismo, señalando la destrucción de Israel anti Yahvista, los grandes imperios y de los reinos vecinos.[17]

Del libro de Jeremías se pueden entresacar con cierta facilidad todos los atributos divinos […], y la enseñanza común a toda la Biblia hebrea. Por ejemplo,  son determinantes las aseveraciones del autor acerca de la justicia, la misericordia, benignidad, amor, oración, etc[18].

Jeremías es un profeta que vive en su propia carne el drama de una fidelidad absoluta a Dios y una absoluta solidaridad con el pueblo rebelde y desertor a quien, fiel a su vocación profética, tiene que anunciar la catástrofe a la que llevan sus pecados. Su fidelidad y continuo contacto con Dios, sellados por el sufrimiento, llevará a la conciencia del pueblo la necesidad de un nuevo tipo de relación con el Señor, más íntima y personal…Esta relación de obediencia es el culto que Dios desea y que deberá manifestarse en juzgar según derecho y en la defensa de la causa del huérfano y del pobre”[19].



Referencias

Barnabas Ahern, C.P., Conoce la Biblia: Antiguo Testamento. Libros de Jeremías y Baruc. Editorial SAL TERRAE, Santander – España, 1972.
Romeo Cavedo, Profetas Historia y teología del profetismo en el Antiguo Testamento, Editorial San Pablo, Madrid- España, 1996.
J. Vella, La Sagrada Escritura, texto y comentario sobre el Antiguo Testamento y Eclesiástico, Isaías, Jeremías, Ezequiel. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid-España, 1970.
L. Alonso Schokel y J. L. Sicre Diaz, Profetas, Isaías y Jeremías. Ediciones Cristiandad, Madrid-España, 1980.
ENCICLOPEDIA DE LA BIBLIA, vol iv, Ediciones Garriga, S.A, Barcelona, España, Editorial Éxito, 2edición, 1969.
L. Alonso Schokel, LA BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO, Bilbao, España, Ediciones Mensajero, 2010.



[1] Cf. ENCICLOPEDIA DE LA BIBLIA, vol. iv, Ediciones Garriga, S.A, Barcelona, España, 2edición, 1969, p. 321.
[2] Cf. Ibidem p. 322-323.
[3] Cf. Barnabas Ahern, C.P., Conoce la Biblia: Antiguo Testamento. Libros de Jeremías y Baruc. Editorial SAL TERRAE, Santander – España, 1972, p. 10.
[4] Ibidem
[5] Romeo Cavedo, Profetas Historia y teología del profetismo en el Antiguo Testamento, Editorial San Pablo, Madrid- España, 1996, p. 137.
[6] Cf. L. Alonso Schokel, op. cit. p.p. 824-825.
[7] Cf. Barnabas Ahern, p. 10-11
[8] Ibidem, Cf. Barnabas Ahern, p. 12-13
[9] Cf. ENCICLOPEDIA DE LA BIBLIA, op. cit. p. 330.
[10] Ibidem, Cf. Barnabas Ahern
[11] Ibidem, Cf. Barnabas Ahern
[12] L. Alonso Schokel, LA BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO, Bilbao, España, Ediciones Mensajero, 2010, p. 825.
[13] Ibidem, Cf. Romeo Cavedo, p. 136-137
[14] Cf. L. Alonso Schokel y J. L. Sicre Diaz, p. 402
[15] Cf. ENCICLOPEDIA DE LA BIBLIA, op. cit. p.p. 328-329.
[16] J. Vella, La Sagrada Escritura, texto y comentario sobre el Antiguo Testamento y Eclesiástico, Isaías, Jeremías, Ezequiel. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid-España, 1970, p. 418
[17] Ibidem, Cf. J. Vella, p. 419-420.
[18] Cf. ENCICLOPEDIA DE LA BIBLIA, op. cit. p.p.331-332.
[19] Cf. L. Alonso Schokel, op. cit. p. 829.

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