¿Desde la Escatología qué es la vida
eterna?
Valorando indiscutiblemente la
disquisición teológica del autor estudiado, me ha llamado la atención del
concepto “vida eterna”, la unión indisoluble que tendremos como cuerpo y alma,
es decir, como hombres, como personas. En este sentido, me agrada como presenta
esta doctrina el Catecismo de la Iglesia Católica, cuando expresa que al morir
cada hombre recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio
particular por Cristo, juez de vivos y muertos, además, creemos que las almas
de todos aquellos que mueren en la gracia de Cristo, constituyen el Pueblo de
Dios después de la muerte, la cual será destruida totalmente el día de la ´la
Resurrección´, en el que estas almas se unirán con sus cuerpos.
Y continúa el Catecismo explicando que
la multitud de aquellas almas que con Jesús y María se congregan en el paraíso,
forma la Iglesia celestial, donde ellas, gozando de la bienaventuranza eterna,
ven a Dios como Él es, y participar también, ciertamente en grado y modo
diverso, juntamente con los santos ángeles, en el gobierno divino de las cosas.
Ahora bien, el autor estudiado nos da razón de todo esto, pues la lógica del
amor es la única que puede dar razón del origen de la vida en su total
gratuidad, pues Dios crea para la vida porque crea por amor.
Es interesante la manera en la que se
presenta la vida eterna, y hay que hacer al respecto una interrogante: ¿en qué
consiste esta vida? “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único
Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo” (Jn 17,3). Finalmente, la salvación
obrada por Cristo es la vida eterna que la Iglesia ha esperado porque así lo ha
creído. Un aporte magistral sobre el tema lo podemos encontrar en el Concilio
Vaticano II, pues ha recuperado aspectos destacados por el Nuevo Testamento.
Entonces, una reflexión personal sería identificar la vida eterna con el ser
con Cristo, es decir, entrar en comunión con él.
P.A
García
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