CATEQUESIS CATÓLICA
Para hablar de la catequesis de la Iglesia Católica es
preciso informarnos sobre lo que el Magisterio ha expresado acerca de este
campo teológico, que es también una disciplina científica. Tomaremos a
consideración los numerales 13 al 18 de Catechesi
tradende de san Juan Pablo II y los numerales 33, 41 y 49 del Documento de
Santo Domingo, donde se concluye que para la Iglesia Católica, el “Catecismo
Romano” de Trento fue de gran ayuda para formar la conciencia del Clero en
cuanto a la acción catequística de la Iglesia, además se tiene por cierto que
la catequesis es un derecho y deber de la Iglesia, un deber sagrado, pues es
mandado por Dios y un derecho imprescindible por el sacramento del bautismo que
hemos recibido y la verdad religiosa que todos buscamos, por tanto, es necesario
que la catequesis se abra a los medios de comunicación social, y donde esté
prohibido se está afectando de tal forma la libertad humana en general y la
libertad religiosa en particular.
Es importante la prioridad de la catequesis en la Iglesia,
pues esto consolida su vida interna como comunidad de creyentes y su actividad
externa como misionera, para ello es preciso consagrar los mejores recursos en
hombres y energías a la catequesis, ya que toda la Iglesia es responsable de la
catequesis, sin embargo, a los Pastores les corresponde una especial promoción,
orientación y coordinación de la catequesis, que es una verdadera formación de
la conciencia del creyente.
La acción catequética necesitará siempre de renovación, para
así evitar la repetición rutinaria de contenidos o su improvisación
irreflexiva, de manera que la acción se constituya en la educación de la fe de
los niños, jóvenes y adultos.
En los últimos años la Iglesia ha comprendido que la tarea de la catequesis
será vista desde la alegría del primer anuncio del Evangelio o la predicación
misional por medio del kerigma para
suscitar la fe apologética o búsqueda de las razones de creer, experiencia de
vida cristiana, celebración de los sacramentos, integración de la comunidad
eclesial, testimonio apostólico y misional en todo esto la catequesis es un
momento en el proceso de evangelización.
Tomando en cuenta toda la reflexión de base, es oportuno
precisar que la nueva evangelización que pretende la Iglesia ha de ser la
pastoral de anunciar con gozo el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el
reino y misterio de Jesús, el Hijo de Dios, por ello se concreta que el kerigma es la proclamación vigorosa del
anuncio de Jesús, muerto y resucitado, raíz de toda evangelización, fundamento
de toda promoción humana y principio de toda auténtica cultura cristiana.
En este proceso la catequesis actualiza la revelación
amorosa de Dios manifestada en Cristo, llevando la fe inicial a su madurez, y
educando al verdadero discípulo de Jesucristo, siempre nutriéndose de la
Palabra de Dios.
Teniendo claro lo que es catequesis, kerigma, nueva
evangelización, se reconoce su importancia, pues como es bien sabido, la
catequesis no llega a todos y muchas veces llega en forma muy superficial,
incompleta en sus contenidos o puramente intelectual, por ello es necesario que
la nueva evangelización acentúe una catequesis kerigmática y misionera, por
ello la Iglesia ha de sumar esfuerzos por tener a sus catequistas bien dotados
de un sólido conocimiento de la Biblia que los capacite para leerla a la luz de
la Tradición y del Magisterio de la Iglesia y para iluminar desde la Palabra de
Dios su propia realidad personal, comunitaria y social; con unos buenos
catequistas la Iglesia lleva adelante la inculturación del Evangelio.
En conclusión, la catequesis debe pensarse como un
itinerario continuado, que se ocupe de la formación cristiana de la niñez hasta
la edad adulta, por ello se tiene como base de esta formación el “Catecismo de
la Iglesia Católica” texto aprobado por san Juan Pablo II y del cual se han de
fundamentar los itinerarios de la catequesis en todas sus expresiones.
P.A
García
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