TIPOS DE PREDICACIÓN
Existen dos formas principales de la predicación, estas son:
1. La homilía. 2. La predicación temática. La diferencia entre ambas no está en
que la homilía sea bíblica y la predicación temática no lo sea. Las dos están
necesariamente vinculadas a la Biblia. La diferencia se funda más bien en el
modo de esa vinculación. En la predicación temática predomina una finalidad doctrinal,
en la homilía predomina la explicación del texto.
Para designar la acción de la predicación, los cristianos de
los primeros siglos tuvieron que recurrir al vocabulario de que disponían Omilia es una voz que tuvo prioridad,
ya que fue muy usada. El nombre proviene del griego y significa «conversación
con otros». Esto ya caracteriza a la homilía como un modo de hablar familiar.
Al respecto hay dos tipos de homilías: La homilía
sencilla, es la explicación de una perícopa, frase por frase, aplicándola a
los oyentes. Se llama también homilía
exegética. La homilía temática
intenta, como la sencilla, explicar una perícopa, pero hace la explicación
desarrollando el tema fundamental. Así, por ejemplo, en la parábola de las
vírgenes prudentes y necias aborda el tema de la vigilancia cristiana. El tema
de la homilía tiene que coincidir con el tema de la perícopa.
En el ejercicio de la predicación, los fieles pueden toparse
también con la homilía litúrgica, la
cual tiene como tema de la predicación una acción litúrgica, como la
celebración de un sacramento con todas sus acciones y oraciones. La homilía litúrgica es una forma de la
predicación que intenta explicar el misterio de la liturgia y a partir de ahí
conduce a Dios.
Por su parte, la predicación
temática es la predicación sobre un tema de las verdades y realidades
reveladas por Dios. La predicación
temática está vinculada a la Sagrada Escritura de un modo más libre que la
homilía. En la elección del tema no se vincula al tema de la perícopa, sino que
el predicador mismo elige el tema a partir de la doctrina de la Iglesia en
libre conexión con un texto bíblico o bien elige directamente el tema de la
Sagrada Escritura.
La predicación
misionera es la que proclama la palabra de Dios con la finalidad de la
conversión de los oyentes. Con la predicación
didascálica los fieles deben conocer las verdades cristianas. En esta
categoría se incluyen las predicaciones dogmáticas, las predicciones sobre
temas del catecismo, cuestiones sociales y apologéticas. Esta predicación
didascálica se recomienda sobre todo en nuestro tiempo de ignorancia religiosa
y es preferible hacerla en forma de ciclos. En la predicación moral hay que presentar la moralidad cristiana y
deducida del misterio de Cristo y no proponerla en forma de mandatos y
prohibiciones, sino comprendiendo que la ley de Cristo es la respuesta amorosa
al hecho del amor de Dios.
En la predicación
circunstancial se trata de una interpretación, desde la fe, de
acontecimientos especiales de la vida. Aunque, si se quiere, pueden incluirse
aquí todas las predicaciones, fuera del marco de una celebración litúrgica, en
sentido estricto nos referimos a tres casos: bautismo, boda y funeral. Todos ellos están caracterizados por la
situación en que se habla y por el círculo de oyentes al que no podemos
equiparar sin más con la comunidad cristiana que escucha una homilía.
P.A
García
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