EL PADRE ALEXANDER RIVERA, FORMADOR
DE FORMADORES
Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma. Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida |
El actual Rector del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida nació tal día como hoy, el 06 de marzo de 1974, en ese mismo año fue bautizado en la Iglesia de su pueblo natal, el día 21 de julio, por el Padre Deogracias Corredor. Sus padres son Don Fausto Rivera y Doña Oliva Vielma.
Fue ordenado Diácono por el Excelentísimo Monseñor Baltazar
Porras, Arzobispo Metropolitano, en la Catedral de Mérida, el 7 de mayo de
1998, junto a sus compañeros Marcos Fernández y José Gregorio Méndez. Es
sacerdote desde el 19 septiembre de 1998 en esta Arquidiócesis de Mérida, Mons.
Baltazar Porras lo ordenó en La Azulita, y su Padrino de Ordenación fue el
Padre Corredor.
Realizó
estudios de Filosofía y Teología en el Seminario San Buenaventura de Mérida
desde 1991 hasta 1998. Es Licenciado en Derecho Canónico por la Pontificia
Universidad Lateranense de Roma (2002-2004) Suma
cum laude, y también es Licenciado en Ciencias Gerenciales por la Caribean
International University de Curazao (2010).
Ha
desempeñado diferentes cargos en la Arquidiócesis de Mérida: Vicario parroquial
en San Buenaventura de Ejido (1998-1999), Párroco de Santa Lucía de Mucuchíes
(1999-2000), Párroco de Santa Bárbara de Guaraque (2000-2002), Formador en el
Seminario San Buenaventura de Mérida (2004-2005), entre 2011 y 2015 fue Párroco
Nuestra Señora del Carmen de Santa Cruz de Mora y luego de Santa Lucía de
Timotes. Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida (2005-2011) en su
primer período, Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida (2015-2018) en
su segundo período, Juez del Tribunal Eclesiástico, Juez delegado para la causa
de Beatificación de la Madre Georgina Febres Cordero, Miembro del Consejo
Presbiteral.
El Padre Alexander se ha desempeñado
como profesor de Derecho Canónico y Antropología Teológica en el Seminario de
Mérida, profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Católica Cecilio
Acosta, y profesor de Antropología Filosófica en el Centro de Estudios
Arquidiocesanos Juan Pablo II.
A su preparación académica también se
le suma: Diplomado en Praxis Administrativa canónica por la Congregación para
el Clero, Ciudad del Vaticano (2003), Diplomado sobre estudios teológicos,
jurídicos y hagiográficos para las causas de beatificación y canonización, por
la Congregación para las Causas de los Santos, Ciudad del Vaticano (2004),
Curso sobre Foro Interno, por el Tribunal de la Penitenciaría Apostólica,
Ciudad de Vaticano (2004), Curso sobre Formación Sacerdotal, en la Ciudad de
San José de Costa Rica, (2004), Simposio XX Aniversario del Código de Derecho
Canónico, Pontificio Consejo de la Interpretación de los Textos Legislativos
(2003).
Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma en la Capilla del Seminario San Buenaventura de Mérida |
A continuación les presento el texto íntegro de la
entrevista realizada al Padre Alexander Rivera desde su Despacho en la Rectoría
del Seminario.
¿De dónde viene el Padre Alexander Rivera Vielma?
Soy de La Azulita, está ubicada a
dos horas y media de Mérida, es un pueblo como todos los nuestros, de los
andes, donde la mayoría de las personas son católicas y con ese elemento
fundamental que se nos enseña en la familia, esos valores de la fe, la
experiencia religiosa, esos valores que nos hacen crecer en el ambiente que nos
ayuda de cualquier manera a irnos construyendo, formando esa estructura como
necesaria para la experiencia de la vida.
¿Cómo fue su
llamado al Sacerdocio?
Creo
que influyó la catequesis, la experiencia de la familia, de la abuela
particularmente, creo que influyó bastante porque fue quien algunas veces me
llevó a la Iglesia, no todo el tiempo, por supuesto, pero creo que eso marcó
bastante mi experiencia. La cercanía con el Párroco, el Pbro. Deogracias
Corredor Rojas, ya que no solo fue la Iglesia, sino que también dentro de ella
lo fue alguna persona en particular. Esto marcó en mi vida un momento
importante.
¿Cómo
fue su formación en el Seminario de Mérida?
El cambio es
totalmente notable desde ese momento hasta ahora. Fue una experiencia de
Seminario muy bien recordada. Realmente no sabía nada de cómo era el Seminario,
y luego con la compañía de los formadores puedo decir que fue un momento muy
provechoso todos los años de formación. Hubo momentos, dentro de lo normal en
la vida del Seminario, en que puede uno aburrirse, que puede tener uno un
momento de dificultad, pero ninguna crisis fuerte en la que haya pensado dejar
el Seminario. Todo fue una experiencia realmente hermosa.
¿Qué recuerda de
su Ordenación Sacerdotal?
Recuerdo
con agrado la experiencia con aquellas personas; el llegar uno al pueblo y
estar próximo al momento de la Ordenación Sacerdotal, eso prende en uno
sentimientos muy hermosos, el poder compartir con gente que pone la esperanza
en la Iglesia y en el Sacerdote que va a acompañar, a pastorear a la comunidad.
¿Cómo fue su
experiencia de estudios en Roma?
Lo bueno de todo
fue la exigencia. Personalmente pienso que a veces uno pierde el tiempo en el
seminario, y afuera uno valora todo eso, y es allí donde uno tiene que aprender
a usar los dones y carismas que Dios nos ha dado. Me dediqué fue a estudiar,
realmente paseé poco, pero pude obtener
mis buenas calificaciones porque me dediqué fue sencillamente a estudiar.
También conseguí compañeros que me ayudaron y, siempre lo he dicho, el estudio
en equipo da buenos frutos.
¿Cómo resume su
ministerio sacerdotal?
Estoy muy
contento de mi ministerio. La mejor escuela ha sido el Seminario, donde he
estado más tiempo desempeñando mi ministerio, en parroquias también, pero, realmente en el
Seminario ha sido bien importante. Sigo confiando en Dios y dejando esto en sus
manos, y luego saber que, lo mucho o lo poco que uno hace, de cualquier forma se
está contribuyendo mucho a la Iglesia. Sobretodo ver que, los jóvenes que
salen, se están desempeñando de la mejor manera en sus comunidades, en sus
parroquias, en lo que les corresponde, y uno, de forma directa o indirecta, ha
contribuido un poco a eso, y eso es lo que alegra, el poder servir a través de
lo que se le ha encomendado a uno aquí en el Seminario.
El Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma en compañía de Mons. Baltazar Porras, Mons. Juan de Dios Peña, el Pbro. Luis Omar Jaimes y el Pbro. Jaime Duque. |
¿Cuál es su
mensaje a los seminaristas?
Hay que seguir
siempre adelante, no hay que perder las esperanzas. La perseverancia es lo más
importante. Yo siempre digo que llegar al Seminario es fácil, irse es fácil, lo
más difícil es la perseverancia. Eso se va haciendo todos los días con la ayuda
de Dios, por supuesto, es el único que puede darnos esa fuerza.
¿Qué mensaje da
al Pueblo de Dios de cara a la realidad del país?
No perder la
esperanza, esa es la gran tentación. Lo hemos venido meditando a lo largo de
este tiempo de la Cuaresma, no perder la esperanza. Ayer, mientras compartía el
almuerzo con los sacerdotes, sonó el teléfono, nos resistimos a contestar la
llamada, era para mí y el recepcionista dijo que unas personas me esperaban en
la puerta. Almorcé con calma, tranquilo, luego cuando salí a la puerta del
Seminario estaban dos personas, por su aspecto eran humildes, sencillos, gente
pobre fue lo que se me vino a mí a la mente y seguramente vienen para pedir
alguna cosa, es lo que siempre sucede. Aquel hombre me expresó que tenían una
niña con más de dos semanas en el Hospital, que no venía a pedir dinero, sino
que a ver si nos había quedado un poco de comida, de su mochila sacó dos
recipientes de plástico, cuando los recibí vi que se llenaron de alegría, y dijo
él una expresión, y creo que con eso pagó el almuerzo: “sabía que Dios no nos
abandona”, luego le llevaron las dos tazas con la sopa caliente. Creo que la
vida del Seminario, y en general la vida del venezolano es eso, sabemos que
Dios no nos desampara, que está con nosotros. En medio de esto siempre habrá
mucho que aprender, y quienes tenemos más posibilidades debemos agradecerle al
Señor, hay que seguir adelante, sobre todo ahora que estamos próximos a las
Misiones de Semana Santa.
¿Qué nos puede
decir acerca del Cardenal Porras?
Ha sido para
nosotros un ejemplo. Muy exigente, pero eso es importante. Esas exigencias
muchas veces uno, humanamente no las tolera, pero con el tiempo se va madurando
en estas cosas y eso ayuda bastante. En el Cardenal Porras el gran ejemplo ha
sido el de hombre estudioso, Pastor también, pero yo creo que prevalece lo de
“hombre estudioso”. Monseñor Porras con su gran trayectoria nos sigue animando
y entusiasmando y sobre todo la visión que tienen fuera de Mérida sobre él, eso
también nos anima bastante.
Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma con Mons. Baltazar Porras el día de su nombramiento como Cardenal |
Me
alegra compartir con ustedes y saber que en esos otros hermanos nuestros que
trabajan y comparten el ministerio sacerdotal aquí en la Arquidiócesis de
Mérida hay muchos que también pueden ser ejemplo y motivación para cada uno de
nosotros.
P.A
García
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