lunes, 5 de marzo de 2018

Conozca al Rector del Seminario de Mérida. Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma.

EL PADRE ALEXANDER RIVERA, FORMADOR DE FORMADORES
Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma. Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida

        
El actual Rector del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida nació tal día como hoy, el 06 de marzo de 1974, en ese mismo año fue bautizado en la Iglesia de su pueblo natal, el día 21 de julio, por el Padre Deogracias Corredor. Sus padres son Don Fausto Rivera y Doña Oliva Vielma.

Fue ordenado Diácono por el Excelentísimo Monseñor Baltazar Porras, Arzobispo Metropolitano, en la Catedral de Mérida, el 7 de mayo de 1998, junto a sus compañeros Marcos Fernández y José Gregorio Méndez. Es sacerdote desde el 19 septiembre de 1998 en esta Arquidiócesis de Mérida, Mons. Baltazar Porras lo ordenó en La Azulita, y su Padrino de Ordenación fue el Padre Corredor.

 Realizó estudios de Filosofía y Teología en el Seminario San Buenaventura de Mérida desde 1991 hasta 1998. Es Licenciado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma (2002-2004) Suma cum laude, y también es Licenciado en Ciencias Gerenciales por la Caribean International University de Curazao (2010).

          Ha desempeñado diferentes cargos en la Arquidiócesis de Mérida: Vicario parroquial en San Buenaventura de Ejido (1998-1999), Párroco de Santa Lucía de Mucuchíes (1999-2000), Párroco de Santa Bárbara de Guaraque (2000-2002), Formador en el Seminario San Buenaventura de Mérida (2004-2005), entre 2011 y 2015 fue Párroco Nuestra Señora del Carmen de Santa Cruz de Mora y luego de Santa Lucía de Timotes. Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida (2005-2011) en su primer período, Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida (2015-2018) en su segundo período, Juez del Tribunal Eclesiástico, Juez delegado para la causa de Beatificación de la Madre Georgina Febres Cordero, Miembro del Consejo Presbiteral.

         El Padre Alexander se ha desempeñado como profesor de Derecho Canónico y Antropología Teológica en el Seminario de Mérida, profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Católica Cecilio Acosta, y profesor de Antropología Filosófica en el Centro de Estudios Arquidiocesanos Juan Pablo II.

         A su preparación académica también se le suma: Diplomado en Praxis Administrativa canónica por la Congregación para el Clero, Ciudad del Vaticano (2003), Diplomado sobre estudios teológicos, jurídicos y hagiográficos para las causas de beatificación y canonización, por la Congregación para las Causas de los Santos, Ciudad del Vaticano (2004), Curso sobre Foro Interno, por el Tribunal de la Penitenciaría Apostólica, Ciudad de Vaticano (2004), Curso sobre Formación Sacerdotal, en la Ciudad de San José de Costa Rica, (2004), Simposio XX Aniversario del Código de Derecho Canónico, Pontificio Consejo de la Interpretación de los Textos Legislativos (2003).

Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma en la Capilla del Seminario San Buenaventura de Mérida

A continuación les presento el texto íntegro de la entrevista realizada al Padre Alexander Rivera desde su Despacho en la Rectoría del Seminario.

¿De dónde viene el Padre Alexander Rivera Vielma?

         Soy de La Azulita, está ubicada a dos horas y media de Mérida, es un pueblo como todos los nuestros, de los andes, donde la mayoría de las personas son católicas y con ese elemento fundamental que se nos enseña en la familia, esos valores de la fe, la experiencia religiosa, esos valores que nos hacen crecer en el ambiente que nos ayuda de cualquier manera a irnos construyendo, formando esa estructura como necesaria para la experiencia de la vida.

         ¿Cómo fue su llamado al Sacerdocio?

         Creo que influyó la catequesis, la experiencia de la familia, de la abuela particularmente, creo que influyó bastante porque fue quien algunas veces me llevó a la Iglesia, no todo el tiempo, por supuesto, pero creo que eso marcó bastante mi experiencia. La cercanía con el Párroco, el Pbro. Deogracias Corredor Rojas, ya que no solo fue la Iglesia, sino que también dentro de ella lo fue alguna persona en particular. Esto marcó en mi vida un momento importante.

         ¿Cómo fue su formación en el Seminario de Mérida?

         El cambio es totalmente notable desde ese momento hasta ahora. Fue una experiencia de Seminario muy bien recordada. Realmente no sabía nada de cómo era el Seminario, y luego con la compañía de los formadores puedo decir que fue un momento muy provechoso todos los años de formación. Hubo momentos, dentro de lo normal en la vida del Seminario, en que puede uno aburrirse, que puede tener uno un momento de dificultad, pero ninguna crisis fuerte en la que haya pensado dejar el Seminario. Todo fue una experiencia realmente hermosa.

         ¿Qué recuerda de su Ordenación Sacerdotal?

         Recuerdo con agrado la experiencia con aquellas personas; el llegar uno al pueblo y estar próximo al momento de la Ordenación Sacerdotal, eso prende en uno sentimientos muy hermosos, el poder compartir con gente que pone la esperanza en la Iglesia y en el Sacerdote que va a acompañar, a pastorear a la comunidad.

         ¿Cómo fue su experiencia de estudios en Roma?

         Lo bueno de todo fue la exigencia. Personalmente pienso que a veces uno pierde el tiempo en el seminario, y afuera uno valora todo eso, y es allí donde uno tiene que aprender a usar los dones y carismas que Dios nos ha dado. Me dediqué fue a estudiar, realmente  paseé poco, pero pude obtener mis buenas calificaciones porque me dediqué fue sencillamente a estudiar. También conseguí compañeros que me ayudaron y, siempre lo he dicho, el estudio en equipo da buenos frutos.

         ¿Cómo resume su ministerio sacerdotal?

         Estoy muy contento de mi ministerio. La mejor escuela ha sido el Seminario, donde he estado más tiempo desempeñando mi ministerio,  en parroquias también, pero, realmente en el Seminario ha sido bien importante. Sigo confiando en Dios y dejando esto en sus manos, y luego saber que, lo mucho o lo poco que uno hace, de cualquier forma se está contribuyendo mucho a la Iglesia. Sobretodo ver que, los jóvenes que salen, se están desempeñando de la mejor manera en sus comunidades, en sus parroquias, en lo que les corresponde, y uno, de forma directa o indirecta, ha contribuido un poco a eso, y eso es lo que alegra, el poder servir a través de lo que se le ha encomendado a uno aquí en el Seminario.

El Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma en compañía de Mons. Baltazar Porras, Mons. Juan de Dios Peña, el Pbro. Luis Omar Jaimes y el Pbro. Jaime Duque.

         ¿Cuál es su mensaje a los seminaristas?

         Hay que seguir siempre adelante, no hay que perder las esperanzas. La perseverancia es lo más importante. Yo siempre digo que llegar al Seminario es fácil, irse es fácil, lo más difícil es la perseverancia. Eso se va haciendo todos los días con la ayuda de Dios, por supuesto, es el único que puede darnos esa fuerza.

         ¿Qué mensaje da al Pueblo de Dios de cara a la realidad del país?

         No perder la esperanza, esa es la gran tentación. Lo hemos venido meditando a lo largo de este tiempo de la Cuaresma, no perder la esperanza. Ayer, mientras compartía el almuerzo con los sacerdotes, sonó el teléfono, nos resistimos a contestar la llamada, era para mí y el recepcionista dijo que unas personas me esperaban en la puerta. Almorcé con calma, tranquilo, luego cuando salí a la puerta del Seminario estaban dos personas, por su aspecto eran humildes, sencillos, gente pobre fue lo que se me vino a mí a la mente y seguramente vienen para pedir alguna cosa, es lo que siempre sucede. Aquel hombre me expresó que tenían una niña con más de dos semanas en el Hospital, que no venía a pedir dinero, sino que a ver si nos había quedado un poco de comida, de su mochila sacó dos recipientes de plástico, cuando los recibí vi que se llenaron de alegría, y dijo él una expresión, y creo que con eso pagó el almuerzo: “sabía que Dios no nos abandona”, luego le llevaron las dos tazas con la sopa caliente. Creo que la vida del Seminario, y en general la vida del venezolano es eso, sabemos que Dios no nos desampara, que está con nosotros. En medio de esto siempre habrá mucho que aprender, y quienes tenemos más posibilidades debemos agradecerle al Señor, hay que seguir adelante, sobre todo ahora que estamos próximos a las Misiones de Semana Santa.

         ¿Qué nos puede decir acerca del Cardenal Porras?

         Ha sido para nosotros un ejemplo. Muy exigente, pero eso es importante. Esas exigencias muchas veces uno, humanamente no las tolera, pero con el tiempo se va madurando en estas cosas y eso ayuda bastante. En el Cardenal Porras el gran ejemplo ha sido el de hombre estudioso, Pastor también, pero yo creo que prevalece lo de “hombre estudioso”. Monseñor Porras con su gran trayectoria nos sigue animando y entusiasmando y sobre todo la visión que tienen fuera de Mérida sobre él, eso también nos anima bastante.

Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma con Mons. Baltazar Porras el día de su nombramiento como Cardenal

         Me alegra compartir con ustedes y saber que en esos otros hermanos nuestros que trabajan y comparten el ministerio sacerdotal aquí en la Arquidiócesis de Mérida hay muchos que también pueden ser ejemplo y motivación para cada uno de nosotros.

P.A
García

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