R. Aguirre y A. Rodríguez: Evangelios Sinópticos y
Hechos de los Apóstoles. Capítulo 1
Origen y naturaleza de los Evangelios Sinópticos
III
NATURALEZA DE LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS: Los evangelios
son textos narrativos que presentan el curso de la vida de Jesús y su
enseñanza. Lo primero en precisar es la naturaleza literaria de los
evangelios, conociendo antes que a lo
largo de toda la Biblia se pueden conseguir textos de género argumentativo,
apelativo, exhortativos, poéticos, sin embargo, imperará mayoritariamente el
género narrativo, ya que la teología judía y cristiana tienen una dimensión
última e irreductible de carácter narrativo.
Narratividad e historicidad son términos que se relacionan,
pues, se entiende por historicidad la narración de acontecimientos temporal y
localmente situados. De todos los evangelios, el más narrativo es el de Marcos,
ya que las palabras de Jesús son escasas, lo que significa que el autor se
dedicó de lleno a la narración de hechos, más que de manera fabulosa, donde
intervienen los personajes.
En los evangelios sinópticos es posible admirar la trama
narrativa, pues como es evidente, en ellos hay personajes, tienen unos inicios,
un desarrollo, y un desenlace. Lo narrativo da la posibilidad de provocar de
nuevo el interés en el lector, aun cuando ya sabe el desenlace. La Palabra de
Dios siempre tiene algo nuevo que decir. En la narración de los evangelios,
lleva la primacía la perícopa de la Pasión, pues, como lo expresa Kahler: “los
evangelios son el relato de la pasión con una larga introducción”.
En la narración de los evangelios sinópticos, Marcos parece
ser el más antiguo, Lucas y Mateo pudieron haber tenido contacto con este texto
a la hora de escribir sus evangelios respectivamente, sin embargo, Lucas y
Mateo utilizan una colección de dichos de Jesús que no aparecen en Marcos, pero
que supieron introducir en el estilo narrativo, cosa que no hizo el Evangelio de Tomás, pues éste trato
únicamente de recopilar una serie de dichos sueltos.
Los evangelios no son narraciones de pura ficción ni tampoco
crónicas históricas del pasado, son precisamente narraciones teológicas porque
descubren la actuación de Dios en la vida de Jesús. Los evangelistas se
encuentran en la tradición historiográfica judía, que descubre la actuación de
Dios en la historia. Los evangelios son narraciones de Jesús con una trama que
desemboca en la cruz, pero, al mismo tiempo, son confesiones sobre la presencia
actual del Señor resucitado, que está presenta en la comunidad y le dirige su
palabra.
Bultmman expresa que los evangelios están escritos a la luz
de la resurrección y a los pies de la cruz y como para no olvidar la cruz,
Jesús es el Señor resucitado y glorificado teniendo en cuenta que es el Jesús
crucificado. Los evangelios no son crónicas históricas, pero sí están basados
en la historia. Está claro que los evangelios no son informes históricos ni
crónicas del pasado. Tampoco son biografías en el sentido moderno: no describen
el carácter del personaje, sin embargo, en medio de todo este panorama hay que
aportar que los evangelios están basados en datos reales que pretenden
transmitir con fidelidad palabras, hechos y acontecimientos en la vida de
Jesús, pues la mayoría de los relatos evangélicos no son anacrónicos, por el
contrario, reflejan acontecimientos y datos que responden a la situación real
anterior al año 70.
La
finalidad de los evangelios sinópticos se puede resumir en tres puntos
sencillos: lo primero es despertar y fortalecer la fe de las comunidades
cristianas, en segundo lugar hacer de la vida de Jesús el paradigma para
comprender sus palabras, y luego, en tercer lugar presentar una visión
equilibrada y sintética, literaria y teológicamente, tanto de la persona y obra
de Jesús, como de la vinculación de los discípulos con él.
Mateo,
Marcos y Lucas, son evangelios sinópticos porque se pueden disponer en columnas
paralelas, para percibir con precisión semejanzas y diferencias, de ahí la
palabra “sinóptico”, es decir, “con un mirada”. Pero es importante aclarar que
la Iglesia siempre aceptó la pluralidad de los evangelios y se opuso a los
intentos de quedarse con uno solo o de realizar una síntesis de ellos. No se
opuso la Iglesia a la pluralidad de los evangelios porque esto supone una gran
riqueza teológica. Marción, por ejemplo, fue uno de los que pretendió quedarse
con una versión mutilada de Lucas, despreciando los otros relatos.
A
diferencia de lo que sucede con un texto procedente de la creatividad inmediata
de un autor, como San Pablo, tres niveles pueden distinguirse con los textos
sinópticos, a saber: a- en el nivel
redaccional, nos preguntamos ¿qué significa este texto en la situación
actual que presenta la obra completa, atendiendo al contexto, situándolo en el
conjunto de la trama?, b- en el nivel
tradicional, nos preguntamos ¿cómo ha evolucionado cada perícopa en la
tradición viva de la Iglesia y dónde recibió esa concreta forma literaria?, y
c- en la referencia histórica, es
primordial el preguntarnos ¿de qué forma este texto se remonta a Jesús de
Nazaret?.
Ya
para finalizar este apartado, hablar del conocimiento de un evangelio es haber
leído la obra completa, entendiéndola como una unidad, como una trama
narrativa, mientras que el estudio detallado de cada perícopa tiene que pasar
por los tres niveles antes mencionados (nivel redaccional, nivel tradicional y
referencia histórica).
P.A
García
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