domingo, 18 de marzo de 2018

Origen y naturaleza de los Evangelios Sinópticos. Parte II

R. Aguirre y A. Rodríguez: Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles. Capítulo 1 Origen y naturaleza de los Evangelios Sinópticos


III NATURALEZA DE LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS: Los evangelios son textos narrativos que presentan el curso de la vida de Jesús y su enseñanza. Lo primero en precisar es la naturaleza literaria de los evangelios,  conociendo antes que a lo largo de toda la Biblia se pueden conseguir textos de género argumentativo, apelativo, exhortativos, poéticos, sin embargo, imperará mayoritariamente el género narrativo, ya que la teología judía y cristiana tienen una dimensión última e irreductible de carácter narrativo.

         Narratividad e historicidad son términos que se relacionan, pues, se entiende por historicidad la narración de acontecimientos temporal y localmente situados. De todos los evangelios, el más narrativo es el de Marcos, ya que las palabras de Jesús son escasas, lo que significa que el autor se dedicó de lleno a la narración de hechos, más que de manera fabulosa, donde intervienen los personajes.

         En los evangelios sinópticos es posible admirar la trama narrativa, pues como es evidente, en ellos hay personajes, tienen unos inicios, un desarrollo, y un desenlace. Lo narrativo da la posibilidad de provocar de nuevo el interés en el lector, aun cuando ya sabe el desenlace. La Palabra de Dios siempre tiene algo nuevo que decir. En la narración de los evangelios, lleva la primacía la perícopa de la Pasión, pues, como lo expresa Kahler: “los evangelios son el relato de la pasión con una larga introducción”.

         En la narración de los evangelios sinópticos, Marcos parece ser el más antiguo, Lucas y Mateo pudieron haber tenido contacto con este texto a la hora de escribir sus evangelios respectivamente, sin embargo, Lucas y Mateo utilizan una colección de dichos de Jesús que no aparecen en Marcos, pero que supieron introducir en el estilo narrativo, cosa que no hizo el Evangelio de Tomás, pues éste trato únicamente de recopilar una serie de dichos sueltos.

         Los evangelios no son narraciones de pura ficción ni tampoco crónicas históricas del pasado, son precisamente narraciones teológicas porque descubren la actuación de Dios en la vida de Jesús. Los evangelistas se encuentran en la tradición historiográfica judía, que descubre la actuación de Dios en la historia. Los evangelios son narraciones de Jesús con una trama que desemboca en la cruz, pero, al mismo tiempo, son confesiones sobre la presencia actual del Señor resucitado, que está presenta en la comunidad y le dirige su palabra.

         Bultmman expresa que los evangelios están escritos a la luz de la resurrección y a los pies de la cruz y como para no olvidar la cruz, Jesús es el Señor resucitado y glorificado teniendo en cuenta que es el Jesús crucificado. Los evangelios no son crónicas históricas, pero sí están basados en la historia. Está claro que los evangelios no son informes históricos ni crónicas del pasado. Tampoco son biografías en el sentido moderno: no describen el carácter del personaje, sin embargo, en medio de todo este panorama hay que aportar que los evangelios están basados en datos reales que pretenden transmitir con fidelidad palabras, hechos y acontecimientos en la vida de Jesús, pues la mayoría de los relatos evangélicos no son anacrónicos, por el contrario, reflejan acontecimientos y datos que responden a la situación real anterior al año 70.

La finalidad de los evangelios sinópticos se puede resumir en tres puntos sencillos: lo primero es despertar y fortalecer la fe de las comunidades cristianas, en segundo lugar hacer de la vida de Jesús el paradigma para comprender sus palabras, y luego, en tercer lugar presentar una visión equilibrada y sintética, literaria y teológicamente, tanto de la persona y obra de Jesús, como de la vinculación de los discípulos con él.

Mateo, Marcos y Lucas, son evangelios sinópticos porque se pueden disponer en columnas paralelas, para percibir con precisión semejanzas y diferencias, de ahí la palabra “sinóptico”, es decir, “con un mirada”. Pero es importante aclarar que la Iglesia siempre aceptó la pluralidad de los evangelios y se opuso a los intentos de quedarse con uno solo o de realizar una síntesis de ellos. No se opuso la Iglesia a la pluralidad de los evangelios porque esto supone una gran riqueza teológica. Marción, por ejemplo, fue uno de los que pretendió quedarse con una versión mutilada de Lucas, despreciando los otros relatos.

A diferencia de lo que sucede con un texto procedente de la creatividad inmediata de un autor, como San Pablo, tres niveles pueden distinguirse con los textos sinópticos, a saber: a- en el nivel redaccional, nos preguntamos ¿qué significa este texto en la situación actual que presenta la obra completa, atendiendo al contexto, situándolo en el conjunto de la trama?, b- en el nivel tradicional, nos preguntamos ¿cómo ha evolucionado cada perícopa en la tradición viva de la Iglesia y dónde recibió esa concreta forma literaria?, y c- en la referencia histórica, es primordial el preguntarnos ¿de qué forma este texto se remonta a Jesús de Nazaret?.

Ya para finalizar este apartado, hablar del conocimiento de un evangelio es haber leído la obra completa, entendiéndola como una unidad, como una trama narrativa, mientras que el estudio detallado de cada perícopa tiene que pasar por los tres niveles antes mencionados (nivel redaccional, nivel tradicional y referencia histórica).

P.A
García

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